Violentos enfrentamientos políticos en la rica región del Delta, en el sureste de Nigeria, amenazan la industria petrolera, que constituye el sustento de este país de Africa occidental.
Ni el toque de queda nocturno, ni la fuerte presencia de miembros armados de la marina y otros cuerpos de seguridad, ni las exhortaciones de funcionarios de gobierno y líderes comunitarios lograron disminuir la violencia en Warri, una de las dos principales ciudades petroleras del Delta del Níger.
"Cada vez que nos trasladamos, solicitamos la ayuda de la marina", declaró a la prensa Bassey Asanga, gerente de Chevron, una de las principales compañías petroleras que operan en el área, al día siguiente del secuestro del capitán de un buque mercante en la zona.
El capitán, Joseph Apoh, y su tripulación fueron raptados el sábado por jóvenes armados supuestamente pertenecientes a una de las tres comunidades étnicas en pugna.
Según una fuente confiable de la ciudad, Apoh se hallaba en una misión de transporte de tubos de petróleo desde la planta de Chevron hasta la Autoridad Portuaria en representación de Diesel Power Nigeria Limited, una compañía de servicios petroleros, cuando ocurrió el secuestro.
Fred Etete, director ejecutivo de la empresa, confirmó el fin de semana que continúan los esfuerzos para obtener la liberación de Apoh, cuyos captores pertenecerían al grupo étnico Ijaw, según se presume.
Añadió que las compañías petroleras y sus trabajadores padecen una incesante persecusión en los canales que unen la parte continental de la ciudad con Escravos, la terminal "offshore" de exportación.
Etete no dijo si su compañía reduciría sus operaciones, pero algunas autoridades revelaron este lunes a IPS que varias empresas petroleras ordenaron el regreso de los trabajadores offshore a la ciudad.
Según las fuentes, los remolcadores utilizados para el movimiento de las barcazas continúan siendo pirateados por jóvenes de los tres grupos étnicos (ijaw, itsekiri y urhobo) actualmente trabados en una lucha por la sede de un concejo de gobierno local.
Las fuentes no pudieron confirmar si Shell y Chevron clausuraron nuevamente algunos de sus pozos petroleros, que en conjunto producen unos 185.000 barriles de crudo por día. Los yacimientos, cerrados cuando estalló la violencia, fueron reabiertos tras la intervención de la marina.
La crisis se inició hace unas tres semanas, luego de que el gobierno federal trasladó la sede del gobierno local del distrito de Warri South desde Ogbe-Ijoh, situado en la zona de habla ijaw, a Ogidigben, en el área de habla itsekiri.
Protestas y contraprotestas llevaron al incendio de decenas de casas y otras construcciones, incluyendo la residencia de Edwin Clark, ex Comisionado Federal de Información (un ijaw), el palacio del jefe supremo de Warri (un itsekiri) y el local de un grupo financiero.
Se registraron al menos 40 muertos y 80 heridos o secuestrados desde el surgimiento de la crisis.
El coronel John Dungs, administrador militar del estado del Delta, advirtió el sábado que los líderes de los grupos étnicos serían responsabilizados por cualquier agravamiento de la crisis, pero la advertencia no dio resultados hasta el momento.
Steve Buwa-Udah, asesor del ex presidente Shehu Shagari, afirmó que "el aparato de seguridad del estado del Delta está saturado por los problemas".
"Mientras el administrador celebraba una reunión con los líderes urhobo, itsekiri e ijaw, el mercado y la estación de policía de la ciudad eran incendiados, en medio de asesinatos", señaló Buwa-Udah en una entrevista publicada el fin de semana.
"Es necesaria la urgente intervención del gobierno federal para salvar la situación, porque algunas personas poderosas que se benefician del problema están determinadas a prolongarlo por todos los medios", exhortó. (FIN/IPS/tra-en/ro/kb/ml/ip-pr/97