El gobierno asegura que Bolivia está preparada para el libre comercio, mientras los empresarios sostienen que aún no, pero ambos coinciden en que expandir la producción y la competitividad son las únicas opciones para la economía nacional.
Los industriales y el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada hablan idiomas distintos cuando se menciona los procesos de integración, como la reciente asociación de Bolivia al Mercado Común del Sur (Mercosur) a partir del día 1.
Mientras los primeros reclaman reformas inmediatas como un nuevo régimen laboral, financiamiento a la producción, eliminación de aranceles para la importación de maquinarias e insumos, el gobierno les responde con una exhortación a que se modernicen y promuevan un desarrollo tecnológico.
Esas diferencias salieron una vez más a la luz durante la mesa redonda "Area de Libre Comercio 2005 y Mercosur", efectuada este miércoles en La Paz.
En la perspectiva del gobierno, Bolivia está en condiciones de convertirse en la bisagra comercial entre América Latina y otros mercados de ultramar.
La producción boliviana debe proyectarse a la Comunidad Andina (que este país integra), al Mercosur (del que es miembro semipleno) y a los países del hemisferio que conformarán el Area de Libre Comercio de América (ALCA) en el 2005, dijo Alfredo Seoane, funcionario de la Cancillería.
En tanto, el presidente de la Cámara de Industrias, Luis Galleguillos, aseguró que Bolivia no está preparada para incursionar en forma competitiva en los mercados internacionales.
"La explotación de oportunidades puede verse estorbada por obstáculos como la infraestructura deficiente, mercados de capital segmentados e ineficientes, baja calidad de producción, recursos humanos y falta de tecnología para acceder a nuevos mercados", afirmó el industrial.
Galleguillos criticó al gobierno por carecer de una política de desarrollo productivo que permita a los industriales superar su actual impotencia frente al reto de competir en el ámbito comercial del hemisferio.
El economista Horst Grebe precisó que desde hace 30 años este país viene participando de cuanta iniciativa de integración estuvo a su alcance pero hasta ahora se carece de una genuina estrategia de desarrollo productivo y empresarial.
"La política macroeconómica y apertura comercial no son suficientes si no están acompañadas por seguimientos y definiciones en materia de la estructura de la economía real y del fortalecimiento de una cultura emprearial y un sistema institucional que acompañe el proceso", afirmó.
Grebe criticó la pasividad de los empresarios bolivianos, que reclaman, por ejemplo, participar en la capitalización (una forma de privatización) de las empresas del Estado, pero no tienen iniciativas propias.
"Más importante que comprar lo que ya hay es generar ideas para producir cosas nuevas", dijo el economista, quien propone estimular la creación de instituciones que diseñen ideas y perfiles de proyectos para identificar oportunidades de mercado y dar asistencia técnica para la reconversión de las industrias.
Bolivia tiene un déficit crónico en su balanza comercial de los últimos años: entre 1980 y 1995, las exportaciones aumentaron en 150 millones de dólares,pero las importaciones lo hicieron en 770 millones. (FIN/IPS/jcr/dg/if/97
