El gobierno de Irán confía en que el conflicto diplomático generado a causa de los asesinatos que, según la justicia de Alemania, promovió en territorio europeo tendrá corta vida. Y, al parecer, tiene razón.
Los 15 países de la Unión Europea (UE), excepto Grecia, convocaron a sus embajadores en Irán "en consulta por posibles medidas" como consecuencia del fallo de una corte alemana que atribuyó a Teherán la autoría intelectual de los asesinatos de cuatro iraníes kurdos disidentes en Berlín, en 1992.
La postura de la UE dejó en suspenso la estrategia de "diálogo crítico" con Irán que mantuvo durante cinco años. El llamado en consulta a los embajadores es, en el lenguaje diplomático, una señal de malestar.
El "diálogo crítico" sobrevivió a la oposición de Estados Unidos, la condena a muerte que pende sobre el escritor indio- británico Salman Rushdie, el rechazo de Teherán al proceso de paz entre Israel y Palestina y las supuestas violaciones contra los derechos humanos en Irán.
Pero Berlín, que en lo previo se había puesto al frente del rechazo europeo a las presiones de Washington para aislar a Teherán a través de sanciones económicas, está preocupada en que la actual instancia sea apenas temporaria.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Klaus Kinkel, afirmó este domingo que su país e Irán "hablarán de nuevo alguno de estos días". "Lo que sucedió es muy serio. Son hechos horribles A pesar de eso, no debemos perder la calma. La vida continúa", agregó.
"Para todos los europeos, así como para los alemanes, las sanciones económicas no serían una buena medida. En todo caso, no creo que sea propuesta en serio", sostuvo Kinkel.
Del mismo modo se ven estas cuestiones desde Teherán.
"Mi impresión, a pesar de que los países de la UE retirarán a sus embajadores, es que no habrá cambios en las relaciones económicas" entre Bruselas y Teherán, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Omer Akbel.
El comercio total entre la UE e Irán sumó 8.500 millones de dólares en 1996. Alemania es el principal socio comercial del país. Sus ventas a Irán ascendieron a cerca de 2.000 millones de dólares, y sus compras a 658,6 millones, en su mayor parte de petróleo.
Irán participa en varias empresas alemanas. Posee, por ejemplo, 25 por ciento de la productora de acero Krupp Hoesch, y ha manifestado su interés en adquirir parte de fábricas que pertenecieron a la antigua República Democrática Alemana.
De todos modos, la sentencia de la corte de Berlín fue tajante. "El liderazgo político iraní es responsable" y su objetivo era la eliminación de los disidentes políticos en todo el mundo, afirmó el presidente del tribunal, Fritjof Kubsch.
Kubsch recordó una entrevista televisiva al jefe del servicio de inteligencia de Irán, Ali Fallahian, un mes antes de los asesinatos, en el que se ufanó de la capacidad del régimen islámico de lanzar "golpes decisivos" contra sus opositores en el extranjero.
Bernd Schmidbauer, asesor de inteligencia del canciller (jefe de gobierno) de Alemania, Helmut Kohl, atestiguó que Fallahian intentó suspender el juicio en una visita que efectuó en 1993.
Los fiscales intentaron acusar a Fallahian mientras se encontraba en Alemania para entrevistarse con Kohl, pero el funcionario iraní gozaba entonces de inmunidad diplomática.
Teherán niega cualquier involucramiento con el asesinato del líder del Partido Democrático de Kurdistán, Sadegh Charfkand, y tres compañeros suyos en Berlín en 1993.
"Hemos preguntado muchas veces al gobierno alemán si tenían evidencia y le pedimos que si la había nos la presentara. No lo hicieron hasta ahora. Este juicio fue un juego político", dijo el presidente del parlamento iraní y aspirante a la presidencia, Nateq Nouri.
Los estrechos contactos de Alemania con Irán dieron frutos, como la liberación en 1992 de dos alemanes tomados rehenes en Líbano por las fuerzas de la organización islámica Hezbollah y la deportación dos años después de un alemán acusado de espionaje en Teherán.
Alemania intermedió para que Hezbollah entregara los cadáveres de soldados israelíes a sus familias a cambio de la liberación de prisioneros.
De todos modos, fiscales alemanes libraron en marzo de 1996 orden de arresto internacional contra Fallahian e involucraron en el crimen de Charfkand al líder espiritual de Irán, ayatollah Ali Khameini.
La corte sentenció la semana pasada a un iraní, Kazem Darabi, y a un libanés, Abbas Rhayel, a cadena perpetua. Dos libaneses, Youssef Amin y Mohammad Atris, recibieron condenas de once y cinco años por su colaboración con los homicidios.
Los cuatro condenados cumplieron con las cuatro muertes un decreto del Comité de Operaciones Especiales, un órgano secreto del gobierno islámico de Irán, según el juez Kubsch.
El magistrado afirmó que un arma utilizada en el ataque procedía de los arsenales del antiguo ejército del último shah de Irán, Mohammed Reza Palevi, depuesto por la revolución islámica triunfante en 1979.
Fuerzas iraníes en áreas kurdas se mantuvieron en estado de alerta 48 horas antes de los asesinatos, según el juez.
Al menos 20 iraníes disidentes fueron asesinados en Europa desde el triunfo de la revolución.
La planificación y ejecución de estos homicios "se coordinan en la Sección de Inteligencia de la Oficina del presidente de Irán", creada por el presidente Ali Akbar Haschemi Rafsanjani cuando accedió al cargo y dirigida por él mismo, estimó en 1996 el Grupo Parlamentario de Derechos Humanos de Gran Bretaña.
El organismo es dirigido por Ahmad Behbahani, un familiar de Rafsanjani que "decide los blancos de asesinato, así como quiénes se encargarán de concretarlo", según el informe "Irán: Estado de terror".
"El propio Rafsanjani aprueba las propuestas iniciales, que luego son elevadas al Ministerio de Inteligencia, que estudia la factibilidad del operativo. El Consejo Supremo de Seguridad da la aprobación final", agregaron los parlamentarios británicos.
"La embajada de Irán en Bonn es el centro de dirección de las actividades del régimen terrorista en toda Europa. Allí se recoge la información sobre posibles víctimas de asesinato y actividades de disidentes y se dirigen los asesinatos", de acuerdo con el informe.
El presidente del grupo parlamentario británico, el liberal Lord Avebury, reclamó que el asunto sea considerado de inmediato por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Pero las acciones concertadas por la UE contra Teherán deberán esperar un buen tiempo, si es que llegan a concertarse.
Las próximas elecciones presidenciales en Irán están previstas para el 23 de mayo y muchos políticos europeos sugirieron que no se tomen medidas hasta que se conozca el resultado. De cualquier modo, nadie cree que las relaciones comerciales se vean perjudicadas.
"No creemos en las sanciones comerciales que propone Estados Unidos. El aislamiento político es suficiente", dijo a IPS una fuente de la Cancillería de Gran Bretaña. (FIN/IPS/tra-en/db- ia/rj/mj/ip hd/97