El retiro del ex dictador Augusto Pinochet del mando del ejército de Chile es aguardado con indiferencia por unos y con alegría por otros, y causa rabia a un tercer grupo de población, que lo considera tardío.
Una encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC) midió las reacciones de la población ante el alejamiento de las filas castrenses del hombre que encabezó entre septiembre de 1973 y marzo de 1990 el más largo gobierno de la historia republicana de Chile.
Pinochet, nacido en 1915 en el puerto de Valparaíso, debe dejar el mando superior del ejército el 11 de marzo de 1998, pero es muy probable que anticipe su retiro para una fecha entre agosto y diciembre de este año.
Fue el propio ex dictador quien se fijó fecha límite para su larga gestión en el mando militar. Lo hizo en el marco del plan de institucionalización pautado en la Constitución de 1980, que incluyó el plebiscito presidencial de octubre de 1988, en el cual fue derrotado.
El CERC realizó su encuesta antes de la polémica provocada por las críticas del ex presidente Patricio Aylwin (1990-1994) a Pinochet, publicadas por el diario mexicano Excelsior.
Aylwin señaló que si Pinochet no responde ante la ley por los crímenes contra los derechos humanos de la dictadura tendrá que hacerlo ante "el tribunal de la historia".
Carlos Huneuss, director del CERC, comentó que ese episodio seguramente cambió la visión de la población acerca del ex dictador, pero no arriesgó una estimación en un sentido positivo o negativo.
En términos globales, el sondeo mostró que a 42 por ciento de la población "le da lo mismo" el retiro de Pinochet, mientras 22 por ciento expresa alegría, 16 por ciento rabia porque no se fue antes y sólo 11 por ciento siente preocupación.
En una clasificación de los resultados según inclinaciones políticas del público, se destaca que aún entre los partidarios de Renovación Nacional, el mayor partido de la derecha, la indiferencia por el alejamiento de Pinochet es de 36 por ciento.
Para Huneuss, la mayoritaria sensación de que el alejamiento de Pinochet no tendrá grandes repercusiones, refleja el alto grado de estabilidad alcanzado por el sistema político chileno tras la restauración de la democracia en marzo de 1990.
Una de las hipótesis sobre la fecha de retiro de Pinochet alude al 23 de agosto, cuando celebrará 24 años como comandante del ejército, cargo para el que fue designado en 1973 por el entonces presidente Salvador Allende, al cual derrocó 19 días después.
El 24 aniversario del golpe del 11 de septiembre es otra fecha de connotaciones simbólicas propicia para el retiro del octogenario general, aunque las estimaciones más recurrentes sitúan su pase a retiro hacia diciembre.
Esta predicción se basa en que el fin del año es el período más propicio para que se resuelva la sucesión de Pinochet. El presidente Eduardo frei escogerá al nuevo jefe del ejército entre los cinco generales más antiguos en la fuerza.
El más probable candidato es el actual vicecomandante, general Guillermo Garín, a quien el gobierno le prolongó en 1996 la permanencia en las filas castrenses recurriendo a una ley especial que Pinochet expidió en 1982.
También hacia fines de año deberá clarificarse el panorama en torno de los senadores designados y vitalicios, uno de los soportes de la institucionalidad heredada de la dictadura, caracterizada por los llamados "enclaves autoritarios".
Frei propuso una reforma para eliminar a los senadores designados, que son nueve sobre un total de 45, pero planteó mantener las senaturías vitalicias para los ex presidentes, lo cual tiene como único beneficiario actual a Pinochet.
La actual normativa señala que sólo pueden ser senadores vitalicios los ex presidentes que hayan ejercido el cargo por lo menos seis años, pero el gobierno quiere rebajar ese período para favorecer a Aylwin, quien en virtud de los acuerdos políticos para la transición tuvo un mandato de sólo cuatro años.
Para la aprobación de las reformas, Frei debe conseguir el apoyo del llamado sector "duro" de Renovación Nacional, que por ahora se muestra contrario a la eliminación de los senadores designados y a modificar la norma para los vitalicios. (FIN/IPS/ggr/ff/ip/97