Las autoridades de Guyana discuten la posibilidad de interceptar conversaciones telefónicas de narcotraficantes con otros países.
La propuesta es resultado de un exitoso operativo conjunto con líneas telefónicas y control con vídeos de las policías local y federal de Canadá realizado el año pasado, indican analistas.
El operativo condujo a la detención de varios sospechosos, incluyendo dos jóvenes millonarios con propiedades en la capital y otras áreas. Ambos aguardan el juicio, y si son encontrados culpables, deberán pasar un mínimo de 15 años en prisión.
La nueva legislación se propuso en varios países de la Comunidad del Caribe (Caricom). El ministro del Interior de Guyana, Feroze Mohamed, afirma que se trata de una de las únicas opciones disponibles en los esfuerzos contra el narcotráfico.
La propuesta para dar a las autoridades mayores poderes en la lucha contra la droga está contenida en un plan puesto a punto por el presidente, Samuel Hinds, y otras autoridades.
El programa, de tres años, cubre todos los aspectos de la lucha contra el tráfico de drogas ilegales, incluyendo nuevos ajustes a las leyes de lavado de dinero, la capacitación de funcionarios bancarios para detectar transferencias de dinero sospechosas y mejor coordinación entre agencias de inteligencia.
El año pasado, Mohamed solicitó a la agencia de lucha contra el narcotráfico de Estados Unidos (DEA) que abriese una oficina en Guyana.
Washington respondió que, aunque consciente del problema de la droga, considera que Guyana tiene un papel poco importante en relación a otros países de América del Sur y el Caribe.
Pero Guyana firmó en las últimas semanas un tratado con Estados Unidos permitiendo que efectivos de la DEA persigan a sospechosos de narcotráfico en sus aguas territoriales y espacio aéreo. Una pequeña base para el personal de la DEA será construida cerca del aeropuerto internacional de Timehri.
Mientras tanto, las cifras de confiscaciones de droga señalan que las agencias de lucha contra el tráfico estarían perdiendo la batalla.
El año pasado, la policía confiscó 91 kilogramos de cocaína y 52.000 kilogramos de marihuana. Desde el inicio de este año, confiscó 19 kilogramos de cocaína y 14.000 kilogramos de marihuana, gran parte de la cual se cultiva en terreno selvático y pantanoso.
Alrededor de 90 por ciento de la cocaína se detuvo en el principal aeropuerto, pero autoridades sostienen que resulta difícil estimar la cantidad que deja el país oculta en el arroz y otras grandes exportaciones por vía marítima, donde la vigilancia es menor.
El plan también involucra la compra de equipos electrónicos y de vídeo para compilar las evidencias necesarias para el poder judicial.
También se estudia la instalación de una corte especial que tratará casos de narcotráfico. En el pasado, la policía se ha quejado de largas demoras judiciales en este tipos de casos, por las cuales en el momento en que los casos llegaban a la justicia los testigos habían dejado el país y nada podía hacerse. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/lp/ip/97