Confusión, inquietud y ambigüedad caracterizan la situación de Perú tras su separación de la Comunidad Andina, el proceso de integración que contribuyó a poner en marcha en 1969.
"Todo se derrumbó", comentó con inocultable tribulación El Comercio, el diario más importante de Perú. "El tigre andino se quedó solo", dijo por su parte Mirko Lauer, del matutino opositor La República, en un artículo en el que sugiere que Perú fue expulsado del bloque.
El presidente Alberto Fujimori informó el viernes que Perú se retiraba de la Comunidad Andina por discrepar del esquema de desarrollo de ese acuerdo, al que calificó de proteccionista y atrasado.
También anunció para Perú un modelo de apertura total, "que ha sido exitosamente aplicado por los países de más rapido crecimiento"
El gobierno de Fujimori no aceptó el arancel aduanero común de cuatro niveles (cinco, 10, 15 y 20 por ciento) aprobado por Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela para los bienes y servicios adquiridos fuera de la región andina.
Perú tampoco completó su incorporación a la zona de libre comercio de la Comunidad, inaugurada en febrero de 1993 y, aunque intentó reemplazar esa obligación con convenios bilaterales firmados con los países andinos, era evidente que no podía continuar en esa indecisa situación.
Perú aún pertenece técnicamente a la Comunidad Andina, pues todavía no ha denunciado el llamado Acuerdo de Cartagena. Pero políticamente está fuera desde la reunión realizada la semana pasada en Bogotá, donde fueron rechazadas las condiciones que presentó para su plena adaptación a la zona de libre comercio.
Según el tratado básico de la Comunidad Andina, Perú estará obligado durante cinco años a respetar los compromisos comerciales asumidos dentro del bloque. Pero si la ruptura tomara carácter conflictivo, esas obligaciones serían quizá abandonadas.
Se supone que las relaciones futuras de Perú con sus ex socios se definirán en la reunión que los presidentes andinos mantendrán el 22 de este mes en la ciudad boliviana de Sucre y a la que Fujimori no ha sido invitado.
Perdida entre el caso de los 72 rehenes cautivos en la embajada de Japón en Lima, una crisis casi permanente, y el escándalo de los crímenes y la corrupción descubiertos en altas esferas militares y de inteligencia, la renuncia a la Comunidad Andina sólo preocupa, por ahora, a empresarios y analistas.
Salir de la Comunidad "es beneficioso a corto plazo para Perú, porque ya no tendremos distorsiones en el intercambio comercial", declaró el ministro de Industria, Comercio e Integración, Gustavo Caillaux, representante de Perú ante el bloque andino.
Caillaux afirmó días antes de la decisiva reunión de Bogotá que Colombia y Ecuador habían violado los acuerdos arancelarios, al elevar sus tarifas para solucionar problemas fiscales, y que Venezuela realizó devaluaciones que afectaron las exportaciones de sus socios.
"Estas distorsiones afectaban la transparencia de los acuerdos arancelarios. Después de salir de la Comunidad Andina, llegó la hora de (ampliar) los acuerdos bilaterales con los países de la subregion, que son mas fáciles de negociar", dijo Caillaux.
Los exportadores peruanos están divididos ante esta optimista conclusión de Caillaux, y algunos temen perder el mercado comunitario, en el que colocaban productos por 400 millones de dólares al año.
Caillaux no comparte esa inquietud, pues asegura que siendo el comercio peruano con los países andinos marcadamente deficitario "a ellos les conviene seguir negociando con nosotros". Perú importa bienes del área andina por valor de 1.400 millones de dólares.
"Probablemente, Fujimori considera que ahora, fuera del Comunidad Andina, tiene mejores posibilidades para negociar bilateralmente alguna fórmula de asociación con los países del Mercosur"(Mercado Común del Sur), opinó el economista Hugo Aquino.
Algunos analistas senalan que, además del inseguro destino de las exportaciones, que quedarán expuestas a los avatares de negociaciones bilaterales discutidas cada año, la separación de Perú de la Comunidad Andina también repercutirá en el campo financiero.
En efecto, Perú perderá una importante fuente de créditos preferenciales: la Corporación Andina de Fomento.
El economista Gilberto Cárdenas, contrario a la renuncia al bloque andino, cree que Fujimori provocó la situación para atraer capitales extranjeros. Esas inversiones serían captadas mediante la apertura extrema de la economía peruana, un propósito que "era estorbado" por los acuerdos andinos.
"Sin Perú, el Comunidad Andina tendrá que cambiar de nombre", observó Francisco Raffo, presidente de la Sociedad Nacional de Exportadores, quien apoyó la decisión de Fujimori.
Raffo pidió a Caillaux, poco antes de la reunión de Bogotá, que solicitara la modificación de algunas medidas de Colombia, como un impuesto a la importaciones financiadas a más de 30 dias, y la eliminación de supuestas trabas venezolanas al ingreso de productos peruanos. (FIN/IPS/al/ff/ip/97