El tráfico ilegal de niños de China para reunirse con sus padres en Hong Kong registra un gran aumento a medida que se acerca la entrega de la colonia británica al gigante asiático, por temores que alienta la banda criminal "cabezas de víbora".
Si bien esos niños tienen derecho legal a residir en Hong Kong, las familias se arriesgan a contratar a traficantes que los llevan en temerarios y peligrosos viajes a bordo de frágiles barcos pues temen cambios en la política migratoria.
Mientras tanto, las autoridades temen que ocurra una catástrofe marítima.
Solo en las primeras tres semanas de marzo, 442 niños fueron detenidos. El fenómeno llamó la atención de los funcionarios de migración de Hong Kong que compararon esa cifra con las precedentes. En noviembre de 1996 hubo apenas 89 detenciones, mientras en enero de este año se registraron casi 300.
En 1996, 745 niños fueron detenidos al ingresar ilegalmente a Hong Kong desde China. Esa cantidad fue superada en las primeras 10 semanas de este año, según fuentes oficiales.
La mayoría de esos niños tienen derecho a la residencia en Hong Kong porque sus padres ya viven allí, y quizás mantengan ese derecho después del 30 de junio, cuando la hoy colonia británica sea entregada a China.
China y Hong Kong acordaron admitir el ingreso legal de 45 niños al enclave cada día para que se reúnan con sus familias.
Pero Ho Hei Wah, de la Sociedad de Organizaciones de la Comunidad (Soco), dijo que muchos padres se arriesgan a arreglar el ingreso ilegal de sus hijos debido a las larga lista de espera y el temor a que el criterio pactado varíe luego de la entrega.
Funcionarios corruptos de China cobran sobornos para que los niños se sorteen lugares en la lista, por lo que la espera para las familias que gestionaron legalmente el ingreso de sus hijos es mayor de lo que debería.
Los trámites son de dominio exclusivo de funcionarios chinos. Los de Hong Kong no tienen injerencia en el asunto.
"Los niños ingresan en la lista de espera ya cuando inician el trámite y deben contar con una carta de garantía de sus padres que establezca que entrarán a Hong Kong solo cuando se les otorgue el permiso", dijo Ho. Este mecanismo, agregó, debería reducir el pánico y la tensión de la espera.
El gobierno de China estima que alrededor de 40.000 niños que residen allí podrían unirse con sus padres en Hong Kong, cuyas autoridades afirman que es probable que lo hagan antes del fin de este año. Otras fuentes afirman que el número de los que esperan podría ascender a 70.000.
Funcionarios de migración sostienen que los temores han sido alentados por la por la banda de contrabando humano "cabezas de víbora".
Los anuncios sobre restricciones al turismo desde China a Hong Kong en las semanas anteriores y después de la entrega el 30 de junio con la excusa de mantener la seguridad de los dignatarios también generaron temor de un cierre de fronteras.
Un portavoz del departamento de inmigración de Hong Kong afirmó que los "cabeza de víbora" también difunden rumores sobre una amnistía para los padres que se reúnan en el enclave con sus hijos antes de la entrega.
"La mayoría de los niños que ingresaron ilegalmente este mes fueron traídos por los 'cabeza de víbora', no por sus padres u otros familiares en los que confíen", dijo el funcionario.
Los menores son cargados en vetustos botes de junco o lanchas rápidas que operan a lo largo de las costas chinas de Huizhou y Shantou. Las bandas cobran entre 13 y 13.000 dólares por niño, en su mayoría de entre seis y 14 años de edad.
"Los barcos podrían hundirse, especialmente cuando están sobrecargados o son perseguidos" por la guardia costera, según el funcionario Leung Ping Kwan.
También aumentó el flujo de mujeres embarazadas desde China que desean dar a luz en Hong Kong, donde la atención materno-infantil es mejor. Varias murieron en el choque de un barco en el mar en 1995.
Este, entre otros episodios, provocó un aumento del control de las autoridades chinas.
Los padres que pretenden que sus hijos residan en Hong Kong argumentan que el sistema educativo es mejor. Pero estos niños tienen problemas para que se los admita en las escuelas debido a su bajo rendimiento académico.
La mitad de los niños procedentes de China que viven en Hong Kong repiten el año en primaria, al igual que 80 por ciento de los estudiantes de secundaria. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/mj/ip pr/97