MERCOSUR: La política como locomotora

Con numerosos anuncios y documentos vagos, una larga declaración y la reunión desproporcionada de ministros, la cumbre argentino-brasileña de este fin de semana fue un hecho político con el que se buscó sepultar incertidumbres generadas por conflictos comerciales en el Mercosur.

"Nuestra alianza estratégica ya es un elemento central y permanente de nuestros respectivos proyectos nacionales y constituye el mejor instrumento para el desarrollo de nuestros pueblos", señala la Declaración de Rio de Janeiro, de 25 puntos.

Los presidentes Carlos Menem y Fernando Henrique Cardoso tuvieron pocas horas de contacto, entre la cena del sábado y la mañana del domingo, pero estuvieron presentes una variedad inusitada de ministros, desde los económicos, a los militares, cancilleres, de Justicia o Interior, de Medio Ambiente.

Una cantidad sorprendente de documentos, entre actas, acuerdos y memorandos, fue divulgada como resultado del encuentro, anunciado como punto final de las controversias entre los dos socios mayores del Mercosur, del que también forman parte Paraguay y Uruguay.

No se trató, sin embargo, el conflicto provocado por las medidas adoptadas por Brasil en marzo restringiendo la financiación de importaciones. La cuestión sólo será examinada en junio, cuando se sus efectos en el comercio intrabloque puedan ser evaluados.

Según se informó este fin de semana, el ministro de Hacienda de Brasil, Pedro Malán, dejó la semana pasada en Asunción, durante la reunión del Grupo Mercado Común, órgano ejecutivo del Mercosur, una amenaza disuasiva contra las presiones de los socios.

La alternativa a restricciones al crédito es una devaluación cambiaria, lo cual afectaría más duramente las exportaciones de los países vecinos y también el plan de estabilización de la economía brasileña, con efectos negativos para todos, señaló Malán.

La respuesta del presidente Cardoso fue anunciar que de ahora en adelante su gobierno se compromete a "no sorprender a sus socios con medidas inesperadas" y que habrá comunicación previa siempre que una decisión pueda afectar negativamente a los demás países.

En el encuentro de Rio de Janeiro también se anunció que Brasil y Argentina superaron sus disputas en el tema del intercambio de automóviles, con el aumento de las cuotas para exportaciones de montadoras instaladas sólo en territorio argentino. Pero ningún acuerdo ha sido aún firmado.

Las cifras imprecisas anunciadas por el ministro brasileño de Industria y Comercio, Francisco Dornelles, indican que Peugeot y Renault de Argentina son las más favorecidas, con derecho a exportar a Brasil respectivamente 8.400 y 13.000 unidades en este año.

No obstante, no se fijaron sus cuotas adicionales para el próximo año porque ambas firmas tienen planes para construir sus propias plantas en Brasil. Toyota y Chrysler también recibieron cuotas, pero quedan por definir las cantidades para el próximo año.

Esas exportaciones no gravadas buscan compensar a Argentina por cuotas no cumplidas entre 1992 y 1994 y por la probable desviación de inversiones, a causa de incentivos concedidos por el gobierno brasileño a montadoras que se instalen en el noreste y otras regiones pobres del país.

La rápida reunión entre los presidentes y muchos ministros en la mañana del domingo produjo documentos que subrayan la "alianza estratégica" por encima de disputas comerciales.

Un Memorando de Entendimiento anuncia un "mecanismo permanente de consulta y coordinación para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en materia de defensa y seguridad internacional", que involucrará a cancillerías, ministerios militares y el de Comercio Internacional argentino.

Una primera reunión del mecanismo tendrá lugar dentro a fines de julio para definir las reglas de funcionamiento. El general Alberto Cardoso, jefe del Gabinete Militar de la presidencia de Brasil, anunció que habrá ejercicios conjuntos entre las tres ramas de las Fuerzas Armadas.

Además aseguró, junto con Menem, que los dos países mantendrán un "equilibrio estratégico y militar" y cuidarán de extender ese objetivo a toda América del Sur. Una tarea será "poner límites a la carrera armamentista" en la región, dijo el ministro de Defensa argentino, Jorge Domínguez.

El Acta sobre Integración Física y Controles Integrados de Frontera firmada en Río de Janeiro repite antiguos proyectos, que sumarán inversiones de 3.500 millones de dólares, como el puente Santo Tomé-Sao Borja, y la unificación de aduanas en la frontera.

La cooperación en el combate al crimen organizado, que pasa por negociaciones con Paraguay, también fue objeto de reuniones entre ministros, que establecieron medidas que no hacen más que repetir antiguos consensos.

La reunión extraordinaria incluyó hasta una queja de los ambientalistas argentinos por los vuelos de helicópteros brasileños sobre las Cataratas de Iguazú, que estarían expulsando aves de los bosques cercanos.

De acuerdo a lo informado, en el plano político los dos gobiernos iniciaron las discusiones sobre la extensión de los derechos y deberes de un país al otro, que incluiría la posibilidad de un brasileño de votar en elecciones argentinas y viceversa.

La medida no fue aún decidida y entraría en vigor en un plazo indefinido, pero fue anunciada para darle al encuentro un cariz más político. (FIN/IPS/mo/dg/ip-if/97)

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