VENEZUELA: La caza controlada de jaguares hace rugir la polémica

El plan del gobierno de Venezuela de permitir la caza deportiva de unos 50 jaguares al año, para obtener fondos para la preservación de la especie, ha hecho rugir la ira de grupos ambientalistas contrarios a la medida.

La dependencia del Ministerio del Ambiente Profauna pidió al Convenio Internacional del Comercio de Especies Amenazadas (Cites) que se permita la caza controlada de un máximo de 50 jaguares, después que hasta ahora sólo se realizaba legalmente la caza vivos de los felinos, para su traslado a áreas protegidas.

El grupo ambientalista privado Fudena demandó a Cites que rechace el pedido porque no hay explosión demográfica de los jaguares y toda la sustentación de Profauna se basa en considerar a los felinos como victimarios en lugar de víctimas de la actividad ganadera.

Fudena arrastró a un grupo de organizaciones ambientalistas privadas y a especialistas de fauna silvestre venezolana, a pronunciarse contra el proyecto llamado "trofeos del jaguar".

El jaguar, también conocido como el tigre americano, se diferencia del tigre asiático porque su piel no está salteada con motas negras, sino que tiene círculos negros, dentro de los cuales hay pintas de un ocre más oscuro que el resto de su piel.

Científicamente conocido como "panthera onca", el jaguar es el mayor representante de los felinos en América y llegó a habitar desde el Cañon del Colorado, en Estados Unidos, hasta el norte de Argentina, según el libro "El Jaguar", de los zoólogos venezolanos Rafael Hoogesteijn y Edgardo Mondolfi.

Relatan que ya Américo Vespucio, en el 1500, mencionó en un escrito a las "panteras", mientras que la denominación de jaguar es de origen tupiguaraní, la lengua que se hablaba desde el Amazonas hasta Paraguay, que usaba el vocablo "yaguará", que quería decir "bestia salvaje que dominaba su presa en un salto"

Pero en la actualidad, el diezmado jaguar sólo habita en forma muy reducida en México, América Central, Bolivia, algun área de Paraguay y el norte de Argentina, y en forma más consistente en Brasil, Colombia, Guyana, Guayana Francesa, Suriname y Venezuela.

Los dos expertos en el felino se oponen al plan de matar a 50 jaguares cebados (que han comido ganado), porque aducen que esta legalización parcial impulsaría la caza ilegal y ayudaría a extinguir la especie en Venezuela.

Profauna ha aclarado que se trata de que el cazador pueda disponer del animal, para que pague el triple de los 5.000 dólares que aporta ahora para perseguir al felino, dormirlo y trasladarlo fuera de los hatos (grandes fincas ganaderas).

El plan, además, contempla una moratoria de tres años, para realizar un trabajo de cuantificación más preciso de la especie, indicaron a IPS el portavoz de Profauna Luis Cova y su director José Luis Méndez.

Méndez y Cova dijeron que la ganadería no va a desaparecer para dejar libres los territorios a los jaguares y que para conservar los felinos hay que ser realistas y promover que los ganaderos participen de los planes de manejo de la especie.

Recordaron que Profauna puso en los tribunales el caso de dos ganaderos que matararon ilegalmente a jaguares y que su batalla es que los propietarios de los hatos acepten la presencia de los felinos mientras no deprede su ganado, y cuando lo haga, llamen al organismo para trasladarlo a zonas inhabitadas.

Aseguraron que diferentes estudios independientes indican que cada año los ganaderos matan unos 100 jaguares cebados y que su población total es de 3.850, una cifra que Fudena dice que es aleatoria y superior a la real.

El Ministerio del Ambiente acaba de emitir un decreto que obliga a los dueños de hatos a preservar parte del medio silvestre como hábitat para la fauna, lo que busca que los felinos tengan mayor abundancia de presas naturales.

Méndez y Cova dijeron que el uso restringido de la caza deportiva ha sido aceptado por la Cites y otros organismos internacionales como un mecanismo de fines conservacionistas, y que en diferentes países ha sido el único camino para preservar especies amenazadas, al brindar recursos para ese fin.

Fudena rechazó que Profauna trate a los jaguares como una amenaza para el sector ganadero en los estados llaneros de Cojedes, Guárico y Apure, cuando los animales están ahí desde hace mucho más tiempo, y es allí donde el felino es más diezmado.

Esa organización, al igual que Mondolfi y Hoogesteijn, y entidades como Audubón, Provita, Terramar y Econatura, consideran que además no hay manera de distinguir si un jaguar está cebado o no, y que los ganaderos abusarían de la falsa denuncia, para beneficiarse de su porcentaje en el proyecto.

Mondolfi dijo que el plan tiene importantes vacíos científicos y es "disparatada". Hoogesteijn acotó que en Venezuela no hay infraestructura para garantizar que se respeten los cupos y que los jaguares sean cebados, mientras habría una relajación en el tema y "se amenazaría aún más la supervivencia de la especie".

Cova indicó que otros respetables científicos como Pedro Trebau, de la Fundación de Parques Zoológicos y Acuarios, están a favor del plan, y que en definitiva se trata de convencer a los ganaderos que "soporten" a los jaguares y no los maten en forma furtiva y descontrolada, como sucede ahora.

También dijo que se trataría de establecer cupos de caza deportiva en areas ganaderas y nunca en los habitat preferidos de los jaguares, que son los llamados bosques de galería, típicos de las riberas de los ríos.

Añadió que organizaciones como Fudena entienden la preservación como mantener flora y fauna absolutamente intocada, en una mentalidad ambientalista propia de países y grupos ricos, dominados por gente rica, sin realismo alguno. (FIN/IPS/eg/ag/en/97

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