Cuba mantendrá el sector de la salud entre las grandes prioridades de su política social a pesar de las tensiones provocadas por la crisis económica de los últimos seis años.
Fuentes oficiales aseguran que la salud pública seguirá figurando entre "las joyitas" del gobierno de Fidel Castro con asignaciones que rondan siete por ciento del presupuesto anual del Estado.
Según el ministro de Salud Carlos Dotres, los fondos estatales para el financiamiento de la salud este año igualarán los 126,5 millones de dólares gastados durante 1996.
La cifra casi duplica los 66,9 millones del presupuesto nacional gastados con ese fin en 1993, considerado el peor año de la crisis iniciada en 1990.
Entre 1989 y 1995 el producto interno bruto cubano registró una caída de 34,3 por ciento, en 1994 creciço 0,7 y el pasado año cerró con un aumento de 7,8 por ciento.
Altos funcionarios reconocen que el crecimiento económico resulta aún insuficiente para incidir en una mejoría de la calidad de vida de la población pues parte de una recesión muy profunda.
El presidente Fidel Castro alertó el viernes 4 sobre la necesidad de no alentar la idea de que en el país todo marcha perfectamente. Se marcha, se avanza, pero no habrá soluciones en breve plazo, dijo.
La crisis afectó el nivel de vida de los 11 millones de habitantes del país caribeño y deterioró algunos servicios de salud por la escasez de todo tipo de medicamentos e insumos para centros asistenciales.
Sin embargo, el gobierno matuvo las garantías de la salud pública gratuita y generalizada, continuó sus programas de inmunización masiva contra enfermedades y logró mantener los indicadores básicos de salud.
Según el Ministerio de Salud Pública, en 1996 Cuba redujo la mortalidad infantil de 9,4 a 7,9 por mil nacidos vivos, colocándose entre los 20 primeros países del mundo con menos muertes en menores de un año.
El ligero aumento del bajo peso registrado en los peores años de la crisis, atribuído en lo fundamental a causas nutricionales, pareció detenerse. En 1996 Cuba registró 7,3 por ciento de los nacimientos con bajo peso, contra ocho por ciento de 1995.
El 99,9 por ciento de los partos se realizaron en instituciones hospitalarias, la mortalidad materna fue de 2,4 por 10.000 nacidos vivos y la mortalidad en menores de cinco años de 10,6 por mil.
Más de 95 por ciento de las madres egresan de las maternidades lactando a sus hijos y se pretende que la mayoría ofrezca a su descendencia lactancia exclusiva durante los primeros cuatro meses de vida.
El sistema de salud cubano incluye 60.000 médicos, 21 facultades universitarias de medicina, 281 hospitales, 442 policlínicas, 168 clínicas estomatológicas y 11 institutos de investigación.
El plan del médico de familia, un sistema de atención primaria a nivel de barrio en campos y ciudades mantiene abiertos casi 20.000 consultorios para una cobertura superior a 95 por ciento de la población.
Dotres aseguró que Cuba posee "voluntad política, recursos humanos, estrategias y programas" para garantizar un sistema de salud "cada vez más universal y accesible".
El ministro reveló que en 1996 no se reportaron en la isla casos de sarampión, paludismo o rabia humana, se interrumpió el agente de la tosferina y de la rubiela.
La tuberculosis, una de las enfermedades reemergentes que mayores tasas de crecimiento registran en el mundo, no es considerada un problema de salud en Cuba. El año pasado se registraron 13,7 casos por 100.000 habitantes.
Sin embargo, en 1996 hubo un alza en los casos detectados de portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del sida.
Jorge Pérez, director del Instituto Cubano de Medicina Tropical, reveló que la detección de casos de VIH ascendió de 124 en 1995 a 234 el año sigiuiente, un crecimiento de 88,7 por ciento.
En Cuba, donde la epidemia de sida ha tenido un avance muy lento, se han detectado 1.508 personas seropositivas, de las cuales se han enfermado 557 y fallecido 339.
Fuentes oficiales aseguran que la vigilancia epidemiológica, que cubre a toda la población, ha evitado el resugimiento del dengue, la introducción del cólera y la trasmisión local del paludismo. (FIN/IPS/da/dg/he/97