MEXICO: Greenpeace sienta en el banquillo a petrolera estatal

El trabajo de la empresa petrolera estatal Pemex en zonas del Golfo de México -una de las mayores reservas de crudo en el mundo- es antiecológica, atenta contra las comunidades nativas y viola acuerdos internacionales, denunció el grupo ambientalista Greenpeace.

Tras recorrer por siete días parte de las instalaciones de Pemex en las costas de Tabasco, estado del Golfo cuyo territorio está comprometido en 70 por ciento con actividades petroleras, miembros de Greenpeace concluyeron que la firma mexicana labora con "evidente negligencia ambiental".

Pemex -un monopolio con ingresos anuales por 21.000 millones de dólares- debe restaurar las zonas afectadas, desmantelar instalaciones abandonadas, renovar ductos, cumplir compromisos pactados con los pobladores y acatar medidas internacionales, dijo a IPS Alejandro Calvillo, portavoz de Greenpeace en México.

A bordo del barco "Rainbow Warrior", famoso por sus travesías para oponerse a pruebas nucleares y al transporte de desechos radioactivos, los activistas navegaron parte de las aguas del Golfo e ingresaron a las costas de Tabasco entre el último día de marzo y el pasado domingo.

Se trató de un recorrido por zonas donde Pemex ha perforado alrededor de 2.500 pozos desde los años 70.

En la región, donde viven descendientes de los pueblos maya, olmeca y chole, muchos de los cuales debieron abandonar la agricultura por la contaminación de sus tierras, se extrae actualmente la mayoría de los cerca de tres millones de barriles de crudo por día que produce México.

En su recorrido, bautizado como "La ruta del petróleo", los miembros de Greenpeace documentaron daños ambientales, se entrevistaron con pobladores que presentaron demandas contra Pemex y realizaron llamativas protestas, como el despliegue de mantas en instalaciones petroleras.

En alta mar, frente a las costas de Tabasco, Greenpeace encontró cuatro plataformas de Pemex abandonadas desde hace 20 años. En todas ellas había restos de crudo y se observaban pequeños derrames.

Calvillo indicó que al navegar por el Golfo, donde hay cerca de 100 plataformas para extraer crudo y 1.260 kilómetros de tuberías sumbarinas, el sonar del Rainbow Warrior detectó a menos de un metro de profundidad instaciones petroleras en desuso.

Según los activistas, tener instalaciones abandonadas en alta mar -hecho que Pemex siempre ha negado- viola resoluciones de la Conferencia de Ginebra de 1958 y de la Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre la Ley del Mar de 1982.

El más grave "accidente" petrolero en el Golfo de México, donde se calcula hay reservas de crudo para más de 40 años, se registró en 1979, cuando explotó un pozo que derramó alrededor de 10 millones de barriles al mar.

"Es increible lo que está pasando en el Golfo, el gobierno tiene que hacer algo, pero con urgencia", expresó Calvillo.

Acompañados de pobladores de la zona, los activistas de Greenpeace ingresaron a las zonas pantanosas de las costas de Tabasco, donde comprobaron que restos de crudo inundan ya importantes extensiones.

En estos puntos, los campesinos son contratados por subsidiarias de Pemex para sumergirse por tres dólares diarios en los pantanos y recoger de manera artesanal los restos de crudo. Tras realizar su trabajo, los campesinos se "bañan" con diesel, combustible cuyos compuestos se consideran cancerígenos.

Tierra adentro de Tabasco, en zonas de laguna donde Pemex extrae petróleo y gas, Greenpeace recibió denuncias sobre una disminución importante en la captura del ostión y la progresiva extinción de tortugas, aves y varios tipos de insectos.

El biólogo Gonzalo Ortiz, quien ha realizado trabajos de investigación en la zona, afirmó que 75 por ciento de las lluvias que se precipitan en pantanos y lagunas tienen altos grados de acidez.

En esta región se registró en febrero de 1995 la explosión de un ducto, hecho que provocó la muerte de nueve personas. Uno de los sobrevivientes, completamente desfigurado por las quemaduras, recibe apenas 75 dólares mensuales de Pemex por concepto de indemnización.

Parte de las lagunas y pantanos donde hay instalaciones petroleras correspoden a Centla, zona declarada como reserva de la biosfera.

En el lugar, que alberga a 260 especies de vegetales y 280 animales, los pozos petroleros tienen paradójicamente nombres de especies en extinción como Pijije (un pato silvetre) y Guao (una pequena tortuga).

"Si el gobierno de México no hace algo para ordenar la explotación petrolera en el Golfo, la destrucción continuará hasta acabar con importantes reservas naturales", advirtió Calvillo.

Siguiendo la veta petrolera que se inicia en el Golfo, Pemex realiza actualmente exploraciones en zonas de selva del sureste, una de las más importantes reservas biológicas del mundo. (FIN/IPS/dc/dg/ip-en-he/97)

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