La industria camaronera de Ecuador, la tercera en importancia del país, vive una de las crisis más serias de su historia, al enfrentar el bloqueo comercial de Estados Unidos y varios juicios penales a nivel nacional.
El gobierno de Estados Unidos embargará al camarón de mar ecuatoriano a partir de mayo por incumplir las prácticas de recolección para la protección de la tortuga marina, informó la Subsecretaría de Recursos Pesqueros de Ecuador.
El 95 por ciento de los barcos inspeccionados por los funcionarios del gobierno estadounidense el mes pasado contaban con el dispositivo excluidor de tortugas, pero el 40 por ciento presentó errores en su uso, por lo que el balance general fue negativo, dijo Nancy Cely, subsecretaria de Recursos Pesqueros.
La utilización del dispositivo excluidor de tortugas es una norma impuesta por la Corte de Comercio de Estados Unidos desde 1996 a todos los países productores que venden el camarón a esa nación.
Por otra parte, las camaroneras que trabajan en piscinas de cultivo, la otra modalidad de producción existente en Ecuador y la más importante, enfrentarán los primeros juicios contra el Estado por la depredación de las zonas protegidas de manglares, donde esta industria se ha instalado a lo largo de 19 años.
"Las evidencias de los daños ambientales que existen en contra de la industria del camarón no se pueden ocultar más", dijo a IPS Gina Chávez de la organización Acción Ecológica.
"Durante años los industriales han podido darle la vuelta a las demandas, muchas veces con el apoyo del gobierno, pero se ha llegado a un límite", añadió.
Según Chávez, la importancia de la comercialización del camarón, que representa la tercera fuente de ingresos para Ecuador después del petróleo y el banano, ha otorgado "total impunidad a esta industria, que en muchas ocasiones cuenta con la inversión directa de funcionarios del Estado".
El juicio se abrirá en contra de 10 camaroneras, según la dirección de Medio Ambiente de Ecuador, y se sustenta en los dispuesto en el artículo 81 de la Ley Forestal, donde se estipula que quien tale o destruya los bosques de mangle será sancionado.
En el Código Penal se establecen penas de hasta dos meses de prisión por cada árbol talado, aunque el total de la pena no puede exceder los tres años.
El bloqueo estadounidense al crustáceo ecuatoriano que se captura en el mar provocará pérdidas por unos 50 millones de dólares, aunque esta rama de la industria camaronera representa sólo el ocho por ciento del volumen de producción, según la Subsecretaría.
El mercado estadounidense capta la totalidad de las exportaciones ecuatorianas de camarón capturado en el mar, por lo que el bloqueo significaría prácticamente la desaparición de esta actividad.
"La decisión apresurada del gobierno de Estados Unidos, dejará sin empleo a 300.000 ecuatorianos", dijo Carlos Correira, presidente de la Asociación de Armadores de Barcos Pesqueros de Camarón, quien pidió la intervención del gobierno ecuatoriano "para revertir la decisión unilateral de Estados Unidos".
"Se trata de una campaña de desprestigio contra la industria camaronera", sostuvo Rodrigo Laniado, presidente de la Cámara de Acuicultura, quien aseguró que las denuncias de la prensa internacional y organizaciones ambientalistas sobre la destrucción de manglares y tortugas carecen de sustento.
"Cuando supuestamente se inició la tala indiscriminada de manglares, en 1991, la industria camaronera ya se encotraba instalada en el país y para entonces ya representábamos a la tercera actividad productiva de este país", afirmó Laniado.
No obstante, Chávez señaló que si bien es verdad que en 1991 las camaroneras ya estaban instaladas en las costas de Guayaquil principalmente, no se menciona la expansión de la industria hacia la costa norte, en las provincias de Manabí y Esmeraldas.
En estas provincias, las camaroneras "no sólo han depredado a los manglares, sino que han provocado desempleo a la población de esas regiones que son las más pobres del país", apuntó la ambientalista.
Tanto el embargo como los procesos judiciales contra las camaroneras "abren una luz de esperanza en la lucha por el medio ambiente que parecía totalmente extinguida", concluyó Chávez. (FIN/IPS/mg/ag/en/97