Idolo de millones de personas, mito y fantasma cuyas sombras aún recorren los estudios de grabación, Pedro Infante, el famoso actor y cantante de la "época de oro" del cine mexicano, recibe un homenaje sin precedentes a los 40 años de su muerte.
Programas especiales en televisión, visitas a su tumba, desfiles de acróbatas y recorridos por la capital de México del "Infantemóvil" -un vehículo descubierto de los años 40-, son parte de los homenajes al actor, que tienen lugar desde este martes hasta el día 25.
Considerado el mejor cantante de boleros de México, Infante, quien murió el 15 de abril de 1957 cuando pilotaba un bombardero de la segunda guerra mundial, grabó más de 330 canciones y actuó en cerca de 60 películas, que se escucharon y proyectaron en gran parte del mundo del habla hispana.
Seguros de que su éxito continúa, familiares y amigos anunciaron la fundación de la empresa "Pedro Infante Internacional", que se encargará de defender los derechos de las obras del artista. Además crearon una página sobre su vida en la red informática mundial Internet.
En las pantallas de cine y televisión de América Latina aún se puede ver periódicamente a Infante encarnando a los más diversos personajes, mientras en la radio se siguen escuchando temas como "Amorcito Corazón", "Diles que yo no fui" y "Nana Pancha".
Aprendiz de carpintero y peluquero, Infante inició su carrera artística a los 21 años, cuando fue contratado para cantar en una radioemisora mexicana. A los 28 ya era famoso e incursionaba en una pujante industria cinematográfica, que tuvo su época de oro en los años 40 y 50.
Los historiadores recuerdan que llegó al cine cuando esta industria era tan activa que en la capital se estrenaba una película mexicana cada siete días.
"Las películas se hacen en tres semanas de rodaje y algunas en sólo 14 días. Los productores parecen confiar más en sus estrellas que en sus historias y apenas si surge un tema que interese a la gran audiencia, se repite bajo diferentes títulos", apunta el escritor Paco Ignacio Taibo.
Sólo en 1943 se estrenan en la capital mexicana 11 comedias musicales, nueve melodramas, seis comedias rancheras, cuatro comedias históricas y tres dramas.
Gracias a su voz, su cuerpo de fisiculturista, un rostro moreno con un fino bigote y una excelente memoria para aprender los guiones, Infante se convirtió en uno de los más cotizados actores de la época, junto a Jorge Negrete, María Félix y Dolores de Río.
Cuando murió, a los 40 años, más de 100.000 personas asistieron a su entierro en la capital y hoy nunca falta alguien que deje flores en su tumba.
Artistas que grabaron sus canciones o acudieron a los estudios donde trabajó afirman haber visto su silueta fantasmal. Relatos similares hacen familiares y sus viejos amores.
"Yo vi a Pedro cuando estábamos grabando, tenía los brazos cruzados y me miraba fijamente, por temor cerré los ojos y lloré", relata la cantante Clara Karina.
Historias parecidas se escuchan entre las personas que habitan las casas donde vivió Infante y en algunos lugares del estado de Sinaloa, donde nació. Las versiones se parecen tanto que muchos han llegado a pensar que el artista en realidad sigue vivo.
Provinciano que llegó a la capital sin dinero y que en menos de una década se transformó en millonario, su éxito aún continúa en gran parte de América Latina.
A pesar de que han pasado cuatro décadas desde su muerte, en México miles siguen imitando sus gestos y forma de cantar.
"Ninguna figura de la cultura popular ha sido tan copiada por otros, aficionados o profesionales", sostiene el crítico cinematográfico Gustavo García.
Amigo de los deportes peligrosos y comensal desenfrenado -se afirma que en un día era era capaz de consumir 10 huevos, cinco filetes y siete pollos-, Infante recibió varios premios por su trabajo en el cine, entre los que destacan un Ariel, máximo galardón mexicano, y un Oso de Plata en el Festival de Berlín.
"Pedrito sigue vivo y yo lo quiero tanto como antes", declara Amparo Robles, presidenta del club de admiradoras del artista de 73 años, quien desde hace 40 años lleva cada semana flores a la tumba de Infante. (FIN/IPS/dc/ag/cr/97