La fortaleza de los bancos extranjeros establecidos en México, que contrasta con los problemas de la banca nacional, agobiaba por deudas y anclada en un millonario apoyo oficial, les permitiría lograr en cinco años el control de 50 por ciento del sistema financiero local.
Asi lo advirtió este miércoles Ricardo Guajardo, director de Bancomer, uno de los bancos mexicanos más poderosos.
Las instituciones financieras extranjeras adquieren cada vez mayor presencia gracias a la "acelerada" apertura dispuesta por el gobierno tras la crisis estallada a fines de 1994 y a la debilidad de su contraparte nacional, explicó el banquero.
Se trata de una situación "fuera de lo común a nivel internacional", dijo Guajardo, tras reconocer que la banca nacional está rezagada en materia de personal capacitado, tecnología y manejo de situaciones de riesgo.
México se comprometió al adherir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), integrado también por Canadá y Estados Unidos, a abrir el sector financiero a la presencia extranjera en un plazo de 10 a 15 años a partir de 1994.
Según datos oficiales, hoy las entidades foráneas manejan ya 15 por ciento de los activos y pasivos del sistema bancario nacional, más del doble que en 1995.
Mientras las instituciones locales, que entre los años 80 y 90 vivieron un proceso de estatización y reprivatización, acumularon en 1996 pérdidas por 961 millones de dólares, las extranjeras registraron ganancias por 200 millones de dólares.
Los depósitos en los bancos mexicanos se redujeron 21 por ciento el año pasado, pero aumentaron 15 por ciento en los extranjeros.
En cartera vencida la situación no es muy diferente. Los bancos mexicanos acumularon alrededor de 6.000 millones de dólares en ese rubro a fines de 1996, mientras los extranjeros apenas 134 millones.
La mayoría de los bancos foráneos que operan en México como inversionistas en instituciones locales o en forma independiente atienden empresas y financian grandes operaciones, mientras que el grueso de la cuentas personales están abiertas en las entidades nacionales.
Gracias a una serie de reformas legales aprobadas en el último lustro y a sus compromisos ante el TLC, México abrió su sistema financiero. Hoy son más de 15 instituciones extranjeras las que operan en el país, principalmente de Estados Unidos, España, Canadá, Francia, Portugal y Japón,
Para sostener a la banca local y garantizar sus depósitos, el gobierno de Ernesto Zedillo gastó en los dos últimos años poco más de 27.000 millones de dólares, cifra que representa 8,5 por ciento del producto interno bruto (PIB) mexicano..
Ese gasto, que contrasta con el realizado en rubros como educación, que entre 1995 y 1996 representó apenas 3,9 del PIB, no pemitió sin embargo superar todos los problemas de la banca nacional, que arrastra la carga de deudas incobrables y de sus compromisos con la secretaría de Hacienda.
A pesar del saneamiento y reestructuración de los activos crediticios, la banca necesitará de tres o cuatro años para recobrar la solidez que exhibía en 1994, reconoció José Madariaga, ex presidente de la Asociación de Banqueros.
La revista América Economía, editada por la empresa estadounidense Dow Jones, ubicó al sistema bancario mexicano en el quinto lugar entre los de mayor riesgo en América Latina, y el sexto en cuanto a la calidad de sus servicios.
"Aceptamos que la situación es aún delicada y difícil y que existen rezagos importantes que superar con los competidores internacionales", expresó Guajardo, de Bancomer.
Los banqueros estiman que para poder competir, las 18 instituciones locales existentes se fusionarán en los próximos años, para dar lugar a cuatro o cinco bancos grandes.
El presidente del grupo español Bilbao-Vizcaya, Emilio de Ybarra, anunció que la banca extranjera llegará en México "hasta donde el mercado lo permita, y esperamos que sea muy lejos".
Tanto ha crecido el poder de los bancos extranjeros que la Asociación de Banqueros de México tiene hoy como vicepresidente a uno de sus representantes. (FIN/IPS/dc/ff/if/97