El carácter contagioso del fenómeno de abuso de menores alcanza niveles epidémicos, como lo ilustran algunos hechos chocantes producidos en Europa Occidental, advirtió un informe presentado ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La investigación de la relatora especial de la ONU sobre venta de niños, prostitución infantil y utilización de niños en pornografía, aludió a los recientes episodios de crímenes sexuales y de pedofilia registrados en Bélgica y Francia.
La experta filipina Ofelia Calceta Santos, autora del informe, indicó que un elemento también reciente, que causa gran inquietud, es la perpetración de prácticas cada vez más horrendas de abuso sexual con fines comerciales de niños cada vez más pequeños, incluso lactantes.
El estudio de Calceta, presentado esta semana ante el organismo de la ONU, observó que toda campaña contra el abuso y la explotación de menores requiere profundizar el conocimiento de de las víctimas y de los explotadores y usuarios.
La vulnerabilidad de los niños presenta relación directa con su pertenencia a familias marginales o rotas. En una situación de peligrosidad especial se encuentran los niños de la calle.
Las últimas tendencias verificadas en la comisión de estos delitos muestran la aparición del uso de la fuerza o el secuestro para hacer caer a los niños en las redes de la explotación y el abuso.
Calceta apuntó que otro hecho importante es el número creciente de muchachos encueltos en la prostitución y la pornografía en todo el mundo.
Los explotadores, personas que se benefician abasteciendo el mercado de menores, abandonaron la figura tradicional de la "regenta" de prostíbulo o del proxeneta.
Ahora los representan organizadores de viajes, cabecillas y miembros de sindicatos del crimen, funcionarios públicos corruptos y, "lo que es más lamentable, incluso los propios padres y custodios de los niños".
La investigación determinó que los usuarios y clientes más frecuentes son pedófilos, individuos que sienten una inclinación preferente por los niños o clientes circunstanciales ordinarios, turistas, trabajadores migratorios, personal militar y otros.
La experta pidió atención para la cuestión de la pedofilia debido a que el pedófilo medio abusa de muchísimos más niños que otros clientes.
El problema se complica por las conocidas dificultades para la rehabilitación de los pedófilos, en especial los de comportamiento compulsivo.
Los estudios indicaron que 70 por ciento de los pedófilos reinciden una y otra vez. Calceta mencionó el caso de un ex profesor de la escuela preparatoria de Abberley, Herefordshire, en Gran Bretaña, quien reconoció a los investigadores que había abusado sexualmente de "cientos y cientos" de niños.
Las recomendaciones de la experta estiman que las estrategias de concientización y sensibilización del público y la defensa de los niños sólo serán eficaces acompañadas de información sobre la profundidad de las cicatrices que los abusos dejan en los menores.
El informe de Calceta incluye referencias a episodios como la aparición en Chile de cientos de niñas muy pequeñas, incluso de siete años, desdicadas a la prostitución.
En Acapulco, México, el Servicio Postal de Estados Unidos cerró la mayor red de producción y distribución de pornografía infantil que la policía estadounidense hubiera descubierto jamás.
El negocio de Acapulco reportaba 500.000 dólares por año a los tres ciudadanos estadounideses que lo explotaban, alojados en una costosa residencia del balneario.
La relatora dijo que dispone de denuncias sobre espectáculos de algunos clubes nocturnos de México en los que algunos niños realizan actos sexuales con animales. A seis establecimientos de ese tipo identificados puede asistir todo el que pague la entrada y consuma bebidas alcohólicas.
En Bogotá, se registró, entre 1986 y 1993, un aumento de 500 por ciento en el número de niños de entre ocho y 13 años dedicados a la prostitución. El fenómeno se atribuyó a la desintegración de la sociedad, la pobreza y los estupefacientes.
En Perú, se registra el fenómeno de muchachos de ocho a 20 años que viven en sus hogares pero se prostituyen para completar los ingresos familiares o comprarse estupefacientes o ropa.
En Brasil, muchachas de 15 o 16 años de comunidades remotas son importadas como ganado por tratantes, atraídas por la promesa de un empleo en cantinas y restaurantes de ciudades mineras de la cuenca amazónica, dijo el informe.
En República Dominicana, donde existen playas y centros dedicados al turismo sexual, se presenta una variante de la prostitución de muchachos conocida como "hanky panky".
El sistema consiste en muchachos de la playa, en algunos casos de apenas 13 años, que viven con turistas extranjeros en Boca Chica y Sosuam, y establecen una relación que dura varios años.
En Costa Rica, sólo en la capital hay más de 2.000 menores que se prostituyen para clientes que casi en su totalidad son extranjeros. Como en República Domicana, en Costa Rica se ofrecen a los pedófilos paquetes de turismo sexual que incluyen niños. (FIN/IPS/pc/ag/hd-pr/97)