El Caribe está en camino de mejorar sus relaciones con Estados Unidos, de acuerdo con el optimismo del primer ministro de Barbados, Owen Arthur, tras su reunión con Richard Clark, enviado especial de Washington.
Si todo transcurre de acuerdo con los planes, el amanecer de esta nueva era ocurrirá el 10 de mayo, cuando el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, se reúna con sus homólogos de la Comunidad del Caribe (Caricom) en Bridgetown, Barbados.
"Hemos coincidido en la agenda y también en los mecanismos para desarrollar el trabajo técnico", dijo Arthur.
Pero no era ningún secreto, cuando ambas partes se reunieron la semana pasada para planificar la cumbre en el lujoso castillo de Sam Lord, que las prioridades del Caribe y Estados Unidos eran diferentes y, según algunos observadores, "diametralmente opuestas".
La principal preocupación del gobierno de Clinton es detener el flujo de drogas hacia Estados Unidos, 40 por ciento de las cuales ingresa a su país a través del Caribe.
Barbados y Jamaica se niegan a respaldar una iniciativa de Estados Unidos que permitiría a funcionarios de la Guardia Costera y la agencia antidrogas de ese país (DEA) ingresar a aguas territoriales de los estados del Caribe cuando persigan barcos supuestamente comandados por narcotraficantes.
En cambio, los gobiernos del Caribe están preocupados por la continua caída de los fondos de asistencia de Estados Unidos, así como por las acciones de Washington en detrimento del acceso preferencial del banano, el ron y el arroz producidos en la región al mercado europeo.
Las diferencias generaron declaraciones de malestar aun entre gobernantes cuyas posiciones son cercanas a las de Estados Unidos, como Keith Mitchell, de Granada, James Mitchell, de San Vicente, y Edison James, de Dominica.
Estos líderes llegaron a cuestionar la sinceridad de las afirmaciones de Clinton respecto de la amistad entre Washington y el Caribe.
El anuncio en febrero de la cumbre entre el presidente de Estados Unidos y sus pares de la Caricom generó entusiasmo, e incluso optimismo, entre líderes políticos, diplomáticos y empresarios de la región.
Desde entonces, Clark, director de Asuntos Mundiales del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, mantuvo reuniones bilaterales con los gobernantes del bloque.
Pero Lester Bird, presidente de la Caricom y el primer ministro de Antigua, intercambió una serie de notas con Clark para advertirle que debería abstenerse de desarrollar una estrategia de "divide y reinarás".
El enviado especial de Washington negó que éste fuera el caso. "Clinton me pidió que visitara cada uno de los países, que comparten problemas y perspectivas pero son naciones soberanas cuya individualidad merece respeto", declaró.
Clark dijo que las conversaciones bilaterales y multilaterales tenían la misma importancia y que sostener lo contrario "es una falsa dicotomía". "Intentamos tener contactos bilaterales y multilaterales y ambos serán productivos", agregó.
La relación se había estabilizado, pero trascendió el acuerdo entre la Unión Europe (UE) y Estados Unidos sobre la abolición de todos los aranceles a las bebidas alcohólicas. Los productores caribeños de ron se vieron entonces en riesgo de perder su acceso preferencial al mercado europeo.
Una semana después, un panel de disputas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) emitió un fallo preliminar que respalda las quejas estadounidenses respecto de las preferencias concedidas por la UE al banano caribeño al amparo de la Convención de Lomé.
Estos conflictos comerciales se suman al malestar que genera la iniciativa sobre narcotráfico. La embajadora de Barbados en Estados Unidos, Courtney Blackman, fue convocada por el Departamento de Estado en Washington para que explicara fuertes declaraciones de su primer ministro al respecto.
La lesión en la rodilla de Clinton no afectará el viaje programado al Caribe. El presidente llegará el 9 de mayo para asistir a la cumbre al día siguiente. Y, si sucede lo que prevén Clark y Arthur, habrá más que discursos.
En las reuniones de planificación de la semana pasada se acordó dejar al margen la propuesta sobre narcotráfico de Estados Unidos, según informaron a IPS funcionarios del gobierno de Barbados, si bien se intentará allanar las diferencias antes de que Clinton llegue al Caribe.
El borrador de la agenda, que consta de 19 puntos, tiene como puntos principales el comercio y la seguridad.
El acceso preferencial de las materias primas del Caribe a los mercados de la UE tendrá vigencia hasta el 2002, cuando expirará la Convención de Lomé.
Esa será una de las prioridades de la cumbre, al igual que la paridad comercial con Canadá y México, socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Uno de los puntos más críticos en materia de seguridad, en especial para Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, es la deportación de acusados de crímenes cometidos en Estados Unidos, que regresan a sus países para poner en práctica la destreza para el delito que adquirieron en el país norteamericano. (FIN/IPS/tra- en/ps/cb/mj/ip/97