PAKISTAN: Derogan norma aplicada para destituir a Benazir Bhutto

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, afirmó su poder esta semana cuando lleva apenas seis en el cargo. El presidente Farooq Leghari no podrá derrocarlo como lo hizo con Benazir Bhutto en noviembre de 1996.

El parlamento paquistaní derogó el martes por unanimidad la cláusula constitucional que permitió a Leghari cesar a Bhutto y que, en total, fue aplicada desde 1988 por tres presidentes para destituir a cuatro coaliciones de gobierno.

Por primera vez, partidos de oposición y de gobierno estuvieron del mismo lado, con excepción de la derecha religiosa islámica. La derogación de la polémica cláusula recibió muestras de beneplácito por parte de políticos, analistas y medios periodísticos.

Ahora, Sharif planea disolver el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, lo cual fortalece su posición frente al ejército en un país que fue gobernado por dictaduras militares durante buena parte de su vida independiente.

El consejo fue creado hace tres meses por Leghari con el aval del gobierno interino que nombró tras el derrocamiento de Bhutto. Se trata de un órgano integrado por el presidente y altos jefes militares que asesora en materia de seguridad y puede recomendar la declaración del estado de emergencia.

Sharif y su Liga Musulmana Paquistaní-Nawaz (PML-N) se opuso, entre otros líderes, a la constitución del consejo.

Tras su abrumadora victoria en las elecciones de febrero, Sharif reafirmó la soberanía del parlamento, pero aprovechó la circunstancia de que, al contrario que los gobiernos anteriores, contaba con la mayoría absoluta de sus integrantes.

La rebaja del poder presidencial es considerada por los analistas un paso significativo para fortalecer de la democracia parlamentaria. "El martes 1 de abril figurará como una fecha clave en la accidentada historia de la democracia en Pakistán", sostuvo el diario Muslim.

Pakistán nació a la vida independiente en 1947, con la división del subcontinente indio tras el fin del régimen colonial británico. Desde entonces, las dictaduras militares fueron frecuentes.

Los gobiernos civiles no lograron durar mucho, incluso desde la restauración de la democracia en 1988. Todos los primeros ministros debieron abandonar sus cargos o fueron obligados a ello por haber perdido la confianza del presidente y los militares.

La enmienda constitucional número 13 aprobada el martes por el parlamento deroga cláusulas de la octava, un legado del último dictador militar de Pakistán, Zia Ul-Haq, quien pretendía asegurar la supremacía del ejército.

Este general que se convirtió en presidente en 1985 forzó la aprobación de esa reforma como condición para el levantamiento de la ley marcial. Los últimos tres presidentes paquistaníes aplicaron el controvertido artículo 58 para destituir cuatro coaliciones de gobierno.

En 1988, poco antes de morir en un dudoso accidente aéreo, Zia truncó el gobierno del primer ministro Mohammad Khan Junejo, quien accedió al poder a través de las elecciones sin partidos políticos de febrero de 1985.

Las elecciones generales programadas poco antes de la muerte de Zia dieron el triunfo al Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) que lidera Bhuto. Pero dos años después su gobierno fue depuesto por el entonces presidente Ghulam Ishaq Khan, quien la acusó de nepotismo y corrupción.

Sharif ocupó por primera vez la jefatura del gobierno tras las elecciones de 1990, pero, acusado de mala administración, corrupción y nepotismo, fue obligado a dimitir, también por Ishaq Khan, en 1993.

Bhutto asumió el poder por segunda vez en 1993, tras las terceras elecciones generales desde 1988 y poco después de la designación de Leghari como presidente, a quien ella misma había impulsado.

La entonces primera ministra no podía imaginar entonces que su mano derecha en el PPP utilizaría el artículo 58 de la octava enmienda para destituirla, por segunda vez, el 5 de noviembre de 1996.

El ex juez de la Corte Suprema y ex gobernador de la populosa provincia de Sindh, Fakhruddin Ebrahim, calificó la derogación de "muy buena medida", y reiteró su aspiración a la independencia plena del poder judicial, recortada por el fallecido primer ministro Zulfikar Alí Bhutto, padre de Benazir.

Pero el partido Jamaat-e-Islami, exponente de la derecha religiosa con escasas posibilidades electorales aunque posee un considerable poder de convocatoria, anunciaron su oposición al "golpe político" de Sharif.

La reforma de la octava enmienda "redistribuirá los poderes del primer ministro y el presidente" de forma que "no se garantiza" un gobierno "juicioso", dijo un ideólogo de Jamaat-e- Islami.

Durante los últimos nueve años, Benazir Bhutto y Sharif se sucedieron en el gobierno, lo que alimentó una agria rivalidad. Nunca se habían puesto de acuerdo en nada hasta esta semana, cuando dejaron de lado sus diferencias y sus seguidores votaron la derogación de la octava enmienda en el parlamento.

Sharif afirmó el lunes que incluso Leghari le había prendido la luz verde. "Es su decisión, siga adelante", le dijo el presidente, según la versión del jefe de gobierno. (FIN/IPS/tra- en/bs/an/mj/ip/97

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