Organizaciones no gubernamentales (ONG) finalizaron hoy en esta ciudad una conferencia de cinco días con un llamado a "una reforma agraria revolucionaria e integral" en Africa austral "basada en el principio de la tierra para el que la trabaja".
En la resolución final de la Conferencia Regional de Africa austral sobre Tierra, Trabajo y Seguridad Alimentaria, las ONG afirmaron que las políticas agrarias en el área "continúan marginando a los campesinos pobres del acceso a la tierra y los recursos necesarios para su explotación".
"Reconociendo que los procesos históricos del colonialismo y del apartheid privaron al pueblo de sus derechos fundamentales sobre la tierra, creemos y exigimos que las políticas y principios relacionados con la reforma agraria, el trabajo rural y la seguridad alimentaria deben regirse por los ideales de justicia social y democracia", declararon los participantes.
Los 90 delegados asistentes a la conferencia, organizada por el Comité Nacional de la Tierra de Africa austral (NLC), criticaron la falta de transparencia de los gobiernos en la formulación e implementación de la reforma agraria.
"La política agraria debe realizarse con la participación plena de los desposeídos y los pobres de las zonas rurales, con énfasis en los intereses de las mujeres y jóvenes", recomendaron.
El apartheid determinó la concentración de 80 por ciento de las tierras agrícolas de Sudáfrica en una pequeña minoría de propietarios. Antes de las elecciones democráticas de 1994, la población negra era expulsada de sus tierras.
En Zimbabwe, la tierra permanece en su mayor parte en manos de descendientes de colonizadores blancos. La mitad de los campos fértiles pertenecen a 4.500 agricultores comerciales, la mayoría blancos.
En Zambia y Mozambique, los campesinos son desposeídos de las tierras comunales, que se arriendan a inversores extranjeros, incluyendo a agricultores de Sudáfrica.
Para las ONG, la reforma agraria es una de las claves para asegurar la seguridad alimentaria y eliminar la pobreza en la zona de la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC).
La SADC comprende a Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe. Setenta y cinco por ciento de los 130 millones de habitantes de la región viven en la pobreza.
"Los gobiernos no están tomando las decisiones correctas en relación a la reforma agraria. Hay falta de capacidad y voluntad política para llevarla a cabo", declararon las ONG.
Así mismo, la reforma agraria debe garantizar "la igualdad de género, definida como el acceso independiente e igualitario de las mujeres a la tierra y sus recursos", argumentaron los participantes en la conferencia.
También criticaron el uso de la tierra, determinado por las fuerzas del mercado en lugar de las necesidades de la población.
"La población de la región no tiene dinero para comprar víveres" y, entonces, "los agricultores producen flores en lugar de alimentos", se señaló en la reunión.
"En Zimbabwe, la tierra se utiliza para la cría de avestruces y para el turismo ecológico, en lugar de producir alimentos. El sistema, basado en la ganancia de las compañías, es desastroso para los pobres, especialmente para mujeres y niños", advirtieron las ONG.
La conferencia solicitó la suspensión inmediata de la reconversión de los campos agrícolas, que está orientada al cultivo de productos para la exportación.
El problema para la mayoría de los países de la SADC es que sus políticas dependen de "tecnócratas del Banco Mundial", dijo Zandisile Kanise, coordinador de la Organización de Servicios Agrarios Transkei de Sudáfrica.
"Por eso tenemos este tipo de políticas que reiteran lo que ocurrió en el subcontinente. Se niegan a aprender de la historia", dijo Kanise.
Dave Husy, director del Proyecto de Investigación y Recursos de Trabajadores Agrícolas, con sede en Sudáfrica, argumentó que "los programas de reforma agraria no están dirigidos a quienes necesitan la tierra y pensamos que se están tomando las decisiones inadecuadas al respecto".
"La reforma agraria está siendo minada por las multinacionales y la falta de transparencia de los gobiernos nacionales en la región", declaró Husy a IPS.
"En muchos casos, los beneficios los reciben los grupos poderosos en el gobierno. La corrupción determina que los programas de reforma agraria beneficien a las élites en concepto de granjas, sobornos y negocios", dijo. (FIN/IPS/tra- en/lm/lm/kb/aq-ff/dv/97