SRI LANKA: Gobierno empeñado en vencer en el campo de batalla

El gobierno de Sri Lanka mantiene su decisión de derrotar en el campo de batalla a los separatistas tamiles, para obligarlos luego a negociar el futuro de los territorios del norte y el noreste, que los rebeldes reivindican como su patria.

El último capítulo del plan de Colombo de debilitar a los rebeldes antes de ofrecer un amplio régimen de autonomía a la minoría étnica tamil se cerró el 22 de febrero, con la captura de una carretera en el norte que estaba en poder de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam.

"La última ofensiva militar no rindió resultados espectaculares, pero demostró que el gobierno mantiene su política. No negociará la paz hasta lograr un claro retroceso de los insurgentes" en el campo militar, señaló un diplomático asiático.

El ejército recuperó el control de una carretera de 88 kilómetros que une Mannar y Vavuniya, dos enclaves del gobierno en el distrito de Wanni, un bastión de los Tigres situado 200 kilómetros al norte de Colombo.

La operación tuvo el objetivo de consolidar las posiciones del gobierno a lo largo de la carretera y obstaculizar el acceso de los guerrilleros al norte de esa vía de transporte, explicaron portavoces del ejército.

Los Tigres, que luchan por la independencia de los territorios tamiles en un país de mayoría cingalesa, controlaban grandes áreas al sur y el sudeste de la carretera. El ejército sólo podía llegar por mar a Mannar, mientras los caminos en tierra de esa región pesquera estaban en poder de los insurgentes.

La carretera recobrada por el gobierno también atraviesa los campos arroceros de mejor rendimiento del país. Los militares anunciaron haber ampliado su presencia a casi 4.800 hectáreas de tierras arroceras irrigables.

El plan de paz del gobierno contempla la transferencia de facultades ejecutivas y legislativas a las regiones tamiles. Sugiere convertir a Sri Lanka en un estado federal, y es debatido actualmente por comités del parlamento nacional.

La presidenta Chandrika Kumaratunga y sus colaboradores pretenden obligar a los Tigres a sentarse a la mesa de negociaciones y abandonar su intención de crear un estado independiente. Los insurgentes han rechazado el plan gubernamental.

Los observadores señalan que el gobierno trazó su estrategia cuando los Tigres rompieron en abril de 1995 una tregua de 100 días.

Las autoridades calculan que 50.000 personas murieron en la guerra civil, y los rebeldes corrigen la cantidad al alza, mientras advierten que la mayoría de las víctimas pertenecían a la etnia tamil.

"Los Tigres están lejos de ser una fuerza derrotada. Cuando el gobierno cree haberlos arrinconado, reaccionan con un golpe importante, para demostrar que las autoridades se equivocan", observó un experto en cuestiones militares.

Pero los rebeldes ofrecieron escasa resistencia al avance de las tropas sobre la carretera del distrito de Wanni. Sólo cinco guerrilleros fueron muertos, mientras no hubo bajas en el ejército ni entre civiles, ni tampoco combates importantes, según el Ministerio de Defensa.

Por su parte, los insurgentes acusaron al ejército de provocar un "éxodo de refugiados" de las zonas de operaciones.

"Como en las ofensivas anteriores, las tropas de Sri Lanka aplastaron todo a su paso en territorio tamil, sin consideración por los civiles", aseguró el secretariado internacional de los Tigres, establecido en Londres.

La operación comprendió "el bombardeo en gran escala de aldeas vecinas y causó la huida de miles de familias a campamentos de refugiados", según el comunicado de los Tigres.

Los insurgentes afirmaron que 17.500 personas abandonaron la zona de operaciones en dirección a la localidad de Madhu, 40 kilómetros al oeste de Vavuniya, donde agencias internacionales de ayuda mantienen centros para pobladores desplazados.

Un portavoz de las agencias de socorro confirmó que se cuentan 17.500 refugiados en Madhu, donde se dispone de alimentos, agua y medicamentos para asistirlos.

Los analistas advirtieron que el ejército tiene por delante el díficil cometido de conservar las áreas capturadas y ganar la confianaza de los pobladores, para frenar el éxodo y lograr el regreso de los desplazados. También debe dar paso a autoridades civiles. (FIN/IPS/tra-en/ms/an/ff/ip/97

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