El estado sureño de Tamil, en India, perdió 1,3 millones de hectáreas de bosques en los últimos 50 años, debido al exceso de pastoreo y a la improvisada tala de árboles para madera y leña.
El gobierno local proyecta lanzar el Proyecto de Reforestación Tamil Nadu (TAP), con el objetivo de plantar árboles en 405.000 hectáreas en el próximo quinquenio.
La deforestación y la sequía provocaron la masiva migración de campesinos pobres en la zona. El agua de la tierra está desapareciendo por la falta de cobertura verde aun en los pueblos del estado costero, de 56 millones de habitantes.
El proyecto está financiado por Japón, cuya Fundación de Cooperación Económica en el Exterior le asignó un préstamo blando de 120 millones de dólares, y por el gobierno local, con 20 millones de dólares.
El TAP comenzará en 200 aldeas este año y se espera que en el año 2002, beneficie a 1.000 aldeas que lindan con zonas forestadas. Los árboles también se plantarán en las riberas de los canales y a lo largo de la costa, para evitar que el mar avance sobre la tierra fértil.
Tomando en cuenta la experiencia fallida de un proyecto anterior financiado por Suecia, el nuevo plan utilizará prácticas de conservación diferentes y contará con la participación de la población local.
Entre 1987 y 1993, Suecia invirtió cerca de 65 millones de dólares en un proyecto de forestación social que concluyó luego de su segunda fase porque los objetivos primarios no se cumplieron.
Un informe de marzo de 1993 sostuvo que las plantaciones no beneficiaron a la población pobre. Los productos de las plantaciones se vendieron en el mercado, en lugar de cumplir con la meta inicial de utilizarlos para el consumo de la comunidad.
"A diferencia del proyecto sueco, la población local participó en la planificación y la implementación del nuevo plan", dijo Sunder Raju, conservador encargado de la iniciativa.
Los pobladores participarán mediante los Comités de Aldeas que se organizarán en cada poblado incluido en el proyecto.
Los comités locales tendrán la facultad de decidir sobre las especies de árboles que se plantarán y podrán controlar el dinero que se utilice de un fondo que tendrá cada aldea incluida en el proyecto.
El anterior proyecto financiado por Suecia recibió múltiples denuncias de malversación de fondos ya que no contó con los controles necesarios.
"Antes, el papel de las comunidades locales se limitaba al trabajo y a compartir los beneficios obtenidos (…) la transparencia de las operaciones en el proyecto actual solucionarán muchos de los problemas previos", dijo Raju.
Los objetivos inmediatos del plan son generar ingresos y satisfacer las necesidades de leña y forraje de la población. En última instancia, el éxito del ambicioso programa radicará en la mejoría de las reservas de agua.
Para ello, los planificadores del proyecto asignaron 45 millones de dólares para renovar las reservas.
La variedad de árboles prevista para las plantaciones del proyecto es mucho mayor que la del plan anterior del gobierno sueco. Los pobladores quieren que se incluyan árboles frutales y olivos.
Una administración conjunta integrada por representantes de los comités de aldeas y autoridades del departamento estatal de bosques, controlará la evolución del proyecto, el cual ha sido criticado por la carga financiera que implicará para el Estado.
Pero uno de sus diseñadores, el conservador Sridhar, cree que los beneficios previstos justificarán los préstamos. "El proyecto será económicamente viable", asegura.
Las autoridades agregan que el proyecto tiene el respaldo político del ministro de Forestación de Tamil Nadu, Pongalur Palanisamy, considerado muy importante por ambientalistas independientes.
"Realizado con diligencia e imaginación, los beneficios directos e indirectos no sólo alcanzarán a las aldeas locales sino que salvarán de la destrucción a los bosques que permanecen en pie", afirmó Jeevanandam, presidente del Movimiento Verde de Tamil Nadu. (FIN/IPS/tra-en/ar/an/aq-lp/en/97