BANANO: Productores sufren sabor amargo del proteccionismo

El proteccionismo que aplica desde hace tres años la Unión Europea (UE) a la importación de banano de América Latina comienza a dejar un sabor amargo en varios países de la región cuya agricultura se fundamenta en la producción y exportación de esa fruta.

Panamá y Honduras, cuya comercialización hacia el exterior está en manos de la transnacional estadounidense Chiquita Brands, han sido de los más golpeados por las nuevas reglas del juego establecidas por la UE.

Además de fijar un tope de 2,2 millones de toneladas al año de cuota de ingreso de banano latinoamericano al mercado europeo, la UE estableció un sobrearancel de 170 por ciento a las ventas por encima de esa cifra y un régimen de licencias de importación.

Mientras en Honduras se anunció una disminución paulatina del impuesto de exportación bananera -establecido en 0,50 centavos de dólar por caja- para incentivar la producción, en Panamá se informó que la comercialización de la fruta se redujo 9,3 por ciento en lo que va de 1997.

La caída en las exportaciones durante el último trimestre se suma a las bajas sufridas por Panamá desde 1994, cuando sus ventas pasaron de 41,1 millones de cajas (de 18,14 kilos) a 35,8 millones de cajas en 1995 y a 33,7 millones en 1996.

Honduras no ha podido en tanto recuperarse de la caída del 27,3 por ciento que sufrieron sus exportaciones en 1994, tras el primer año de vigencia del programa de control de importaciones aplicado por la UE desde julio de 1993.

Guatemala y Nicaragua también han experimentado una merma en sus ventas desde que entró a regir el nuevo régimen de la UE.

El secretario de la Comisión Nacional de Banano de Panamá, Euclides Díaz, indicó que entre enero y marzo de este año su país perdió 4,3 millones de dólares.

El banano representa el principal rubro de exportación de Panamá, con ingresos anuales de 181 millones de dólares en 1996 sobre un total exportado superior a 560 millones.

Díaz explicó que entre otras causas que incidieron sobre la caída en las ventas durante 1997 se encuentran en primer lugar "las distorsiones creadas en el comercio mundial del banano por la política de la Unión Europea", una inesperada baja en la temperatura y la sobreoferta en el mercado estadounidense.

El funcionario señaló que debido a las restricciones de la UE la Chiquita Brands debió reorientar sus ventas de banano panameño desde Europa hacia California, Estados Unidos, donde en ciertas épocas del año se produce una fuerte competencia con los exportadores de México y Ecuador.

Hasta que entró en vigencia el nuevo régimen de importación en Europa alrededor de 85 por ciento del banano panameño se orientaba hacia ese mercado. Actualmente se estima que la proporción es cercana al 70 por ciento.

La sobreoferta provocó a fines de marzo una caída en los precios de la fruta en la costa este y oeste de Estados Unidos de dos dólares por caja para la marca "Chiquita" producida en Panamá, la cual a inicios de ese mes se había cotizado hasta 12.00 dólares la caja.

En cambio, en el mercado europeo el precio de esa misma marca aumentó de 20,72 a 22,20 dólares la caja en la última semana de marzo, lo cual -según Díaz- es un reflejo de la creciente inestabilidad que sufre el mercado mundial de esa fruta.

Tras indicar que ello ocurre en la época en que se pagan los mejores precios en el mercado internacional, Díaz afirmó que si los niveles de exportación de Panamá no mejoran "lleva a pensar que en el segundo trimestre, si se da una baja en los precios, al final de año habrá una nueva caída".

Sin embargo, el consultor independiente Rolando Gabrielli afirmó que los principales perdedores con el cambio de reglas establecido por la UE han sido los trabajadores, productores locales y los estados bananeros de la región.

A su juicio, la Chiquita Brands y otras transnacionales cuyo poder intentó limitar la UE cuando aplicó las restricciones "tienen la oportunidad de balancear sus pérdidas coyunturales en el mercado de Estados Unidos con las súper ganancias en Europa".

La Chiquita Brands y las otras comercializadoras pagan un precio fijo por la compra de banano a los países productores, lo cual provoca que en la medida que se reduzca el volumen de frutas exportadas también disminuyan sus ingresos.

Gabrielli indicó que la baja en las exportaciones ocurrida desde 1995 ha producido pérdidas cercanas a los 30 millones de dólares en divisas al Estado panameño.

Otros 9,6 millones de dólares dejaron de entrar a la economía nacional a consecuencia de la pérdida de 2.000 puestos de trabajo en el sector bananero, lo cual redujo de 17.000 a alrededor de 15.000 el total de empleos generados por el cultivo de la fruta.

Gabrielli explicó que las medidas restrictivas y el régimen de licencias establecidos por la UE no han logrado limitar el poderío de las transnacionales ni ha disminuido la cuota de poder que ostentan estas últimas en el mercado mundial.

Estimó que la Chiquita Brands -que controla alrededor de 65 por ciento del mercado- y otras compañías transnacionales de Estados Unidos y Europa siguen quedándose con alrededor de dos tercios de los 12.000 millones de dólares de ganancias que genera la comercialización mundial de bananos. (FIN/IPS/sh/dg/if/97)

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