La voluntad de Bolivia y Ecuador por hacer un postrer intento para que Perú reconsidere su anunciada salida de la Comunidad Andina, llevó a Colombia y Venezuela a aceptar un último plazo negociador, aunque estén convencidos de su fracaso.
Así explicaron en Caracas ministros y negociadores venezolanos la decisión de la cumbre andina de Sucre, Bolivia, de dejar sin solventar totalmente el caso de la salida de Perú del grupo, anunciada por el mandatario Alberto Fujimori el día 11.
Los ministros de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Burelli, y de Industria y Comercio, Freddy Rojas, afirmaron que esa mano tendida durante 60 días a Perú muestra el interés colectivo porque Lima reflexione sobre un paso negativo para su economía.
El detonante de la salida de Perú del bloque fue su rechazo a incorporarse progresivamente desde ahora a la zona de libre comercio andina, que funciona plenamente entre los otros cuatro socios desde 1993.
Los demás socios no exigían a Lima que se sumara al arancel externo común con que opera la unidad aduanera andina desde 1995. Lima se automarginó de los compromisos comerciales del grupo desde agosto de 1992, al no estar de acuerdo con un arancel para las importaciones extraandinas de tipo escalonado.
En el IX Consejo Presidencial Andino, realizado el martes y el miércoles en Sucre, participaron los gobernantes de la nación anfitriona, Colombia, Ecuador y Venezuela, además del de Panamá como observador.
Rojas indicó este jueves: de Sucre "salimos renovados, beneficiados y fortalecidos" como bloque. Y añadió que "desde los próximos días la Comunidad Andina demostrará mayor flexibilización, dinamismo, vigor, coherencia y cohesión".
Burelli recordó que Perú no denunció hasta ahora el acuerdo que dio vida al proceso de integración andino hace 28 años y dijo que es conveniente para todos que la exclusión de Lima, si es definitiva, se haga con respeto a los instrumentos jurídicos subregionales y con espacio determinado para su retorno.
Funcionarios participantes en la cumbre explicaron que Colombia y Venezuela, que representan más de la mitad del intercambio andino, llegaron a Sucre decididos a poner "el finiquito" a esta crisis y a dejar la puerta abierta a Lima.
Pero Bolivia y Ecuador, por diferentes razones, favorecieron una última negociacion con Perú para ver si hay algún resquicio para que reflexione sobre el error de abandonar el bloque o, en el peor de los casos, se establezca armónicamente su retiro.
Bolivia queda geográficamente desmembrada al sur del resto de los socios sin el engarce peruano, con lo que eso significa de obstáculo para las comunicaciones, el transporte y el intercambio comercial. Tiene además su mayor relación comercial con Perú.
Quito, que ha mantenido sobre la cuestión peruana un medido bajo perfil, perdería con la salida de su vecino del bloque lo que se ha definido como "el escudo andino" frente a una mayor beligerancia de su diferendo limítrofe con Perú.
Ecuador y Perú negocian una solución pacífica a su conflicto fronterizo, después que entre enero y febrero de 1995 los dos países se enzarzaron en una corta guerra no declarada, que tuvo entre sus disuasivos la presión de los agentes económicos beneficiados con la integración andina.
También hay una indecisión política sobre la permanencia de Perú en los instrumentos andinos que desee, porque si bien en Caracas y Bogotá se propicia forzar su salida de los organismos financieros, jurídicamente resulta complejo sin existir firmeza en los cuatro gobiernos andinos.
En Sucre se decidió, resaltaron los ministros y otros funcionarios, que la nueva sede de la ahora Secretaría General del grupo se trasladará dentro de dos meses a Bogotá, si Perú confirma su retiro del grupo. En Lima está la sede andina, con 133 empleados, de los cuales 110 son peruanas.
También se nombró como primer secretario general al economista y diplomático venezolano Sebastián Alegrett, un experto en temas andinos que fue secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) entre 1983 y 1987.
Además, en su marcha hacia un mercado común, los cuatro países decidieron la liberalización y expansión de comercio de servicios, que quedará plenamente abierto en el área antes de que se cumplan los plazos de la Organización Mundial de Comercio.
También convinieron en negociar antes de junio de 1998 una zona de libre cmercio con Panamá, un país puente entre América del Sur y Central, de cuyo esquema de integración es también observador.
La nación interoceánica también formalizó su ingreso a la "perla financiera" del bloque: la Corporación Andina de Fomento (CAF), que reparte más de 2.300 dólares anuales a sus cinco miembros principales. Panamá se suma a Brasil, Chile, México, Paraguay y Trinidad-Tobago como accionista tipo "C".
Pero el impulso mayor se dará a una zona de libre comercio, por ahora del tipo más simple, con los cuatro países del Mercado Común del Sur (Mercosur), cuya negociación se pretende culminar en octubre, para iniciar la desgravación el año próximo.
El presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, fue invitado especial en Sucre, por ejercer su país la Secretaria Pro Tempore del Mercosur, integrado también por Argentina, Brasil y Uruguay.
En Sucre se decidió también actuar como grupo en la etapa preparatoria y en las negociaciones para crear un Area de Libre Comercio de América (ALCA), como ya operan el Mercosur y la Comunidad del Caribe, y se planteó que las mismas sean lanzadas durante la cumbre hemisférica de marzo de 1998, en Chile. (FIN/IPS/eg/ag/if/97