América Latina y el Caribe aumentaron sus inversiones sociales y lograron reducir ligeramente el índice de pobreza en esta década, pero es necesario intensificar esa tendencia, admitieron hoy representantes oficiales de la región.
El compromiso de profundizar un esfuerzo hacia el desarrollo y la equidad social se manifiesta en "El consenso de Sao Paulo", declaración final de la Primera Conferencia Regional de Seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, que se prolongó por cuatro dias en Sao Paulo.
Los participantes coincidieron en asumir compromisos en 16 áreas, como el pleno funcionamiento de las instituciones democráticas, equidad en los sistemas de seguridad social y atención a grupos vulnerables, como niños, ancianos, muj res, discapacitados, indígenas y refugiados.
Respecto a los derechos humanos y la diversidad cultural, se recomendó estimular la participación de la sociedad civil e impulsar la agenda social como "políticas de Estado".
La mayoría de los países de la región aumentó sus gastos públicos sociales en esta década y ese "importante esfuerzo" permitió bajar de 41 a 39 por ciento de la población la incidencia de la pobreza, destaca el documento.
"Hay que seguir con los avances, manteniendo el ímpuetu que los gobiernos dieron a la Declaración de Copenhague y el Plan de Acción allí acordado allí", señaló Gert Rosenthal, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organizadora de la reunión.
La moderada recuperación del crecimiento, progresos en estabilidad macroeconómica y acceso a financiamiento externo, además de la diversificación de exportaciones, crean actualmente condiciones económicas favorables en la mayoría de los países para aumentar las inversiones sociales.
Pero "la región carece de logros significativos en la consecución de mayor equidad, realidad que afecta a la sustentabilidad del proceso de desarrollo y dificulta el fortalecimiento de la integración social", añade el documento.
El reto de superar los rezagos sociales exige un ritmo de expansión económica más acelerado, ya que el número de pobres aumentó de 135,9 millones al inicio de la década de los 80 a 210 millones en 1994, recuerda el "Consenso de Sao Paulo".
La generación insuficiente de empleos, las diferencias de productividad entre los distintos sectores y la globalización agravan las tensiones de la gran desigualdad en la distribución del ingreso.
Para superar ese cuadro los gobiernos se comprometen a evaluar sus estructuras institucionales para impulsar las políticas sociales y emplear tecnologías eficaces, para lo cual puede contribuir la cooperación técnica y el intercambio de experiencias.
Los representantes de gobiernos y organismos internacionales presentes acordaron convocar a una nueva reunión de los países miembros de la Cepal dentro de dos años para analizar los avances y obstáculos al desarrollo social en la región. (FIN/IPS/fv-mo/dg/dv-if/97