ASIA-PACIFICO: Prosperidad conduce a nuevas formas de inseguridad

La seguridad de la región de Asia y el Pacífico sigue siendo frágil, a pesar del fin de la guerra fría y la prosperidad económica, según expertos.

El desarrollo económico creó nuevas formas de tensión e inseguridad en los 16 países de la región, cuyo mercado de armas crece a un ritmo solo inferior al de Asia oriental.

La conferencia sobre "Sistemas alternativos de seguridad en Asia y el Pacífico", celebrada en Bangkok en marzo y organizada por el Foro del Sur Global y la Universidad de Chulalongkorn, concluyó que el enfoque tradicional de la seguridad no puede brindar la paz definitiva a la región.

El modelo económico de la región, según el cual "tasas de crecimiento de cuatro o cinco por ciento (del producto interno bruto) se consideran bajas", es uno de los factores que contribuye a la desestabilidad, dijo el organizador Walden Bello, de la Universidad de Filipinas.

El crecimiento de "entre 10 y 15 por ciento logrado por Tailandia, Corea del Sur y China durante la última década es considerado ideal", agregó.

La rápida industrialización de la región, cuyos recursos naturales son limitados, es una fuente potencial de conflictos. Seis estados se disputan las islas Spratly, lo que podría llevar al conflicto militar.

Otros conflictos están relacionados con los recursos hídricos y el uso de ríos como el Mekong, que fluye a través de seis países.

No menos importantes son las posibles rivalidades por las consecuencias para el ambiente de la industrialización en ecosistemas que trascienden las fronteras nacionales, por ejemplo, el complejo del mar de Japón, el mar oriental de China y el mar Amarillo.

Entre unas 20 disputas territoriales en la región, las islas Parcel enfrentan a China, Japón, Corea del Sur, Filipinas, Malasia y Vietnam, y esos conflictos incluyen incidentes pesqueros, incursiones territoriales y bloqueos de torres petroleras.

"La región tiene un mediocre sistema de cooperación regional mientras crece el riesgo geopolítico externo" generado desde Washington, dijo Richard Falk, de la Universidad de Princeton, de Estados Unidos.

El gobierno de Estados Unidos está bajo presión para controlar "el destino de Asia y el Pacífico", agregó Falk.

Los partidarios del "realismo político", política del equilibrio de poderes, pretenden que Washington considere a la región la mayor amenaza de guerra para el país luego de la guerra fría.

Otros ideólogos de derecha tienen el mismo temor con respecto al supuesto expansionismo de China y justifican un papel más "activo" de Washington en la región.

Estados Unidos ya anunció que seguirá manteniendo a 100.000 soldados estacionados en Asia y el Pacífico.

La presencia de Estados Unidos tuvo consecuencias desestabilizantes para la región, como la separación artificial de Corea y la guerra de Vietnam.

La venta de 150 aviones de guerra F-16 a Taiwan socavó la reconciliación entre Beijing y Taipei e impulsó el armamentismo en los dos países. Otra medida desestabilizante fue el envío de dos portaviones al mar oriental de China durante la crisis del estrecho de Taiwan en 1996.

La presencia estadounidense en la región impidió que los estados locales erigieran instituciones regionales que fomentaran la seguridad y mejoraran sus relaciones bilaterales.

Washington también procura liberalizar las políticas económicas de los estados de Asia y el Pacífico.

En 1995, la vicesecretaria de Estado Joan Spero declaró ante el Congreso de Estados Unidos que el objetivo de su gobierno en la región era "sacar al estado del camino para que el sector privado pueda hacer negocios".

Ello perturbará la cohesión social y aumentará la disparidad y la inseguridad social, según los disertantes en la conferencia de Bangkok.

Los participantes afirmaron además que la verdadera seguridad no surge solo de la falta de guerras y agresión externa, sino que incluye lo social, cultural, personal, económico y ambiental. Ello exige la transformación de las estructuras existentes.

La verdadera seguridad se basa en las relaciones democráticas entre hombres y mujeres, entre el individuo y el Estado, y entre los estados y las instituciones internacionales.

Los sistemas convencionales de seguridad, basados en el equilibrio de poder, la fuerza militar y la coerción, causaron grandes sufrimientos a la humanidad en nombre del interés nacional y la "estabilidad".

La región de Asia Pacífico es ejemplo de que los sistemas tradicionales de seguridad, junto a la globalización capitalista y la militarización, incrementan las violaciones de los derechos humanos, socavan los valores de pluralismo y equidad y crean un clima de inestabilidad.

La verdadera seguridad surgirá sólo mediante una transformación radical del equilibrio militar y las relaciones entre estados, y entre el Estado y el pueblo, así como mediante un desarrollo sustentable y equitativo que libere al pueblo de las amenazas. (FIN/IPS/tra-en/pb/an/aq/ip dv/97

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