El ex presidente de Bolivia Jaime Paz Zamora (1989-1993) conserva posibilidades de lograr un segundo mandato, aunque muchos creen terminada su trayectoria política, y no por falta de apoyo popular, sino porque no tiene el aval de Estados Unidos, que en 1995 le retiró la visa.
Con un destino parecido al del presidente colombiano Ernesto Samper, Paz Zamora se empeña en volver al gobierno sin el "ok" del país más poderoso del mundo, mientras casi todos los políticos guardan distancia frente a él, para no "quemarse" ante Washington.
Paz Zamora aparece en segundo lugar de las preferencias electorales para los comicios del próximo 1 de junio, detrás del ex dictador Hugo Banzer (1971-1978).
Pero su amistad con el narcotraficante Isaac "Oso" Chavarría y el financiamiento que éste dio supuestamente en las elecciones de 1985 a su partido, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), arruinaron no sólo la imagen de Paz Zamora ante Estados Unidos, sino la de la cúpula de su organización.
Estados Unidos quitó también la visa a las dos hermanas de Paz Zamora, Edith y Rosario, y a su brazo derecho en el partido, Oscar Eid, sentenciado en diciembre de 1994 a cuatro años de prisión y que ahora dirige la campaña electoral del MIR desde una celda.
Un antiguo jefe de campaña del MIR, Carlos Saavedra, y el ex número tres del partido, Guillermo Capobianco, también perdieron la visa de ingreso en Estados Unidos, y la lista se completa con la mención de Rolando Aróstegui, otro dirigente del MIR.
Saavedra y Capobianco fueron ministros del Interior del gobierno de Paz Zamora.
El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada pidió a Paz Zamora y a su "cartel" -como llamó a los dirigentes del MIR- que abandonen la política por el bien del país y para evitar que Estados Unidos niegue a Bolivia la certificación antidrogas.
"Jaime Paz Zamora y los miembros de la cúpula del MIR son un veneno para Bolivia. Su presencia en la política boliviana pone en peligro la estabilidad y la tranquilidad de nuestra economía y de nuestra sociedad", dijo Sánchez de Lozada el martes de noche.
Sánchez de Lozada, cuyo mandato finalizará el 6 de agosto, llegó al extremo de ofrecer su renuncia a la presidencia "si Jaime Paz y su cártel" dejan su partido y la política.
En su opinión, un nuevo gobierno de Paz Zamora se asemejaría al régimen dictatorial de Luis García Meza (1980-1981), quien purga una pena de 30 años de prisión, porque sería "un gobierno de narcotráfico, paria entre las naciones, (y) sometido al embargo" internacional.
Algunos analistas observaron que, con esas declaraciones, Sánchez de Lozada se estaría apartando de su condición de jefe de Estado para ingresar en la arena electoral. El candidato del gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario, Juan Carlos Durán, figura en tercer lugar en las encuestas.
Fuentes gubernamentales revelaron a IPS que Sánchez de Lozada se vio forzado a introducirse en la guerra electoral porque sabe más de lo que dice públicamente respecto de la relación entre Washington y Paz Zamora, y que realmente existe el peligro de un bloqueo económico a Bolivia por la candidatura del MIR.
En toda esta historia, la sombra de Washington -que en Bolivia aparece con frecuencia en los periodos electorales- es ahora más visible que nunca.
El embajador de Estados Unidos en La Paz, Curtis Kamman, cuyo próximo destino será Colombia, advirtió que su país está tipificada en leyes "la situación de gente que ha tenido vínculos con narcotraficantes".
Mientras, Banzer, primero en las encuestas de intención de voto, guarda silencio y no interviene en el enfrentamiento de Sánchez de Lozada con Paz Zamora. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/97