La educación debe ser para todos, permanente y en lo esencial debe enseñar a vivir, afirmó hoy en esta capital Federico Mayor Zaragoza, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Mayor Zaragoza habló en la presentación del proyecto "Aprender a vivir", sobre educación para la paz, derechos humanos y democracia en los países de habla hispana, que patrocina la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
El proyecto busca el fortalecimiento ético y moral de la personalidad de los jóvenes, así como el desarrollo de conocimientos, valores y actitudes favorables al respeto y a la defensa de los derechos humanos.
También aspira a la formación de una conciencia ciudadana y universal que opte por la cultura de la paz y la democracia, informó el director del proyecto, Fernando González Lucini.
Mayor criticó a quienes sostienen que tras la caída del muro de Berlín (1989) se acabó la historia. En rigor, dijo, está comenzando un nuevo capítulo de la historia, en el que es esencial el papel de la educación.
La técnica se ha desarrollado de manera prodigiosa, prosiguió, pero la sola técnica es incapaz de resolver los problemas.
Hay quien piensa que poseer un ordenador personal es ya mejorar la educación. "Pero no es sólo eso, hace falta la soberanía personal, ser dueños de uno mismo y nada, nada, sustituye a los padres y a los maestros", puntualizó el director general de la Unesco.
Se pronunció en favor de cambiar la ideología de la guerra por la ideología de la paz. "Hay que dejar de financiar las guerras para financiar la paz, que es infinitamente más barato y menos doloroso", dijo.
También analizó la situación económica, y, refiriéndose a Europa, expresó que "no se puede admitir el absurdo de que en un continente se pague para erradicar cultivos y ganado y en otro cercano (Africa), el hambre cause estragos".
"Las sociedades saciadas y a menudo indiferentes ignoran que la globalización es una autopista de ida y vuelta", por lo que Europa no debe sentirse inmune a los problemas que el egoísmo del Norte provoca en los países del Sur.
Además, subrayó, "el pago de la deuda externa de los países en desarrollo hace subir la deuda social interna", lo que fomenta la intolerancia y la injusticia. (FIN/IPS/td/dg/ed-pr-dv/97)