IRAN: Entre la amistad y la animosidad con estados ex soviéticos

El derrumbe de la Unión Soviética en 1991 enfrentó a Irán con una nueva configuración cultural y política del mundo. Su atención se dirigió hacia sus nuevos vecinos, especialmente hacia la república ex soviética de Azerbaiján, de mayoría musulmana.

Al principio, los azeríes fueron vistos en Teherán como hermanos musulmanes chiítas, liberados del dominio externo. Pero la guerra estallada entre Azerbaiján y Armenia, otra antigua república soviética del Cáucaso, reveló intereses adicionales en juego.

Turquía quiso ejercer su influencia sobre Azerbaiján antes que Irán y le proporcionó ayuda contra Armenia. Teherán adoptó una política de conciliación hacia los armenios, lo que alimentó el sentimiento antiiraní y proturco en Azerbaiján y la visión de Irán como potencia regional intervencionista.

Tras la elección como presidente en 1992 de Abulfaz Elchibey, líder del Frente Popular, el sentimiento nacionalista aumentó en Azerbaiján. Algunos grupos se pronunciaron por la unificación política con azeríes en Irán para crear el gran Azerbaiján.

Irán creyó llegado el momento de mejorar las relaciones bilaterales cuando Gaidar Aliyev tomó el poder en Azerbaiján en 1993. En julio de ese mismo año, el canciller iraní Ali Akbar Velayati visitó Bakú.

Pero Aliyev quiso fortalecer sus vínculos con Washington. Presionado por Estados Unidos, Azerbaiján retiró la autorización a Irán para participar en un consorcio petrolero en el que también Rusia tenía intereses.

Irán también fue descartado de proyectos de exploración geológica en las zonas petroleras del mar Caspio y de las obras del gasoducto de Naxjivan.

Teherán había ignorado el embargo impuesto por la comunidad internacional a Azerbaiján y Armenia para obligaros a poner fin a los combates, y mantuvo su comercio con las dos repúblicas en guerra.

Así mismo, Azerbaiján perdió a su principal socio comercial, Rusia, debido a la guerra de Chechenia, que le cerró el paso hacia territorio ruso. Ese hecho también estimuló sus relaciones comerciales con Irán.

El intercambio entre Azerbaiján e Irán sumó en 1995 unos 500 millones de dólares, informó la embajada iraní en Bakú. Esa cantidad equivalente a 60 por ciento del comercio de Irán con la Comunidad de Estados Independientes, que reúne a las repúblicas ex soviéticas.

Mientras, el comercio entre Armenia e Irán se multiplicó por 15 desde 1991 a 1995. Ese gran incremento convirtió a Irán en el segundo socio comercial de Armenia, después de Rusia.

Irán también estableció buenas relaciones políticas y económicas la tercera ex república soviética del Cáucaso, Georgia, independizada en 1991. Pero se mantuvieron tensas con Azerbaiján.

La opinión de los iraníes sobre la política hacia el Cáucaso se divide entre los que otorgan prioridad al interés nacional o al Islam. Los últimos dicen que Azerbaiján no está comprometido con el Islam y mencionan la influencia del nacionalismo azerí.

Muchos azeríes de Irán viven en relativa prosperidad económica y su nivel de vida es superior al de Azerbaiján. Ocuparon la mayoría de los principales cargos militares en la historia reciente del país y puestos importantes en el campo científico y civil.

Se trata de una minoría integrada a la sociedad iraní y mezclada por casamiento con otros grupos étnicos de Irán. El nacionalismo promovido desde Azerbaiján tuvo escaso impacto entre ellos, pero aún así, preocupa a Teherán y afecta las relaciones bilaterales.

Azerbaiján e Irán tabién se enfrentan por cuestiones de soberanía en el mar Caspio.

Irán sólo tenía un vecino en la frontera del mar Caspio, la Unión Soviética. Pero ahora tiene cuatro: Azerbaiján, Rusia, Turkmenistán y Kazajstán.

Salvo Azerbaiján, todos se declararon dispuestos a llegar un acuerdo en materia de soberanía sobre el Caspio y en cuanto a la propiedad de las reservas de petróleo y gas natural de ese mar común. La indecisión de los azeríes obstaculiza la inversión extranjera en la explotación de esos recursos.

Así mismo, la región del Cáucaso se extiende más allá de Azerbaiján, Armenia y Georgia. También engloba a la república rusa de Chechenia, de mayoría musulmana, que libró una guerra de secesión con Moscú y no ha renunciado a su independencia.

Irán adoptó una actitud de prudencia ante Chechenia, por temor a arriesgar sus relaciones con Rusia. La presión de Estados Unidos por aislar a Irán acercó a Teherán a Moscú.

Pero el aislamiento de Irán no parece factible, dada la situación estratégica de ese país, y el esfuerzo de Washington sólo contribuye a la inestabilidad de Asia central.

Los tratados firmados por Irán con Armenia, Turkmenistán y Georgia demuestran el potencial para la cooperación regional en el Cáucaso y Asia central.

La visita oficial del primer ministro turco Necmettin Erbakan a Irán en agosto de 1996 demostró que los estados de la región tienen intereses que no pueden pasarse por alto. —— (*) Tschanguiz Pahlavan es profesor universitario en Teherán. Este artículo llega a los lectores de IPS a través del Instituto de Investigación sobre la Guerra y la Paz, de Londres. (FIN/IPS/tra- en/wr/rj/aq-ff/ip/97

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