La designación de un editor partidario de Beijing como consultante del principal diario en inglés de Hong Kong, el South China Morning Post, alarmó a periodistas que ven la medida como preludio de futuras restricciones a la libertad de prensa.
Feng Xi Liang, editor fundador del diario, que cuenta con respaldo de China, comenzará a trabajar la semana próxima en el diario más antiguo de Hong Kong, en medio de temores de que la censura comience a estar a la orden del día tras la entrega de la colonia británica al régimen chino, el 30 de junio.
Algunos periodistas del Post llaman irónicamente a Feng "el comisario político" del periódico, en referencia a la práctica china de asignar funcionarios del Partido Comunista a todas las organizaciones, incluyendo escuelas.
La situación no es motivo de risa para un periodista de Hong Kong, quien señaló que la medida "parece moverse de la autocensura, muy exendida ahora, a la censura abierta. Ninguno de nosotros pensó que esto ocurriría realmente. No tan pronto y tan abiertamente", declaró.
Feng, retirado y en los 70 años, fue antes asesor de la revista pro-Beijing "Window".
El cargo de Feng en el Post -antes propiedad del magnate de los medios Rupert Murdoch, y ahora del barón del azúcar Robert Kuok- es "consultor", pero los periodistas afirman que su función no está clara.
Algunos analistas afirman que Kuok, al igual que otros empresarios, puede no saber cómo lidiar con la nueva realidad en Hong Kong, y Feng podría ayudar al próspero diario a dirigir su curso en el campo minado de la política de Beijing con los medios.
El editor político del Post, Chris Yeung, dijo que los periodistas "temen que los conceptos, sistemas y prácticas de la prensa se filtren (al Hong Kong post 1997) y que la influencia de Beijing se traduzca en presión directa e indirecta sobre el contenido de los medios".
Periodistas que han criticado abiertamente a China están preocupados por posibles venganzas después que el designado jefe ejecutivo de la administración china en Hong Kong, Tung Chee Hwa, anunciara planes de fortalecer las leyes de Hong Kong en casos de traición, subversión y secesión.
Una nota editorial comentando sobre la situación política de China o el movimiento por la independencia en Tibet o Taiwan podría ser considerada un acto de sedición, indicó Lo Wing Kong, del subcomité de libertad de prensa de la Asociación de Periodistas de Hong Kong (HKJA).
Qué se podrá decir ha sido tema de grandes debates, particularmente después que Tung dijera a comienzos de este año que podría ser ilegal que las personas de Hong Kong hicieran "comentarios insultantes y humillantes" y "atacaran" a los líderes chinos tras la entrega de la colonia.
Elsie Leung, designada por Tung a la Secretaría de Justicia, dijo que no debe permitirse que la gente de Hong Kong "abuche a Li Peng" en el futuro, de la misma manera que ahora no puede "abuchear a la reina Isabel II" de Gran Bretaña.
El gobierno de Hong Kong se apresuró a decir que bajo las leyes de la colonia no existen los "abucheos" sediciosos contra la reina. Pero China ya había lanzado su advertencia sobre cuáles hechos serían permisibles.
Beijing ya prohibe a periodistas de la revista "Next" y el diario "Apple Daily" la cubertura de los hechos en el continente, debido a que su propietario, Jimmy Lai, llamó "huevo de tortuga" al primer ministro Li Peng .
El "dañino" fenómeno de la autocensura, el cual "implica una comunidad aterrorizada" permea toda la colonia, sostiene Emily Lau, parlamentaria independiente y ex periodista. "Muchas personas no se atreven a decir nada crítico de Beijing en público, por temor a consecuencias económicas y/o políticas", agregó.
Periodistas de televisión extranjeros y locales se quejan de la repentina "timidez" de la gente de Hong Kong para aparecer en televisión o registrar sus opiniones en la grabadora.
"Todos temen represalias después de 1997, y los periodistas cuyos puntos de vista se hacen públicos como parte de su profesión las temen tanto como el hombre de la calle", dijo un periodista. (FIN/IPS/tra-en/ys/ral/lp/ip-cr/97