Sólo una reforma del Estado podrá hacer frente al problema del creciente desempleo, sostuvo hoy el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.
Es "ilusorio" creer que el mercado y la economía por sí solos podrán solucionar los problemas de exclusión e injusticias sociales, dijo Cardoso al inaugurar en Sao Paulo l Seminario Internacional sobre Empleo y Relaciones de Trabajo, promovido por el gobierno brasileño.
La evolución del sistema productivo capitalista, con su revolución tecnológica, generó "un reto mayor que la explotación del hombre por el hombre", que en el pasado ocupó el centro de las preocupaciones de los críticos, afirmó.
Ahora son crecientes los sectores de la población que "ni siquiera son explotados o explotables", al hallarse en una situación más grave de exclusión. esos sectores tampoco pueden crear "una dinámica de reacción como los esclavos o empleados", señaló el presidente brasileño.
Esa consecuencia negativa de la globalización, de que "cuanto más se avanza menos se incluye a la gente", exige políticas públicas de un Estado renovado, cambios en las relaciones entre sociedad y sistema político, en las legislaciones laborales, destacó.
Ello no representa el "triunfo del neoliberalismo", sino por el contrario "la reemergencia de la necesidad de una acción política concertada que recupere los valores de la solidaridad, lo que requiere un nuevo sindicalismo, un nuevo empresariado y un nuevo poder público, que no existe aún en Brasil", sentenció.
Cardoso defendió la urgencia de una "revolución cultural, de mentalidad" que ya está ocurriendo pero que de manera lenta y sujeta a muchas incomprensiones, según dijo.
Flexibilizar la legislación laboral, para abrir formas no tradicionales de empleo y ocupación, es una de las medidas necesarias, añadió. Ante las reacciones que la idea produce, explicó que el poder público debe defender "derechos pero no privilegios ".
Hay sectores que confunden esas dos cosas, declaró en alusión a resistencias de funcionarios públicos brasileños a una reforma administrativa con la que su gobierno busca reducir el déficit fiscal, reduciendo los gastos salariales.
La globalización es inevitable, como consecuencia de los avances tecnológicos y organizacionales de la economía mundial, y el reto de los países en desarrollo es descubrir maneras de reducir su impacto negativo, declaró el presidente, mencionando la importancia de la educación.
Es un proceso que se vive localmente y cuyas consecuencias son desiguales, según las distintas situaciones locales, en política, tradiciones, relaciones de trabajo, preparación de la sociedad, explicó.
El desempleo y las formas de combatirlo, especialmente en América Latina, es el tema central del seminario desarrollado en Sao Paulo, que reúne hasta este martes a ministros de Trabajo de varios países sudamericanos, México y España, además de expertos.
Un estudio del Banco Mundial que será debatido en el encuentro indica que el crecimiento económico de América Latina, de 15 por ciento entre 1993 y 1995, no es suficiente para evitar el aumento del desempleo.
El Banco recomienda desreglamentar el mercado de trabajo, reduciendo los costos de la contratación de mano de obra y actualizando viejas legislaciones.
Una reducción de dos por ciento en el costo de la mano de obra produce el mismo uno por ciento de aumento en el nivel de empleo que, por la vía del crecimiento económico, exige cuatro por ciento de expansión del producto bruto, concluye el estudio. (FIN/IPS/mo/dg/pr-if-ip/97.
