La demora de Estados Unidos en la ratificación de tratados de reducción de armas sugiere que Washington no está dispuesto a reducir su arsenal nuclear, según organizaciones no gubernamentales (ONG).
Las ONG que siguen de cerca las negociaciones sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) sostienen que la falta de progreso en acuerdos como la Convención de Armas Químicas, que no fue ratificada por el Senado de Estados Unidos, diluyó la confianza sobre futuras medidas de desarme por Estados Unidos.
Ahora, el mismo bloque derechista del Senado que se niega a aprobar la Convención de Armas Químicas, encabezado por el senador republicano Jesse Helms, podría oponerse al Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBT).
El CTBT fue ratificado por más de 140 países desde su aprobación por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el pasado septiembre.
Helms, presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado, también podría oponerse al segundo Tratado de Reducción Estratégica de Armas (START II), advirtió Joseph Cirincione, del Comité sobre Política Nuclear, de Estados Unidos.
"Si el CTBT no se ratifica, el proceso de desarme comenzará a destruirse. Existe el temor de que, si uno de estos instrumentos falla, la estructura entera (de las negociaciones sobre armas nucleares) se derrumbará", expresó.
Parte del problema radica en que el CTBT, que prohibiría todos los experimentos nucleares, no entrará en vigor si países clave como Estados Unidos e India no lo ratifican.
"¿Cómo sabemos que Estados Unidos lo va a ratificar? Basta ver lo que está haciendo Jesse Helms con la Convención de Armas Químicas", razonó Cirincione.
"Si la falta de acción de Estados Unidos invalida la Convención de Armas Químicas, las negociaciones sobre la Convención de Armas Biológicas también quedarían bloqueadas", advierte un reciente informe del Centro Henry Stimson, un organismo de investigación con sede en Washington.
El informe agrega que si las iniciativas no avanzan, la carrera armamentista continuará, porque las autoridades estadounidenses y de otros países "seguirán manteniendo o adquiriendo armas nucleares".
Los diplomáticos de Washington no piensan considerar otras medidas de desarme aparte de las que ya se acordaron, afirmó Dan Plesch, director del Consejo Británico-Estadounidense de Información sobre Seguridad (BASIC).
El representante de Estados Unidos en las negociaciones del NPT, Lawrence Scheinman, dijo que el gobierno de Washington acordó prohibir las pruebas nucleares e impulsar los recortes previstos en START II, así como negociar las reducciones de START III con Rusia.
El presidente estadounidense Bill Clinton y el ruso Boris Yeltsin acordaron el mes pasado en Helsinki limitar a 2.000 o 2.500 por país el número de ojivas nucleares para fines del 2007 en el marco del proceso del START III, agregó Scheinman.
Pero ese límite es excesivo, consideró Stansfield Turner, ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). "Dos mil cabezas nucleares dirigidas hacia Estados Unidos nos destruirían, lo mismo que a Rusia".
La reducción del número de ojivas de las 3.000 impuestas por START II a 2.000 no es significativa, y sería deseable que la cantidad se redujera a 700 o 1.000, manifestó Turner. (Se calcula que Estados Unidos tiene más de 6.000).
Sin embargo, dicha reducción parece difícil políticamente, porque tanto el Congreso de Estados Unidos como la Duma (cámara baja) de Rusia están convencidos de la necesidad de mantener la capacidad nuclear de sus países para el caso de una guerra convencional.
Turner opinó que dicha actitud es "tonta" porque Estados Unidos derrotó a Iraq en 1991 "con un brazo atado a la espalda", y dudó que un conflicto convencional justifique un ataque nuclear.
Por su parte, Scheinman insistió en que Washington está "comprometido con el desarme nuclear y el objetivo final de la eliminación de las armas nucleares".
Para cuando se concrete el START III, dijo, "Estados Unidos habrá restringido sus ojivas nucleares al 35 por ciento de lo permitido por START I".
Pero el gobierno está más interesado en otras cuestiones como la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia Europa oriental, tema que inflama el sentimiento popular en Rusia y podría crear nuevos obstáculos al desarme.
Rusia, Belarús y Sudáfrica ya advirtieron que la posible expansión de la OTAN hacia Polonia, República Checa y Hungría podría aumentar los arsenales nucleares en lugar de promover el desarme, observó Plesch. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/aq-ml/ip/97