Asia meridional es la región más pobre y de mayor cantidad de analfabetos del mundo, pero otorga prioridad al gasto en armas sobre las necesidades básicas de su población, de casi 1.200 millones de habitantes.
El gasto militar de Asia meridional llega a 14.000 millones de dólares por año y va en aumento, mientras disminuye en otras zonas del planeta, se destacó en un informe financiado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Unos 500 millones de habitantes de la región, más que la población de América Latina y el Caribe, viven en pobreza absoluta, advirtió el paquistaní Mahbub ul-Haq, autor del informe sobre "Desarrollo Humano en Asia meridional".
Haq calculó que la eliminación del gasto militar libraría recursos para financiar la educación primaria de 110 millones de niños, agua potable para 600 millones de personas y servicios de planificación familiar para 55 millones de familias.
El estudio de Haq tomó de modelo el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que el autor dirigió entre 1990 y 1996, antes de volver a Pakistán para establecer el Centro de Desarrollo Humano.
La intención de Haq consiste en incitar a los gobiernos de India, Pakistán, Sri Lanka, Bangladesh, Bután y Maldivas a corregir la asignación de recursos y suspender la carrera armamentista.
"Si Asia meridional se desintegra, no sólo será una catástrofe para su población sino una tragedia mundial", advirtió Haq en el informe.
Más niños pasan hambre en Asia meridional que en otra parte del mundo, incluyendo a Africa subsahariana. Asimismo, el Banco Mundial estimó que la región alberga 40 por ciento de la población del mundo que sobrevive en la pobreza absoluta (con sólo un dólar por día).
Según el informe, India gasta 10 dólares por habitante en defensa y 14 en salud y educación. Mientras, su enemigo histórico, Pakistán, asigna 26 dólares por habitante a su presupuesto militar y 10 dólares en total a las áreas de educación y salud.
Por cada 100.000 niños que nacen en Asia meridional, mueren 600 madres. En Bangladesh, el índice de mortalidad materna es de 850 por 100.000, y en Bután, a 1.600.
India y Pakistán juntos gastaron más del doble en armas en el período de 1988-92 que Arabia Saudita, aunque el producto interno bruto de ese tercer país es 25 veces mayor.
El gasto militar mundial decreció 37 por ciento, de 1,2 billones de dólares en 1987 a 800.000 millones en 1994. Pero en Asia meridional se incrementó 12 por ciento en el mismo período, de 12.500 a 14.000 millones de dólares.
"India y Pakistán pertenecen al club exclusivo de los 10 mayores ejércitos del mundo. India está en cuarto lugar, con 1,3 millones de soldados, y Pakistán en octavo, con 600.000", se observó en el informe. La carrera armamentista entre los dos vecinos se debe a la disputa por la fronteriza región de Cachemira.
"En Bangladesh, afectado por la pobreza, el aumento fue de 56 por ciento y de 49 por ciento en Sri Lanka, que sufre un conflicto étnico", sostuvo el informe, realizado con el respaldo del PNUD, la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC) y el Banco Mundial.
"Además de las armas convencionales, se supone que los dos países (India y Pakistán) tienen un considerable arsenal nuclear", agregó el informe.
"India tiene nueve reactores de energía nuclear, ocho plantas de agua pesada, cuatro centrales reprocesadoras de plutonio, dos centros de enriquecimiento de uranio y nueve reactores de investigación", de acuerdo con la investigación de Haq.
No existe en cambio información disponible sobre el potencial nuclear de Pakistán.
El Banco Mundial ubicó a India en el lugar 142 en términos de ingreso por habitante entre 1988 y 1992, aunque está en primer lugar en cuanto a importación de armas, según el informe. Pakistán ocupó en el mismo lapso el lugar 119 en materia de ingreso por habitante y el 10 en compra de armas.
El informe urgió a los gobernantes de Asia meridional a recortar el gasto de defensa y señaló otras cuatro medidas para favorecer el crecimiento económico.
Esos puntos son: la reducción del servicio de su deuda externa, considerar como aliadas a las organizaciones de la sociedad civil, modificar las prioridades de desarrollo y combatir la corrupción. (FIN/IPS/tra-en/am/an/aq-ff/ip/97