AMBIENTE: Activistas de EEUU cuestionan sello ISO 14.000

Activistas estadounidenses desconfían del certificado mundial ISO 14.001, que garantiza a los consumidores que los productos que adquieren fueron fabricados sin ocasionar daños al ambiente.

La empresa automotora Ford Motors y la filial norteamericana de Sony Corporation, entre una docena de compañías de Estados Unidos, anunciaron la adopción del ISO 14.001, lanzado en septiembre de 1996 por la Organización Internacional de Niveles de Calidad (ISO), con sede en Ginebra.

Para recibir la certificación ISO 14.001, una compañía debe identificar el impacto ambiental de sus actividades y fijar objetivos para minimizarlo. Los procedimientos en ese sentido deben estar totalmente documentados y las metas deben cubrir requisitos mínimos.

Todos los empleados deben recibir entrenamiento respecto de los nuevos procedimientos y auditores externos deben supervisar su cumplimiento.

Pero organizaciones ambientalistas consideran que la certificación es inadecuada, pues las empresas no están obligadas a publicar los resultados de las auditorías. Si tuvieran la intención de mentir sobre sus prácticas ambientales, la ISO no tiene un sistema de vigilancia, afirman.

"¿Cómo se garantizan los resultados del sistema?", se preguntó Jerry Speir, del Instituto de Ley y Política Ambiental de Nueva Orleans, Estados Unidos.

El nuevo certificado permite a la ISO participar en el sector del manejo y la ingeniería ambiental, un sector en rápida expansión.

Pero una compañía que no respete las leyes del país donde opera en materia ambiental pero prometa cumplirlas en un plazo determinado podría obtener el certificado, del mismo modo que lo obtendría una que sí las respete, lo cual podría generar confusiones.

El Proyecto Políticas Forestales Mundiales, que desarrollan en conjunto las organizaciones no gubernamentales Amigos de la Tierra, Federación Nacional de Vida Silvestre y Sierra Club, cuestionó el ISO 14.001.

"Todo el sistema de la ISO nos pone nerviosos. Es demasiado flexible, pues permite que las empresas hagan lo que quieran y aun así obtengan el certificado", dijo Bill Mankin, funcionario del Proyecto.

Sony asegura que cumple con rigor las leyes estadounidenses en la materia. "Nuestro nombre es nuestro patrimonio más valioso. No lo vamos a arriesgar", sostuvo Mark Small, a cargo de asuntos ambientales de la filial norteamericana de esta multinacional de origen japonés.

Pero el mismo Small reconoce que el sistema creado por la ISO no es perfecto. "Sí, es posible que otra compañía con malos antecedentes obtenga el mismo certificado. Todo certificado puede ser objeto de fraude. ¿Cómo regular la deshonestidad?", se preguntó.

Josephine Histand, ingeniera ambiental de la planta de productos electrónicos de la automotora Ford en Lansdale, estado de Pennsylvania, dijo que la adopción del ISO 14.001 mejoró las prácticas ambientales de la compañía.

"Debemos documentar todo lo que hacemos para facilitarle el trabajo a los auditores. Todos nuestros empleados siguieron el entrenamiento y eso contribuyó a elevar sus conciencias", explicó.

Pero los ambientalistas insisten en que insumiría años la detección de eventuales violaciones al sistema debido a la ausencia de un sistema de vigilancia y sanciones.

Pierre Hauselmann, consultor del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Ginebra, participó en su carácter de activista en la mayoría de las negociaciones relativas a la creación del ISO 14.000 y sostuvo que el certificado escapa al radio de acción de la ISO.

"El ambiente es una asignatura completamente nueva para la ISO. Procedimientos que son adecuados para abordar cuestiones técnicas son insuficientes para considerar el impacto ambiental", según Hauselman.

La organización internacional adoptó un patrón lo más débil posible, agregó

La Asociación de Niveles de Calidad de Canadá (CSA), que diseñó el sistema que aplica la ISO hace 50 años, defiende el nuevo certificado.

"Técnicamente, es verdad que se puede abusar del sistema, pero no comparto la idea de que las empresas vayan a hacerlo. Eso es algo traído de los pelos. Las fuerzas del mercado no lo permitirían", dijo a IPS Achmed Husseini, de la CSA.

Husseini sostuvo que el ISO 14.001 es menos exigente que certificados similares, pero de carácter nacional, como el británico BS 7.750 o el EMAS, de la Unión Europea. Pero acotó que muchos países ni siquiera tienen sistemas por el estilo.

"Lo que hemos logrado es un criterio mundial. Ahora se puede comparar entre sí a las compañías de todo el mundo", agregó.

Por su parte, Hauselman proyecta la creación de una red mundial de grupos ambientalistas para inspeccionar todas las empresas que compitan por el ISO 14.001, con el fin de asegurarse de que no se registren abusos en el sistema.

"Las certificaciones de la ISO pueden dar a los consumidores la impresión equivocada de que ciertas empresas se esfuerzan con seriedad en la mejora de su manejo de las cuestiones ambientales, sin que ése sea necesariamente el caso", explicó.

En tal sentido, Hauselman aconsejó a los consumidores que consulten otros certificados, como el del Consejo de Administración de Bosques, dirigido a compañías madereras, Fair TradeMark Canada, que controla los cultivos de café, y TransFair, que califica 130 marcas en 35.000 supermercados de Europa. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/mj/en/97

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