Los moluscos en Ecuador, además de servir para preparar los tradicionales platos de las regiones de la costa, ahora son utilizados para eliminar bacterias y otros microorganismos que se reproducen en los esteros.
"La combinación de las distintas propiedades y organismos del agua salada y la dulce hace que estas zonas sean muy aptas para la reproducción de bacterias, moluscos y crustáceos que se alimentan de ellas", dijo a IPS el biólogo Marcelo Saltos.
Por esta razón, las colonias de pescadores y recolectores de moluscos y crustáceos se han asentado alrededor de los esteros que se forman en la desembocadura de los ríos, junto al mar, que son empleados además como puertos naturales, señaló Saltos, quien ha trabajado en varios planes de desinfección.
En la ciudad de Guayaquil, la más grande y poblada de Ecuador, la contaminación de los esteros "se ha convertido en uno de los problemas socioambientales más graves", dijo el experto y añadió que la tasa de enfermedades de origen bacterial es mucho mayor en las zonas donde se concentra la población urbana marginal.
En diciembre, un grupo de científicos de la Escuela de Zootecnia de la Universidad Católica de Guayaquil inició un proyecto para descontaminar los esteros mediante la reproducción de mejillones, un molusco de gran demanda en Ecuador.
Según José Santoro, responsable del proyecto, la idea de emplear mejillones para descontaminar el estero surgió al ver sus características de alimentación, ya que se nutre de grandes cantidades bacterias como la estericcia colli o la salmonella.
Otras especies de moluscos también tienen la misma fuente alimenticia, pero los mejillones cuentan con mayor capacidad de absorber alimento.
El sistema consiste en atar un grupo de mejillones en una cuerda y sumergirlo en el agua. Según análisis recientes, de 40 millones de bacterias por milímetro cúbico que existían en uno de los esteros, la muestra se redujo a tres millones en sólo una semana.
"La ventaja es que es un sistema muy sencillo y económico», dijo Saltos, lo que permitirá que tenga rápida acogida en la población, que podrá verlo como un negocio.
Uno de los objetivos del proyecto es capacitar a los habitantes de la región para que sean ellos quienes se encarguen de ejecutarlo. Para ello se han diseñado unas pequeñas balsas donde se colocan los mejillones, cuya construcción tienen un costo de unos ocho dólares.
Asimismo, se han desarrollado técnicas para la reproducción de los moluscos, pues es una actividad rentable que puede beneficiar a muchas familias, según Santoro.
Una vez que los mejillones han alcanzado su mayor tamaño, deben pasar por un proceso de desinfección con aguas limpias y cloro, y así estarán listos para su consumo.
Este proyecto "es una muestra de que en la ciencia también interviene la creatividad", subrayó Saltos. "La falta de recursos puede ser un gran límite para los países como el nuestro, pero también es el gran impulso para mucha gente con talento y ganas de trabajar". (FIN/IPS/mg/ag/en-sc/97