AMERICA CENTRAL: Lento avance del poder civil sobre el militar

América Central experimenta en los últimos seis años un lento avance del poder civil sobre el militar, pero la subordinación de este último parece más formal que real.

Los países centroamericanos viven actualmente una especie de militarización de la política que marcha en forma paralela a la politización de los militares, señalaron expertos en el tema.

Si bien Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras experimentan cambios en las relaciones cívico-militares, éstos pueden quedarse en el tablero si no se revierten los esquemas de "subordinación civil".

El poder de las armas dejó en el istmo una cultura autoritaria, donde el mayor desafío se centra en desmilitarizar a la sociedad para que asuma su papel de garante en la democracia.

Para el ex canciller hondureño Ernesto Paz, las nuevas relaciones cívico-militares no deben centrarse en la firma de documentos y actas de compromiso, sino en "acciones efectivas donde temas vitales como la impunidad no deben tratarse en forma marginal".

La mayoría de los países centroamericanos donde los ejércitos juegan un nuevo papel "han tenido casos gravísimos de impunidad y violación de los derechos humanos" y mientras no se esclarezcan no podrá hablarse de "un efectivo poder civil", afirmó.

El borrador de un documento sobre Poder Civil y Poder Militar en América Central, que prepara la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (Cries), con sede en Nicaragua, sostiene que en esta nueva fase de las relaciones es necesario firmar un nuevo "contrato social" entre las partes.

El documento, al que tuvo acceso IPS, afirma que en el caso de Nicaragua, por ejemplo, donde ha habido una drástica reducción de efectivos y presupuestaria del ejército, aún quedan pendientes aspectos legales que garanticen transparencia en el uso de los recursos y la subordinación de los militares al poder civil.

Si bien "nuestro ejército ha hecho avances sustanciales para la democracia, persisten aún muchas interrogantes", sostiene en el informe el investigador nicaragüense Roberto Cajina, y señala que la población desconoce la existencia del Instituto de Previsión Social Militar.

Se ignoran muchas cosas sobre la forma operativa de ese organismo, verdadera punta de lanza para la incursión militar en negocios, al tiempo que nadie puede asegurar que los lazos políticos del actual ejército con la cúpula del sandinismo se hayan cortado completamente.

En El Salvador, algunos gestos militares que demuestran la intención de volver al poder siembran dudas y temores.

La falta de liderazgos desde la sociedad civil, el agotamiento de las métodos de lucha social tradicionales y la inseguridad ciudadana son algunos de los grandes flancos que podrían permitir el retorno de los militares al poder en ese país, según los analistas.

En Guatemala, la subordinación militar al poder civil estará ligada a la marcha de los recientes acuerdos de paz. La gran ventaja en ese país radica en que el tema puede ser motivo de un gran debate nacional para encontrar eñ consenso que permita construir un verdadero sistema democrático.

Honduras también se encuentra inmerso en ese esquema complejo. La debilidad civil radica en este país en no saber establecer ni modificar las reglas del juego político y de poder.

La socióloga hondureña Leticia Salomón, experta en temas militares, dijo a IPS que si bien el gobierno del presidente Carlos Reina quitó cuotas importantes de poder a las Fuerzas Armadas, este proceso parece haberse estancado.

"Los militares siguen actuando con prepotencia y siguen viendo con cierto desprecio todo lo que suponen injerencia civil en lo que tradicionalmente ellos han definido como un espacio de decisión militar", afirmó Salomón, autora de varios libros sobre el tema. (FIN/IPS/tm/ag/ip/97

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