La reunión que comenzará el próximo lunes en la ONU para revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) pondrá a prueba la voluntad de los países firmantes de cumplir sus compromisos, aunque no ofrece garantía alguna de éxito, según grupos a favor del desarme.
Por el contrario, recientes declaraciones de los gobiernos de las cinco potencias nucleares declaradas (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) indican que no está en sus planes la eliminación de sus arsenales nucleares, señaló Dan Plesch, director del Consejo Británico-Estadounidense de Información sobre Seguridad.
Esto podría convertir las reuniones de la Comisión Preparatoria del TNP, que comienzan este lunes, en una frustrante batalla entre los países que tienen armas nucleares y los que no tienen, haciendo descarrilar el actual proceso de desarme nuclear, advirtió.
"Lo que veremos la semana próxima es si existe o no una intención seria de los países con armas nucleares de cumplir con sus compromisos", dijo Plesch.
Los compromisos incluyen los "Principios y Objetivos" que acompañaron la extensión indefinida, en 1995, del TNP, que estableció "el objetivo último de eliminar las armas atómicas".
Sin embargo, recientes hechos como la cumbre de Helsinki entre el presidente estadounidense Bill Clinton y el ruso Boris Yeltsin indican que ese objetivo está muy alejado de los planes de ambos gobiernos. El documento final de Helsinki "no hace referencia alguna al desarme nuclear", observó Plesch.
Previsiblemente, los países con armas nucleares argumentarán que ya cumplieron algunos de sus compromisos, principalmente la concreción de un tratado de prohibición de pruebas nucleares, el año pasado, y el comienzo de negociaciones entre Rusia y Estados Unidos sobre un tratado de reducción nuclear Start III.
Sin embargo, los países sin armas nucleares aún resienten la puja que causó la extensión indefinida del TNP por los 174 estados suscriptores del tratado, hace dos años.
Las naciones en desarrollo se indignaron todavía más cuando, poco después, Francia y China realizaron pruebas nucleares, violando el acuerdo implícito de evitar ese tipo de experimentos.
Esos mismos países podrían ahora ejercer más presión para que las cinco potencias nucleares se encaminen hacia el desarme nuclear.
Una resolución emitida el año pasado por la Corte Internacional de Justicia, según la cual el uso de armas atómicas sería ilegal de acuerdo con las leyes internacionales, inspiró especialmente a los países que abogan por el desarme nuclear.
Pero ésta no sería la única causa de división entre el Sur y el Norte en la próxima reunión. Los países industrializados nombraron al embajador Pasi Patokallio para presidir el encuentro, aunque muchas naciones en desarrollo desean un candidato propio en su lugar.
Algunos diplomáticos del Sur ya mencionaron al embajador Isaac Ayewah, de Nigeria, como posible candidato.
Otros asuntos de procedimiento, como si las conversaciones preparatorias deben producir un informe y qué forma tendría éste, podrían paralizar fácilmente las reuniones, advirtió Plesch.
Si eso ocurriera, previno, "se trataría de un comienzo sumamente peligroso, y el tratado podría perjudicarse".
Según una encuesta publicada el jueves por la organización no gubernamental Abolition 2000 y elaborada por la empresa de opinión pública Lake Sosin Shell and Associates, 84 por ciento de los estadounidenses afirman que se sentirían más seguros en un mundo sin armas atómicas.
Ochenta y siete por ciento de los encuestados desean que Estados Unidos negocie un acuerdo para eliminar todas las armas nucleares, mientras 77 por ciento consideran que el presupuesto de armas nucleares es demasiado alto.
La empresa encuestadora descubrió que el apoyo al desarme nuclear es compartido por hombres y mujeres, republicanos y demócratas. "Raramente se observa un consenso tan amplio sobre un tema público", destacó Celinda Lake, presidenta de Lake Sosin Snell and Associates. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml/ip/97