La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se involucró en la disputa por la construcción de asentamientos judíos en la parte árabe de Jerusalén al aprobar hoy una resolución que critica a Israel por la medida.
La resolución contó con la aprobación de 134 países de los 185 miembros, y sólo se opusieron a ella Israel, Estados Unidos y Micronesia. Entre los países que se abstuvieron de votar estuvieron Australia, Canadá y Noruega.
La Asamblea declaró que todos los esfuerzos de Israel por cambiar o determinar el estatuto legal de Jerusalén son "nulos y carentes de valor", y exhortó al gobierno israelí a detener las obras de construcción en la localidad árabe de Jabal abu Ghuneim, en la parte suroriental de la disputada capital.
Así mismo, la Asamblea urgió al secretario general Kofi Annan a informarle en dos meses sobre el acatamiento de la resolución, después de lo cual el cuerpo adoptará medidas adicionales.
La sesión especial de emergencia de la Asamblea General (la décima en la historia de la ONU) respaldó de esa forma las dos principales metas del pueblo palestino: detener la construcción de asentamientos en Jabal abu Ghuneim y reafirmar la integridad territorial de Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental como zonas palestinas.
Los acuerdos preliminares de paz israelo-palestinos dejaron para el futuro las discusiones sobre el estatuto legal definitivo de Jerusalén, pero Israel sostiene que toda la ciudad es y será "su eterna capital indivisa".
El mes pasado, la Asamblea emitió una resolución similar aprobada por 130 países y rechazada por Estados Unidos e Israel, pero la de este viernes, debido a su carácter de emergencia, es legalmente obligatoria, a diferencia de la mayoría de las resoluciones del cuerpo.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) presionó para que el asunto permaneciera en la agenda de la ONU luego de que Estados Unidos vetó dos veces en el Consejo de Seguridad cualquier acción para detener la construcción de asentamientos.
Este viernes, Washington se opuso otra vez a la participación de la ONU en la crisis. "El Consejo de Seguridad y la Asamblea General no deberían involucrarse en asuntos que las partes negociadoras decidieron discutir en las conversaciones de estatuto permanente", manifestó el embajador estadounidense Bill Richardson.
"Cada voto a favor de esta resolución dificulta el logro de un acuerdo justo, duradero e integral en Medio Oriente", agregó el embajador.
Pero muchos diplomáticos rechazan la insistencia de Estados Unidos en que la ONU se mantenga al margen del proceso. La ANP destacó que la actual disputa constituye un punto crítico del proceso de paz palestino-israelí.
"¿Qué queda del proceso de paz?, preguntó el jueves el enviado palestino Nasser al-Kidwa al iniciar un debate de dos días sobre las viviendas para 25.000 colonos judíos que el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu proyecta construir en la zona árabe de Jerusalén.
"Las políticas y acciones de Israel no sólo violan las leyes internacionales, sino que representan el abandono del proceso de paz y una declaración de reanudación de la ocupación", afirmó.
Otros países también condenaron los nuevos planes de asentamiento del gobierno del primer minsitro Benjamin Netanyahu, y el embajador de Colombia, Julio Londoño Paredes, los comparó a "una ducha fría" sobre cualquiera que espera la paz en Medio Oriente.
Pero el principal blanco de muchos diplomáticos no fue Israel sino el Consejo de Seguridad, y varios señalan que el tema no habría llegado a la Asamblea General si el Consejo hubiese aceptado una resolución.
"Habría sido mejor si el Consejo de Seguridad hubiera actuado sobre el tema", admitió el presidente del Consejo, Antonio Monteiro, de Portugal.
Para algunos miembros, los dos vetos, que enfrentaron a Estados Unidos a los 14 miembros el 7 de marzo y a todos excepto Costa Rica dos semanas después, revelan el motivo por el cual el poder de veto debe ser eliminado del órgano ejecutivo de la ONU.
Londoño Pérez criticó los vetos de Estados Unidos, señalando que la ONU debe pronunciarse sobre Medio Oriente o arriesgarse a la inconsistencia.
Ese es el motivo, añadió, por el cual la delegación de Colombia se opuso "y continuará oponiéndose al veto", y seguirá "considerándolo una consecuencia desafortunada de la guerra fría".
La credibilidad del Consejo de Seguridad "quedó comprometida", afirmó el embajador de Bangladesh, Anwarul Chowdhury, y fortaleció a Israel, el cual intensificó sus acciones unilaterales, "paralizando y estrangulando el proceso de paz".
Este voto de la Asamblea no es la primera vez que el órgano desafía el fracaso del Consejo para tomar medidas sobre cuestiones en Medio Oriente.
Desde la crisis de Suez, en 1956, en la cual Israel, Francia y Gran Bretaña se unieron para atacar a Egipto, seis de 10 sesiones de emergencia de la Asamblea se centraron en Medio Oriente, y la mayoría intentó hacer tambalear el apoyo de Estados Unidos a Israel.
Esta tendencia irritó al gobierno de Israel. El embajador de Israel, David Peleg, se preguntó si la sesión era "realmente necesaria", y criticó a la Asamblea General por situar la polémica sobre Jabal Abu Ghuneim como prioridad de la agenda de la ONU, mientras se cometen masacres en Africa central y Argelia.
A pesar de las críticas, alegó Peleg, Israel mantuvo los compromisos asumidos con la paz, liberando a prisioneras palestinas e iniciando los planes de construcción de un puerto y un aeropuerto en Gaza.
Pero Al-Kidwa enfrentó la idea de que Israel sigue el espíritu de los acuerdos de paz de 1993 firmados por el asesinado primer ministro Yitzhak Rabin y el presidente de la ANP, Yasser Arafat.
Israel, acusó Al-Kidwa, continúa intentando alterar la composición demográfica de la mayoría árabe de Jerusalén oriental, y detuvo el avance en una serie de otros pactos.
"Los prometidos beneficios de la paz no fueron cumplidos y, lo que es peor, la base del propio proceso de paz está siendo destruída", dijo Al-Kidwa.
Haciéndose eco de Bill Clinton, quien lamentó la política de línea dura de Israel, incluso Richardson admitió que Jabal abu Ghuneim empeoró las cosas, porque "socava la confianza tan necesaria para crear el ambiente apropiado para negociaciones satisfactorias", dijo el embajador. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml-lp/ip/97