COMUNIDAD ANDINA: La CAF, el "rosario" en el divorcio de Perú

Perú indicó que va a hacer todo lo posible por mantenerse dentro de la Corporación Andina de Fomento (CAF), tras su salida del bloque, pero los ahora cuatro miembros activos en el grupo anticiparon la pronta salida de Lima de la entidad.

La CAF, que en 1996 distribuyó entre los hasta ahora cinco miembros de la Comunidad Andina unos 2.300 millones de dólares y cuya sede está en Caracas, se mantiene callada sobre la exclusión o no de Perú, porque ese es un tema de sus socios.

El brazo financiero del bloque constituido ahora por Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, parece convertirse en «el rosario» en pugna en el traumático divorcio de Perú, por el que al igual que en el famoso vals limeño se llora, sin importar «todo lo demás».

Ministros de Venezuela y otros socios andinos han subrayado que la ida de Perú tendrá que ser completa de los órganos y entidades del grupo, porque si sólo fuera de los acuerdos comerciales, no hubiera sido necesaria su exclusión, por cuanto de esos compromisos estaba marginado desde 1992.

La decisión en torno a este tema puede ser tomada durante un directorio ordinario de la CAF, cuya próxima reunión se realizará a fines de junio, o antes, mediante la convocatoria de una asamblea extraordinaria para definir el caso peruano.

Esa medida, como otras muchas sobre las consecuencias prácticas de la salida de Perú del bloque del que fue miembro fundador hace casi 28 años, será definida por los presidentes de los cuatro países restantes, durante la cumbre de los días 22 y 23 en la ciudad boliviana de Sucre.

Otro punto específico a considerar es a que país pasará la sede central del grupo, que hasta ahora estaba en Lima, y que el ministro de Industria y Comercio venezolano, Freddy Rojas, ya anticipó que será trasladada a uno de los miembros activos.

Desde mayo o junio, la sede del bloque andino tendrá mayor relevancia porque la actual y técnica Junta del Acuerdo de Cartagena va a ser reemplazada por una Secretaría General, dirigida por una figura de alto peso político, aún desconocida.

Dado que Venezuela ya tiene la CAF y Ecuador el Tribunal Andino de Justicia, Bolivia y Colombia aparecen como los candidatos más firmes, aunque resta saber qué país está dispuesto a asumir la cesión de un edificio y otras prebendas con ese fin, como tenía el grupo en Lima.

Perú recibió de la CAF en el período 1992-96 la cantidad de 2.631 millones de dólares, en condiciones muy blandas. La entidad fue su mayor fuente de recursos para proyectos de desarrollo cuando se le cerró el crédito internacional entre 1985 y entrada esta década por la moratoria del pago de la deuda externa.

El único antecedente de un país que salió del bloque -con una plena zona de libre comercio desde 1993 y una unidad aduanera aun iperfecta, vigente desde hace dos años-, es el de Chile, excluido en octubre de 1976, durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

En aquella oportunidad, Chile salió de la CAF un año después, pero se trataba entonces de un organismo embrionario, y no del banco de inversión múltiple en que se transformó en esta década.

En la actualidad, la CAF tiene 10 miembros, cinco principales y hasta este año absolutos beneficiarios, más Mexico, Chile, Trinidad y Tobago, Brasil y Paraguay, según su orden de ingreso.

Con una cartera de 2.724 millones de dólares, la CAF pasó a tener su principal fuente de recursos en los mercados internacionales, mientras que al mismo tiempo, por su alta calificacion de riesgo, actúa como aval para préstamos a sus socios en esos mercados, lo que también perdería Perú.

Diplomáticos andinos en Caracas consideraron este lunes que los cuatro socios activos en el bloque es muy probable que aprueben la rápida salida de la CAF de Perú, porque justamente su anhelo es demostrar a Lima que su salida es un error, para que se reincorpore plenamente, incluso a los acuerdos comerciales.

El gran detonante de la salida de Perú del bloque fue su resistencia a participar en la zona desgravada intraandina, para lo que se le aceptaba una progresiva eliminacion de aranceles, a comenzar en mayo y concluir en el año 2000.

Pero Perú insistió en que ello sólo podía darse en torno al año 2004 y tras una serie de desmontajes de alegadas distorsiones paraarancelarias, que a su juicio pervierten un real libre comercio.

El problema mayor fue la existencia de un arancel diversificado de cuatro bandas (de cinco a 20 por ciento) para las importaciones extrarregionales, por parte del bloque, mientras Perú mantenía un nivel único (ahora de 13 por ciento), con una lista de excepcion de 16 por ciento.

Pero los demás países no demandaban a Lima su adhesión al arancel externo comunitario, sino que proyectaban una paulatina convergencia, una vez que Perú funcionase mayoritariamente en la zona de libre comercio.

Los países andinos no esconden que buscan lo contrario de lo que oficialmente es una «salida definitiva» de Perú del bloque. Pretenden que no sea sino el «anteúltimo episodio» y que el gobierno de Alberto Fujimori compruebe que su aislamiento traerá a su economía más perjuicios que beneficios.

Esa estrategia, tras cinco años de soportar que Perú se mantuviera con «un pie fuera y otro dentro» del bloque, pasa porque Lima deje de tener los beneficios de ser miembro de un esquema de integración que con todos sus problemas, está institucionalmente muy desarrollado.

La CAF pudiera ser justamente el arma mayor en esa estrategia de dureza, esperando un ablandamiento peruano y un retorno rápido «del hijo pródigo». Pero, como recuerdan figuras que vivieron la separación de Chile, tampoco nadie creyó entonces que fuera un alejamiento para siempre. (FIN/IPS/eg/ag/if/97

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