TURQUIA: La inquietud militar agrieta la coalición de gobierno

El primer ministro de Turquía, Necmettin Erbakan, vaticinó que el islámico Partido del Bienestar gobernará hasta el 2000, pero la coalición que lo sostiene se agrietó hoy aun más bajo la pesada sombra del ejército predominantemente laico.

Sus días al frente del gobierno parecen estar contados. La frágil alianza entre el Partido del Bienestar y sus aliados circunstanciales corre riesgo de quebrarse pronto y abrir la puerta a una "coalición nacional", o, incluso, a un golpe militar.

Tansu Ciller, antecesora de Erbakan, viceprimera ministra y líder del Partido de la Vía Justa (DYP), segunda fuerza de la coalición, dijo este mismo martes a sus simpatizantes que deberían considerar la posibilidad de abandonar el gobierno.

La crisis detonó este viernes, cuando el primer ministro rechazó la "recomendación" de fortalecer el carácter secular del estado transmitida al gobierno por el Consejo de Seguridad Nacional (MGK), un cuerpo "asesor" controlado por el ejército.

Ningún gobierno de Turquía se ha negado jamás a suscribir e implementar las recomendaciones de este organismo, creado hace 35 años durante un gobierno militar y fortalecido aun más tras los golpes de 1971 y 1980.

"El poder supremo pertenece al parlamento, no al MGK, y el gobierno es responsable solo ante el parlamento. Las leyes se confeccionan en el parlamento, no en el MGK. La coalición gobernará el país hasta el año 2000", advirtó Erbakan a los legisladores de su partido este martes.

Las gestiones de Erbakan para ganar este fin de semana la confianza del ejército, tradicionalmente prooccidental y secularista, fracasaron.

El gobernante seleccionó entonces dulces palabras para elogiar al ejército por su desempeño en la brutal guerra contra los kurdos en el sudeste del país. Pero sus declaraciones parecen haber caido en oídos sordos, y tampoco contribuyeron a aplacar a Ciller.

"Deberíamos considerar retirarnos de la coalición", dijo Ciller este mismo martes ante los legisladores del DYP. Pero, a pesar de su beneplácito ante las "recomendaciones" del MGK, la viceprimer ministra evitó un enfrentamiento directo con el Partido del Bienestar.

No todos sus diputados fueron tan reticentes.

"El ejército elevó un memorando. El gobierno no puede hacer de cuenta que no sucedió nada. El país está al borde de un golpe. El gobierno debería renunciar, o, de lo contrario, el parlamento se verá obligado a entregar el poder a los militares", dijo el martes Ayvaz Gokdemir, del ala derechista del DYP.

Erbakan recibió consejos similares de Bulent Ecevit, líder del opositor Partido de Izquierda Democrática (DSP), y Deniz Baykal, del Partido Popular Republicano (CHP), de quienes el gobernante procuró respaldo este lunes.

Ecevit y Baykal recomendaron al primer ministro que renunciara ahora si no acepta las advertencias del MGK, que implican la "irreversibilidad" del sistema secular de gobierno.

El memorando incluye la prohibición al gobierno de participar en "actividades islámicas" y la implementación de medidas contra los radicales musulmanes. De otro modo, "las sanciones serán inevitables", amenaza el memorando en su tramo final.

El MGK también "sugirió" al Partido de Bienestar que deje de promover el levantamiento de la histórica prohibición a las empleadas del estado de lucir el velo obligatorio según el Islam.

El cuerpo propuso la suspensión de un plan que implica la construcción de nuevas mezquitas en los barrios más seculares de Estambul y Ankara, normas más severas contra la posesión de armas de fuego por parte de grupos islámicos y controles más estrictos a los seminarios religiosos.

La aceptación de estas medidas sería una bofetada contra los seguidores del Partido del Bienestar.

"Estoy preparado para morir y para romperle las manos a cualquiera que se atreva a tocar el velo de mi madre o de mi esposa. Se me ha asegurado que Erbakan no suscribirá estas recomendaciones", dijo este martes el vicepresidente del partido, Hasan Huseyin.

Durante los últimos meses, las actitudes "fundamentalistas" del Partido del Bienestar provocaron inquietud entre militares, jueces, medios de comunicación, partidos políticos seculares y la élite académica de Turquía.

El malestar del ejército se debe, fundamentalmente, a los vínculos que el partido desea fomentar con Irán, lo cual, según los militares, daña la estrategia de defensa prooccidental que tradicionalmente ha desarrollado Ankara.

"Si Erbakan cede, lo mejor que podría hacer es abandonar el país al día siguiente. Todas las 'recomendaciones' del MGK van contra de las promesas preelectorales del Partido del Bienestar y no podrían ser implementadas por un gobierno encabezado por islámicos", dijo el analista y ex militar Omer Laciner.

"El ejército no debería esperar que el primer ministro acepte sus sugerencias", agregó Laciner.

Erbakan podría renunciar para provocar la convocatoria a elecciones generales, según el experto.

El Partido del Bienestar tiene expectativas de lograr una votación aun mejor que la del año pasado, cuando resultó el sector más votado si bien no obtuvo la mayoría absoluta de los escaños parlamentarios. (FIN/IPS/tra-en/nm/rj/mj/ip/97

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