Los juegos de guerra que Irán desarrolla una vez al año, y que en esta oportunidad fueron la semana pasada, dejan siempre a sus rivales de la región con el corazón en la boca.
Estados Unidos e Israel se rehúsan a descartar un ataque iraní entre sus hipótesis de conflicto. Esta actitud encuentra explicación, entre otras cosas, en el nombre que recibieron los ejercicios militares que finalizaron el jueves, Operación Tariq-al- Quds (camino a Jerusalén).
"Nuestras fuerzas armadas tienen una moral elevada y están listas para combatir y defender el país", dijo el presidente de Irán, Hashemi Rafsanjani, en un discurso dirigido a los soldados el día 18, consagrado en el calendario al ejército.
Las maniobras de este año consistieron en ataques sorpresa a hipotéticos enemigos que amenazan al país.
Pero observadores perciben que la restauración de la capacidad militar de Irán tras la guerra contra Iraq (1980-1989) requiere aún algún tiempo más antes de que represente una amenaza significtiva a los intereses de Occidente en el estratégico Golfo.
"Los iraníes han intensificado sus ejercicios militares en los últimos años. Pero al fin de la guerra con Iraq no les quedaba mucha fuerza", sostuvo Andrew Rathmell, del Centro Internacional de Análisis sobre Seguridad, con sede en Londres.
Los seis países árabes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) desarrollaron su capacidad militar "masivamente", y Teherán "trata de equilibrar la balanza, e incluso inclinarla a su favor", estimó Rathmel.
Queda en duda si la poco saludable economía iraní es capaz de competir con sus poderosos vecinos del Golfo. El presupuesto de defensa de Irán fue el año pasado de 3.400 millones de dólares, muy poco si se lo compara con el de Arabia Saudita, de 13.900 millones.
Mientras tanto, Israel, un país que también representa una amenaza militar potencial contra Irán, gastó 7.000 millones de dólares para su defensa.
Los ejercicios de la semana pasada involucraron a 200.000 hombres de la Guardia Revolucionaria y milicianos voluntarios "basiji" y la utilización de misiles reales. Las maniobras tuvieron la intención de ubicar a Irán como poder militar de importancia en el Golfo.
"Irán pretende mejorar la calidad de su personal para defender mejor los ideales islámicos y salvaguardar la integridad territorial", dijo a la agencia oficial IRNA el subcomandante de la Guardia Revolucionaria, general Rahim Safavi.
Pero la eficacia de los resultados de los ejercicios militares es poco claro.
"Existe, con certeza, la intención de incrementar la capacidad del ejército iraní. Me refiero en particular a la compra de botes portamisiles chinos de ataque rápido que tienen en el Golfo", dijo Terrence Taylor, del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IIS) en Londres.
"El reforzamiento de sus fuerzas de tierra y aire representan grandes problemas de equipo, dadas las relaciones comerciales de Irán con el resto del mundo. Pero se desarrollan lo mejor que pueden. Y procuran transferencia de tecnología de China, como lo hicieron en el pasado con Corea del Norte", agregó Taylor.
Los armamentos alimentan la pesadilla logística de los militares iraníes. El derrocado y ya muerto shah Rezah Pahlevi compró la mayor parte de sus arsenales de Occidente, mientras la República Islámica ha adquirido equipamientos de otras fuentes, como la Unión Soviética, China y Corea del Norte.
Como resultado, el poder militar iraní es impresionante en los papeles pero, en realidad, se trata de un disparatado cocktail de sistemas de armas incompatibles entre sí, que incluye 250 tanques Chieftains británicos, 160 M-60A1 estadounidenses, 220 59 chinos y 200 T-72 de la era soviética, entre otros modelos.
Sus mejores aviones son unos jets estadounidenses que compró el shah, pero no podrían combatir por falta de repuestos. Esta debilidad explica los esfuerzos iraníes por publicitar sus operaciones de entrenamiento.
"Todos los países del Golfo participan en maniobras de gran escala, pero los iraníes la realizan para difundir sus posturas diplomáticas", dijo Rathmell.
El experto británico no cree que la fuerza militar de Irán represente una amenaza para los intereses occidentales.
"Hace dos o tres años, la marina de Estados Unidos podía haber abatido a toda la iraní sin mover una pestaña. Hoy, podrían perder un par de aviones y un puñado de combatientes. Es una amenaza, pero muy pequeña", afirmó Rathmell.
Para Taylor, que coincide con esta postura, "la realización de un gran ejercicio indica mejoras importantes, pues habría sido muy, muy difícil hace dos o tres años".
El propio comandante de la Guardia Revolucionaria, general Mohsen Rezaei, dijo a IRNA que "la integridad territorial de Irán no está amenazada, por lo que el poder de defensa de Irán no será una amenaza para ningún país".
Occidente afirma continuamente que Irán es una amenaza para justificar su continua presencia militar en el Golfo, según Rezaei.
Rathmel, por su parte, opinó que "el Golfo es un lago de Estados Unidos", administrado por Washington "con el respaldo de Gran Bretaña y Francia".
"Toda la economía de Estados Unidos se centra en el Golfo. La producción de petróleo, la de gas, los embarques, todo eso podría ser destruido con facilidad por los estadounidenses, que podrían acabar con Irán si lo quisieran", concluyó. (FIN/IPS/tra- en/db/rj/mj/ip/97