/CIUDADES DEL MERCOSUR/ CHILE: En busca de la lectura perdida

Las bibliotecas se echaron a rodar y a navegar en Chile, como parte de los esfuerzos para dejar atrás el "apagón cultural" de los años 80 y aumentar el número de lectores en este país de 14 millones de habitantes e intrincada geografía.

El día 23 se celebrará, como se hace desde hace tres años, el Día Mundial del Libro, en un ambiente que en Chile estará marcado por una cuota de optimismo por el aumento de la lectura de libros.

En los canales del archipiélago de Chiloé, unos 1.000 kilómetros al sur de Santiago, así como en los mares interiores del extremo austral del país, son ya familiares las Bibliolanchas, bibliotecas itinerantes montadas en embarcaciones.

Las Bibliolanchas, así como los Bibliobuses, fueron creadas tras la restauración de la democracia, en 1990, para fortalecer el alcance de las 300 bibliotecas públicas que existen en el país y poder llegar a las zonas más aisladas.

"En las áreas rurales, el sistema del Bibliobús funciona como la entrega de leche: la gente que quiere libros en préstamo, coloca una bandera u otra señal en su vivienda para ser atendida", señaló Juan Eduardo Donoso, director de la Biblioteca Nacional.

En los proyectos de la Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) se destaca también el Bibliometro, con la instalación de puestos de préstamo de obras en las principales estaciones del Ferrocarril Metropolitano de Santiago.

El alcance de esta iniciativa se multiplicará en las próximas semanas, con la apertura de otros dos centros en estaciones de la línea 5, el más reciente de los trayectos del Metro, inaugurado el día 5 por el presidente Eduardo Frei.

El Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor fue instituido hace tres años por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para recordar que el 23 de abril de 1616 fallecieron las figuras cumbres de las letras anglosajonas y castellanas: Shakespeare y Cervantes.

"Maravíllate con un libro" es el lema que tendrá la conmemoración en Chile, organizada por seis entidades gubernamentales, empresariales, profesionales y académicas, encabezadas por la Cámara Chilena del Libro.

Eduardo Castillo, presidente de la cámara que reúne a los editores y dueños de librerías, informó que este año se llevará a cabo un nuevo estudio sobre la lectura en el país, para actualizar una investigación encargada en 1994.

En esa oportunidad se evidenció una recuperación con respecto a la verdadera crisis del hábito de lectura en Chile durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).

Gran parte del régimen dictatorial estuvo acompañada por el "apagón cultural", inducido por el exilio de numerosos creadores y el veto declarado o implícito a determinadas temáticas en la literatura, el teatro y el cine, con formas de censura y autocensura.

El estudio de 1994 estableció que en la población adulta de Chile el promedio anual de lectura es ligeramente superior a dos libros por persona, para elevarse a seis en los estratos de profesionales y estudiantes universitarios.

Castillo aseguró que el próximo estudio demostrará un incremento de esos promedios, de acuerdo con diversas señales, entre las cuales destacó la mayor acción de las bibliotecas públicas, el incremento de las ventas y la apertura de nuevas librerías.

El creciente éxito de la Feria Internacional del Libro de Santiago, legitimada como la tercera en importancia de América Latina, así como de las muestras bibliográficas regulares en otras ciudades del país, son también síntomas de la reivindicación del libro, explicó Castillo.

Otra señal del rescatado interés por la literatura es la masiva participación de jóvenes en los Talleres Literarios José Donoso, creados este año por la Biblioteca Nacional en homenaje al novelista chileno fallecido en noviembre de 1996.

Más de 800 jóvenes se inscribieron para los talleres, copando su oferta, y otros 1.000 interesados se quedaron sin cupo, dijo Fernando Quilodrán, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, quien destacó un mayor interés por la prosa que la poesía, "novedoso en este país de poetas".

El poeta y profesor Hugo Montes, presidente del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, aseguró que la consulta a las bibliotecas públicas se incrementó entre 20 y 30 por ciento en los dos últimos años.

Montes destacó el esfuerzo de la Dibam, dejada de lado a veces en la planificación gubernamental como consecuencia de un modelo en que, según Montes, "los números son a veces más valorados que las palabras".

En 1996, el Ministerio de Hacienda no asignó nuevos recursos a la Biblioteca Nacional, una de las más antiguas de América, fundada en 1813, que en ese año no pudo adquirir nuevos libros.

La omisión fue subsanada este año y la Biblioteca Nacional contará también con recursos para montar una gran exposición en homenaje al Día Mundial del Libro, en que exhibirá sus obras más valiosas, incluyendo una serie de incunables.

"No sólo de los números viven las comunidades, sino sobre todo de las palabras, y de modo muy especial de los libros y de sus creadores, que dan identidad a un país", puntualizó Montes.

"¿Quién recuerda el nombre del ministro de Hacienda de Chile del año (1945) en que Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel? ¿Alguien sabe quién gobernaba en Nicaragua en la época de Rubén Darío?", preguntó el presidente del Consejo Nacional del Libro. (FIN/IPS/ggr/ff/cr/97

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