TAJIKISTAN: Irán y Rusia median en la pacificación

La firma de dos acuerdos cruciales para la pacificación de Tajikistán, en Moscú y Teherán, muestran elocuentemente el papel relevante que estos dos países han jugado en el proceso político de la ex república soviética.

El acuerdo militar entre el gobierno tajik y la oposición islámica celebrado el 8 de marzo en Moscú, unificará a sus respectivas fuerzas armadas según el acuerdo anterior firmado en Mashhad, Irán. Se prevé que el acuerdo político surja en las negociaciones del 9 al 15 de abril en Teherán.

El acuerdo del sábado, auspiciado por las Naciones Unidas y Rusia, es un paso fundamental para lograr la reconciliación nacional después de cinco años de cruenta guerra civil y la pérdida de 60.000 vidas.

Pero los principales actores en el proceso de paz fueron Rusia, aliada de la administración tajik del presidente Imamali Rakhmanov, e Irán, aliada de la facción islámica de Sayyid Abdullah Nouri.

Aunque el avance hacia la reconciliación fue bienvenido por el sufrido pueblo tajik y los vecinos de Tajikistán, se convirtió en un problema para Estados Unidos.

Desde la revolución islámica en Irán en 1979, que derrocó al pro-estadounidense shá Mohammed Reza Pahlevi, Estados Unidos presentó a Irán como una fuerza desestabilizadora en la región, incluyéndolo en la lista de naciones que respaldan al terrorismo internacional.

Desde que surgieron seis repúblicas independientes con mayoría musulmana en Asia Central y Azerbaiján, tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Washington advirtió a estos estados que no siguieran el ejemplo de Irán y recomendó el modelo laico de Turquía, garantizado por la Constitución.

El comportamiento de Irán en el caso de la guerra civil tajik demuestra que lejos de desestabilizar, Teherán actúa como una fuerza estabilizadora. Logró que la facción islámica de Tajikistán transara y pactara con Rakhmanov, denunciado reiteradamente por los islámicos por ser títere de Moscú.

El surgimiento del movimiento ultrafundamentalista de Talebán como la fuerza más poderosa en Afganistán, que tiene fronteras con Tajikistán e Irán, marcó las políticas de Rusia e Irán hacia Tajikistán.

Tanto Moscú como Teherán ven al movimiento de Talebán y a su versión extrema de fundamentalismo islámico, como fuerza "desestabilizadora", y quieren contenerlo para pacificar a Tajikistán y convertirlo en un Estado fuerte y centralizado.

La llave para comprender las acciones de Irán, Estados Unidos y Rusia reside en la dicotomía que existe a menudo entre la ideología y los intereses de un Estado.

Estados Unidos afirma por ejemplo que está comprometido con los derechos humanos y la democracia multipartidaria en todo el mundo.

Pero cuando se trata de presionar a China para que mejore la situación de sus derechos humanos a riesgo de irritar a Beijing y dañar el comercio con la nación más poblada de la tierra, Washington deja de lado su ideología para realizar su interés económico.

En cuanto a Irán, hace tiempo decidió establecer fuertes vínculos económicos con los Estados de mayoría musulmana de la ex Unión Soviética. Aplicó la misma política en la cristiana Armenia.

En la guerra entre armenios y azeríes por el enclave de Nagorno- Karabak de Azerbaiján, Irán fue un árbitro sincero y no tomó partido por Azerbaiján, con mayoría musulmana. Para Irán, Armenia es una valiosa fuente de alta tecnología e investigación científica.

El que Irán haya relegado su ideología a segundo plano es algo difícil de aceptar para Estados Unidos.

Otras teorías sobre Irán, Turquía y los Estados musulmanes de la ex Unión Soviética fueron rebatidas por acontecimientos recientes.

Luego del derrumbe de la Unión Soviética, el Departamento de Estado de Estados Unidos sostuvo que Turquía mantendría una intensa rivalidad con Irán para ejercer influencia sobre las ex repúblicas soviéticas.

Turquía era vista por Estados Unidos como una democracia multipartidaria moderna y laica, donde el Islam era parte de la cultura y no de la política, en contraste con el Estado oscurantista y atrasado de Irán, donde la religión está integrada a la política.

Esta imagen estática de Turquía, ignoró la creciente base electoral del islámico Partido de la Prosperidad.

Luego que el Partido de la Prosperidad se convirtió en el principal partido en el parlamento y su líder, Necmettin Erbakan, fue electo primer ministro de Turquía en junio de 1996, su primera visita al exterior fue a Teherán, donde firmó un acuerdo por petróleo iraní de 23 millones de dólares.

En ese momento, la tesis del Departamento de Estado se derrumbó. Desde entonces, no ha sido reemplazada.

En Tajikistán, la reconciliación nacional se percibe como un paso previo a un referéndum para cambiar la Constitución, que posibilitará elecciones parlamentarias multipartidarias.

El partido de Abdullah Nouri aún persigue la creación de un estado islámico en Tajikistán, pero quiere lograrlo por vía democrática, como el Partido de la Prosperidad en Turquía.

El papel de Teherán como partera de una democracia multipartidaria en Tajikistán será bien visto por el Kremlin pero no por Washington, que quiere aislar a Irán de la escena internacional. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/aq-jc/ip/96

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