La cumbre de presidentes de Argentina y Brasil, que se celebrará este fin de semana, se anticipó hoy como el escenario que podría traer una solución política a la crisis que arrastran los socios del Mercosur por las trabas al comercio dispuestas por Brasil.
El presidente Carlos Menem, que tiene previsto reunirse con su colega brasileño Fernando Henrique Carodoso en Río de Janeiro el sábado y el domingo, manifestó su confianza en que el conflicto se solucione a través del diálogo directo entre los dos mandatarios.
La cumbre bilateral se erigió en el recurso más firme e inmediato para zanjar la crisis, tras el fracaso de las negociaciones realizadas esta semana por los ministros de Economía del bloque en una reunión celebrada en Asunción.
En ese encuentro, Brasil se mantuvo firme en la defensa de la resolución adoptada por el Banco Central que eliminó la financiación a las importaciones provenientes de todos los países, incluídos los socios del Mercosur.
La medida brasileña apunta a evitar la especulación financiera y, al mismo tiempo, restringir la entrada de productos extranjeros en momentos en qu el país proyecta que podría terminar el año con un déficit comercial superior a los 15.000 millones de dólares.
Argentina, Uruguay y Paraguay esperaban que el socio mayor del bloque retrocediera en su posición y realizara una excepción al comercio que proviniera del bloque. Argentina incluso advirtió a Brasil que la medida, de carácter financiero, violaba el Tratado de Asunción.
La cita de ministros pasó a un cuarto intermedio hasta la primera quincena de junio. Antes, se reunirán los presidentes de los bancos centrales de los cuatro países para buscar una alternativa que permita salir de la crisis, sin perjuicio para los miembros del bloque.
De esa manera, Brasil logró ganar tiempo. La medida que restringe las importaciones había sido adoptada el 26 de marzo, pero ante las quejas de los socios -en particular de Argentina, que tiene a Brasil como su principal cliente-, se acordó que la medida regía con un límite de 120 días.
El acuerdo establecía que luego de ese plazo, Brasil analizaría si continuaba o no con la medida. Sin embargo, ante las presiones del sector privado, Argentina decidió reclamar a Brasil que excluya definitivamente a sus socios del bloque de las restricciones.
El planteo fue realizado durante la reunión de Asunción, en una posición en la que Uruguay y Paraguay se mantuvieron como aliados de Argentina y Brasil quedó solo. Pero aún así, los tres socios menores no pudieron mover a Brasil de su negativa.
Por eso, los negociadores y las empresas confiaban este jueves en que los presidentes podrían "sacar una paloma de la galera" este fin de semana, y anunciar que el conflicto que no pudieron resolver los ministros sea solucionado.
De hecho, Menem descartó que Argentina tenga previsto hacer una presentación formal de protesta ante el gobierno brasileño y dijo que su objetivo es "dialogar en forma directa (con Cardoso) para solucionar el problema".
Argentina y Brasil tuvieron otros contenciosos desde que se creó el Mercosur en 1995 y casi siempre comenzaron con una medida unilateral de Brasil que perdjudicaba a sus socios. Uno de los más serios se presentó a principios de 1995, cuando Brasil creó un régimen automotor sin consultar con los otros tres países.
Otro surgió cuando los estados del interior de Brasil ofrecieron incentivos a la radicación de inversiones extranjeras para la industria automotriz, en la forma de subsidios y excenciones impositivas.
También hubo protestas de Argentina por la resolución brasileña – luego suspendida- de someter a las importaciones de alimentos argentinos a un segundo control sanitario -ya tienen uno que se realiza antes de la exportación-, una medida considerada paraarancelaria.
Finalmente, el conflicto que surgió en marzo por la eliminación del financiamiento a las importaciones que superen los 40.000 dólares, fue señalado por algunos observadores como uno de los más serios ocurridos en el bloque.
Por acumulación de antecedentes o por su propio peso, esta última medida fue rechazada enérgicamente por los empresarios argentinos, según los cuales, una resolución de este tipo resta credibilidad al bloque y refuerza el control que ejerce Brasil sobre sus socios. (FIN/IPS/mv/dg/if/97)