Al margen del resultado de las gestiones para resolver el conflicto desatado por la decisión unilateral de Brasil de restringir importaciones, economistas y empresarios argentinos ya advierten que el Mercosur sufrió un duro revés en su credibilidad externa.
"Aun cuando la sangre no llegue al río, lo más preocupante de este tipo de comportamiento de Brasil es la falta de seriedad, la inseguridad jurídica que perciben los inversores externos respecto del Mercosur", sostuvo Alberto Alvarez, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina.
Sin consultar antes a sus socios en el Mercosur (Argentina, Uruguay y Paraguay), Brasil anunció la semana pasada una medida que restringe las importaciones de todos los países, incluidos los del bloque, al obligar a los importadores a que paguen sus compras al contado.
Autoridades y empresarios de los tres países socios de Brasil, e incluso de Chile, quien firmó un acuerdo de asociación con el Mercosur, protestaron enérgicamente contra la medida y reclamaron que se exceptúe a los países que integran el bloque.
En principio, Brasil se negó a hacer diferencias, pero este martes admitió que podría modificar la medida en beneficio del bloque. Esta alternativa de dejar al margen de la resolución a sectores claves del comercio, decidió al ministro argentino de Economía, Roque Fernández, a trasladarse a Brasil.
Pero independientemente del resultado de las negociaciones, los observadores señalan que el daño ya está hecho.
"Estamos acostumbrados a este tipo de comportamiento de Brasil, sabemos que finalmente va a retroceder aunque no a la posición inicial, pero lo que no es posible es que cada mes tengamos que enfrentar un conflicto en el bloque por decisiones unilaterales que toma ese país", protestó Alvarez.
El dirigente empresarial recordó que este mismo año hubo problemas por una resolución de Brasil -luego derogada- que imponía controles sanitarios a las importaciones de alimentos desde los países del Mercosur. Argentina vende a Brasil unos 1.600 millones de dólares al año en este rubro.
También surgieron desentendimientos que aún persisten por los incentivos que ofrecen los estados brasileños a la radicación de inversiones externas en el sector automotriz, medidas que tampoco resultan bien toleradas en Argentina.
Esta nueva ofensiva de Brasil, dispuesta para neutralizar los efectos deletéreos de su fuerte déficit comercial y fiscal sobre la economía interna, altera las reglas de juego dentro del bloque.
"Muchos inversores llegaron a este país atraídos por el Mercosur, con miras a proyectar su comercio hacia Brasil", remarcó Alvarez.
La economista Beatriz Nofal señaló que esta última medida de Brasil afecta la credibilidad del Mercosur y añadió que "las medidas que afecten al comercio intrazonal no pueden ser adoptadas en forma inconsulta".
Otro economista, Eduardo Constantini, advirtió que las inversiones directas en Argentina se realizan considerando al país como parte del Mercosur. En 1996, Argentina recibió inversiones externas directas por 5.464 millones de dólares frente a los 7.473 millones que obtuvo Brasil.
Los economistas y empresarios también advirtieron que este tipo de conflictos, aun cuando se solucionen por consenso, erosionan la homogeneidad del bloque frente a iniciativas de terceros como es el proyecto del Area de Libre Comercio de América impulsado por Estados Unidos.
"No podemos llegar débiles a la reunión de mayo", sostuvo el presidente de la Cámara de Exportadores de Argentina, Enrique Mantilla, refiriéndose al encuentro de ministros americanos que se realizaró ese mes en Belo Horizonte, Brasil.
"Lo más grave de este conflicto es que es que da la sensación a las inversiones externas de que las reglas del Mercosur se modifican constantemente en forma unilateral", destacó el economista Miguel Angel Broda.
Broda, en coincidencia con funcionarios de la cancillería que prefirieron el anonimato, señaló que la medida de Brasil, aun cuando se aplique a todos los rubros, sólo afectara exportaciones por 100 millones de dólares, sobre un total de ventas argentinas a Brasil por 6.000 millones.
El impacto económico no es tan grande como la repercusión que tuvo la medida, pero los observadores señalan que lo que verdaderamente sacudió la unión aduanera es la facilidad con que Brasil se desliza hacia medidas inconsultas, aun cuando afecten el intercambio con sus vecinos. (FIN/IPS/mv/ag/if/97