En el "Barrio Viejo" de la capital de Vietnam, docenas de mini hoteles familiares quebraron, mientras que los grandes hoteles en ciudad Ho Chi Minh están semivacíos.
La industria turística de Vietnam, un sector considerado "prometedor", que ayudó a fortalecer la economía local en años recientes, está paralizada.
Los empresarios quisieran que el gobierno admita que no todo está bien. Para las estadísticas oficiales, el número de turistas aumenta, pero los hoteleros sostienen que las cifras del gobierno esconden la realidad.
El gobierno asegura que hubo 1,6 millones de turistas en 1996, 18 por ciento de aumento con respecto al año anterior. Pero los hoteleros dicen que la cifra incluye a vietnamitas que viven en el exterior y que visitan a sus familias, así como comerciantes fronterizos de China y Camboya.
Afirman que los cientos de miles de personas que cruzan la frontera pasan sólo una horas en Vietnam y no producen ingresos para la industria turística.
En Ho Chi Minh (antes Saigón), el descenso del número de turistas extranjeros condujo a una feroz competencia.
A pesar del 15 por ciento de descuento en el precio de las habitaciones, la ocupación hotelera bajó de 68 por ciento en 1993 a 54 por ciento en 1996 y 46 por ciento al comenzar el año. Varios grandes hoteles tuvieron pérdidas el año pasado.
Saigon Tourist, la principal agencia de viajes del país, que capta 20 por ciento del mercado, dijo que dirigiría su atención hacia el turismo local.
En Hanoi hubo menos turistas en 1996 que en 1995 a pesar de la caída de 40 por ciento en el precio de los paquetes de viaje. Docenas de mini hoteles en el "Barrio Viejo", buena parte de las 5.000 habitaciones de hotel en Hanoi, quebraron.
Nguyen Tuan Nghia, director del departamento de turismo de Hanoi, dijo que normas más exigentes para obtener visas durante el congreso del Partido Comunista de Vietnam en junio, afectaron al turismo, aunque reconoció que el pésimo estado de las instalaciones turísticas podría ser otro factor.
Debido a la caída en la demanda, Hanoi prevé detener la emisión de licencias para construir hoteles nuevos después de haber concedido 75 licencias en los últimos meses que representan inversiones por 2.000 millones de dólares.
Los empresarios turísticos dicen que el aumento proyectado de turistas no se concretó porque los turistas no obtienen el equivalente en servicios por su dinero.
Los centros turísticos no cuentan con instalaciones de entretenimiento corrientes a nivel internacional. Muchos lugares históricos y culturales, a pesar de las altas tarifas de ingreso, permanecen abandonados.
Una de los principales destinos turísticos -Hue, sobre las orillas del río Huong, 700 kilómetros al sur de Hanoi-, fue la capital del país durante la dinastía de Nguyen, que gobernó al Vietnam unificado entre 1802 y 1946.
El Palacio Imperial de Hue fue dañado por la guerra de Indochina y las tormentas tropicales. El gobierno asignó 65 millones de dólares para restaurarlo, pero la cifra se recaudará durante 15 años.
Muros de seis metros de altura y 20 de ancho rodean la Ciudad Imperial. Adentro se encuentra el palacio ceremonial Thai Hoa (Paz Suprema) y la Puerta de Ngo Mon, dos de los monumentos mejor preservados en Hue. Las ruinas de la Ciudad Prohibida, destruida durante la guerra en 1968, también son una atracción turística.
Otro destino promocionado por el gobierno es la bahía de Ha Long, una cadena de islas de piedra caliza en medio de las transparentes aguas esmeralda del Golfo de Tonkin, declarado recientemente Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Nha Trang, en la provincia central de Khanh Hoa, es conocida por sus hermosas playas. Como no cuenta con un aeropuerto internacional, se accede en ómnibus tras 10 horas de viaje desde Hanoi, aunque es más corto desde Ho Chi Minh.
Vietnam capitaliza su historia bélica y atrae a veteranos de guerra de Estados Unidos para volver a lugares como Khe Sanh, sede de una importante batalla en la provincia de Quang Tri.
En el famoso complejo de túneles de Cu Chi, que albergaba a las unidades del "Viet Cong" que operaban cerca de Saigón, los visitantes pueden disparar rifles estadounidenses M-16 o soviéticos AK-47 por un dólar.
Pero los turistas con poco interés histórico se desilusionan cuando visitan las sedes de las batallas y sólo encuentran tanques golpeados y vehículos blindados desarmados.
Kieu Lien, empresario vietnamita dueño de una compañía turística en Noruega, dice que las excursiones locales en Vietnam son muy caras, y que el personal capacitado es escaso.
Pero el gobierno no se inmuta. Mientras que el año pasado los turistas se estimaron en 1,6 millones, espera atraer a tres millones de visitantes para el 2000. (FIN/IPS/tra-en/sb/ral/aq-jc/if/97