FILIPINAS: Ayuda exterior mantiene a flote paz con musulmanes

La financiación del histórico acuerdo en Filipinas con la guerrilla musulmana de la isla de Mindanao será parcialmente cubierta por el programa de desarrollo de la ONU (PNUD), ante la incapacidad del gobierno de cumplir sus promesas.

La entrega de fondos para el desarrollo de la sureña Mindanao, muy atrasada en relación al resto del país, le resultó más difícil al gobierno que firmar el pacto de paz que puso fin a casi 30 años de rebelión separatista.

A siete meses de la firma del acuerdo, las necesidades de rehabilitación del sur se hacen cada vez más evidentes, mientras miembros del rebelde Frente Nacional de Liberación Moro (FNLM) comienzan a irritarse, ahora que dejaron de luchar por la autonomía pero no tienen cómo subsistir.

Dirigentes del FNLM advierten que algunos miembros podrían unirse a otros grupos rebeldes y volver a la lucha contra el gobierno.

Mindanao, en especial la parte sur de la isla, donde vive la mayor parte de los seis millones de musulmanes del país, quedó relegada por falta de inversiones y negligencia del gobierno central, y una guerra en la que murieron 120.000 personas.

El gobierno prometió inyectar fondos a Mindanao, pero la burocracia y las restricciones financieras demoraron el proceso.

La oficina en Manila del Proyecto de las Naciones Unidas para el Desarrollo firmó esta semana un acuerdo para entregar la mitad de un paquete de 1.064 millones de dólares en asistencia especial para ex guerrilleros del FNLM.

El paquete es "una respuesta al creciente sentimiento de frustración y descontento de los rebeldes del MNLF, sus familias y comunidades, ante las expectativas no satisfechas", dijo Sarah Timpson, representante del PNUD en Manila.

A diferencia del resto de la ayuda, que se entrega al gobierno, este paquete llegará directamente a manos de los rebeldes y sus familias, como asistencia de emergencia en forma de alimentos, e implementos de subsistencia que incluyen animales para cría.

Los fondos se canalizarán a través de dirigentes locales del FNLM, organizaciones no gubernamentales y cooperativas de mujeres viudas de rebeldes.

La ejecución será supervisada por el Consejo para la Paz y el Desarrollo del Sur, órgano creado por el acuerdo de paz y presidido por el jefe del FNLM, Nur Misuari, quien además fue electo presidente de la región autónoma del área musulmana de Mindanao.

El esquema del PNUD será una prueba de la voluntad política del FNLM. Muslimin Sema, secretario general del frente, dijo que la cantidad entregada por el PNUD es "pequeña, pero tenemos que apreciar todo lo que nos llegue".

También podría probar que la paz en Mindanao es viable, y si resulta exitoso, que las organizaciones internacionales de desarrollo confían más en la administración de los musulmanes filipinos de sus propios asuntos que en el gobierno.

Además del PNUD, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP) anunció esta semana un proyecto conjunto con el gobierno de Holanda de un millón de dólares para atención de la salud reproductiva por parte de los gobiernos locales en la zona musulmana de la isla.

Pero a pesar de asistencia adicional para Mindanao y promesas de inversiones de países musulmanes de Asia, analistas señalan serias dificultades en la ejecución del acuerdo de paz, entre ellas las débiles estructuras creadas por el gobierno con ese fin. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/lp/dv-ip/97

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