La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) de Chile condenó el miércoles 23 en una carta abierta al presidente del Perú Alberto Fujimori, el operativo de rescate de los rehenes de un grupo insurgente en la embajada de Japón en Lima.
La reacción de la AFDD, que reúne a familiares de 1.500 desaparecidos durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), contrastó con el respaldo a Fujimori del gobierno del presidente Eduardo Frei, la mayoría de los partidos chilenos y de la Iglesia Católica.
El mandatario chileno felicitó este miércoles a Fujimori por el éxito del rescate a través de una llamada lefónica en la que le reiteró el respaldo oficial expresado en la noche del martes por medio de una declaración.
La AFDD acusó al mandatario de Perú de traicionar las conversaciones que llevaba a cabo con los guerrilleros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) al ordenar el ataque en que fueron liberados 71 de los 72 rehenes retenidos desde el 17 de diciembre.
Fujimori "traicionó" igualmente "las conversaciones sostenidas al más alto nivel diplomático con diversos gobiernos" y "desoyó el clamor internacional de dar una salida pacífica al problema", sostuvo la AFDD, que preside Sola Sierra.
El presidente peruano desató "toda la fuerza armamentista del Estado en contra de un grupo de jóvenes que en todo momento de su acción demostró un profundo respeto por la vida humana", agregaron los familiares de los desaparecidos chilenos.
El ataque de los comandos a la embajada nipona, que concluyó con la muerte de los 14 guerrilleros del MRTA según informes oficiales, refleja "la perversa lógica de la "modernidad', donde la vida humana -sobre todo la de los humildes y perseguidos- no vale nada", expresó también la AFDD.
El gobierno de Frei reiteró en cambio su respaldo a Fujimori, señalando que "no existían, tras las largas y frustradas negociaciones, alternativas para solucionar la crisis en otra forma".
El ministro del Interior Carlos Figueroa elogió el "gran coraje" del mandatario peruano para ordenar la acción de fuerza contra los "recalcitrantes" guerrilleros, calificados de "terroristas" por el gobierno.
El arzobispo de Santiago y primado de la Iglesia Católica chilena, Carlos Oviedo, dijo que la salida de la crisis fue "un ejemplo para el mundo actual", en tanto demostró que "nada se consigue con la violencia".
"Queda demostrado que no es posible negociar con grupos que tratan de imponer sus postulados mediante la extorsión", comentó a su vez el presidente del Senado Sergio Romero, del derechista Partido Renovación Nacional. (FIN/IPS/ggr/dg/hd-ip/97
