Las autoridades de Rusia intentan detener la pesca furtiva que está diezmando la población de esturiones siberianos en la cuenca del río Amur, en la frontera con China.
"La situación es crítica. Los pescadores furtivos están acabando con el esturión en Rusia", dijo Mijail Kryjtin, investigador del Laboratorio de la Cuenca del Amur, asociado al Instituto de Pesca y Oceanografía del Pacífico, con sede en Jabarovsk, en el extremo oriental de Rusia.
Las huevas del esturión -el caviar- llegan a venderse en Londres a 91 dólares los 30 gramos, por lo que las ganancias potenciales son enormes.
Los pescadores tradicionales de esturión pertenecen a comunidades indígenas costeras, tanto rusas como chinas, que atribuyen a su carne propiedades curativas.
Pero el feroz pez depredador -llamado "tigre de río" por la población local- tampoco está a salvo de un nuevo grupo de pescadores equipados con explosivos, lanchas rápidas y redes de nailon.
"Los pescadores furtivos de Amur están mucho mejor equipados que nuestros inspectores, ya que cuentan con lanchas poderosas, aparatos de comunicación y equipos de visión nocturna", explicó Gennadi Borisov, inspector de pesca de Jabarovsk.
Los inspectores deben lidiar con la escasez de gasolina para sus propios botes, que utilizan para descubrir los escondites de los pescadores furtivos. Estos son difíciles de tratar y "acuden en rescate de sus compañeros, sin importar las consecuencias", sostuvo.
El gran esturión macho de Siberia sólo se aparea a partir de los 14 años y las hembras desovan después de los 16 años. La reposición de un cardumen puede llevar hasta 50 años.
Los esturiones que sobreviven a los pescadores furtivos son afectados por la contaminación industrial y el fenol producido por las algas que crecen en torno a las fábricas cercanas al Amur.
Miles de esturiones murieron a causa de la alta concentración de fenol del río entre diciembre de 1995 y abril de 1996.
Hace 20 o 30 años, no era raro encontrar esturiones siberianos de hasta 700 kilogramos, y en una ocasión se pescó un ejemplar de 1.180 kilogramos en el Amur, aseguró el escritor Vsevolod Sysoyev, que estudia la historia de la región.
Los cardúmenes de esturión abundaban en las lagunas del río, de 14 kilómetros de ancho y 70 metros de profundidad, pero posteriormente la contaminación redujo también las reservas de salmón, que les sirve de alimento.
El gobierno estableció un criadero de esturión en el poblado de Vladimirovka y otro en una planta de energía termal en la ciudad de Amursk. Hasta el momento se criaron 102.000 peces que fueron liberados al río Amur, pero aún no se sabe cuántos sobrevivirán.
La planta de energía termal de Amur recibirá 54.000 dólares para continuar con su propio programa de cría. Cinco por ciento de los ingresos de la venta de los peces se utilizará para crear programas similares en otras zonas.
El problema tiene una faceta internacional, ya que el río Amur marca la frontera entre Rusia y China al norte de las montañas de Wanda Shan, y el río Ussuri, tributario del Amur, marca el límite al sur de la cadena montañosa.
Los pescadores furtivos chinos utilizan métodos rudimentarios como explosivos y redes de arrastre de nailon, que atrapan y matan a todo tipo de peces.
En cierta ocasión, estos pescadores llegaron a envenenar las lagunas donde los peces pasan el invierno, afirmó Marina Gorlevskaya, del puesto de control fronterizo del extremo oriente.
Además, los pescadores no dudan en recurrir a las armas para enfrentarse a los guardias de frontera y los inspectores de pesca rusos, agregó.
Se prevé que Rusia transferirá en poco tiempo varias islas de los ríos Amur y Ussuri a China, según lo acordado en un tratado bilateral de límites.
"Estamos negociando con las autoridades chinas desde 1988 para tomar conjuntamente medidas de emergencia que salven a los cardúmenes de los ríos Amur y Ussuri", dijo Kryjtin.
"Desgraciadamente, no tuvimos muchos resultados más allá de las conversaciones, y ningún intento de prohibición unilateral por parte de los rusos dio resultado", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/yb/mn/rj/aq-ml/en/97