Bolivia recibió hoy del Banco Mundial la promesa de 650 millones de dólares en ayuda al desarrollo y de respaldo a su esfuerzo por lograr un alivio de su deuda externa.
Impresionando a representantes multilaterales y bilaterales de la institución financiera con una sólida actuación política, Bolivia logró, tras una reunión de dos días, lo que el director del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Paul Isenman, calificó como "alabanzas unánimes" por los programas llevados a cabo.
Un alto número de donantes confirmó su intención de respaldar el intento de Bolivia de obtener un alivio de la deuda bajo la Iniciativa para Países Pobres Severamente Endeudados del Banco, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París de donantes bilaterales.
Durante las próximas semanas, el Banco Mundial y el FMI discutirán en Washington si Bolivia reúne condiciones para beneficiarse de esas medidas.
Según Isenman, los donantes expresaron su satisfacción por la constante caída de la inflación en Bolivia y el resultado de los esfuerzos por aumentar la participación popular e implementar los programas sociales, incluyendo educación básica y salud.
Asimismo, señalaron la "capitalización" de gran parte de los activos de la empresa nacional de gas y petróleo, la cual, junto a la capitalización en 1995 de otras cuatro grandes empresas públicas, generará más de 1.700 millones de dólares en nuevas inversiones en los próximos años.
Los donantes expresaron su esperanza de que el nuevo gobierno que se formará tras las elecciones presidenciales del 1 de junio, continúe las reformas iniciadas por el actual equipo de gobierno, aunque Isenman admitió que el próximo podría tener sus prioridades.
El ministro de Finanzas de Bolivia, Fernando Candia, jefe de la delegación en las reuniones en París, dijo que esperar que 1997 sea "un año sin precedentes en términos de ayuda al desarrollo".
Los donantes también revisaron la situación de la deuda externa de Bolivia, y reconocieron que esta carga es un obstáculo para impulsar el crecimiento y superar la pobreza.
El alivio de la deuda bajo la Iniciativa, dijo Candia, liberará una cantidad "considerable" de recursos para la campaña contra la pobreza y la mejora de las tasas de desarrollo.
Propuesta por el Banco Mundial y el FMI, y aceptada por gobiernos del mundo en 1996, la Iniciativa busca ayudar a los países pobres y endeudados a colocar los niveles de su deuda en condiciones sostenibles.
Los requisitos incluyen un período de ajuste estructural de tres años hasta alcanzar el punto de decisión, antes de otro período similar, al cabo del cual se otorgará el alivio de la deuda.
El Banco Mundial y el FMI analizarán en las próximas semanas el caso de Bolivia, el segundo país pobre gravemente endeudado propuesto para la reducción de su deuda bajo la Iniciativa.
Aunque se prevé que la actuación macroeconómica de Bolivia le ayudará a ser aceptado en el programa, organizaciones no gubernamentales (ONG) dudan que la reducción de la deuda sea concedida a tiempo para lograr un impacto significativo.
Las ONG destacaron que Uganda, el primer candidato, no logró convencer a los acreedores de fijar a 1997 como el "punto de conclusión", es decir, el año en que se estima que el candidato cumplió con todos los requisitos y puede beneficiarse de la reducción de su deuda.
Bolivia espera obtener una reducción de 200 a 700 millones de dólares, cuando sea que los acreedores consideren que Bolivia alcanzó el punto de conclusión.
La Red Europea sobre Deuda y Desarrollo, de Bruselas, expresó que espera que Estados Unidos, Alemania, Japón e Italia (los mismos que se opusieron al acuerdo con Uganda) se opongan a la fijación de este año como la fecha límite, denegando así un alivio efectivo de la deuda por un año más, al menos. (FIN/IPS/tra- en/ao/rj/lp-ml/dv/97