El sida saca de quicio a los expertos de Senegal, pero no solo por la gravedad de la epidemia. Sucede que ninguno logra develar por qué la incidencia del síndrome es tan baja en comparación con sus vecinos africanos.
Algunos atribuyen este hecho a la prostitución legal, otros a las costumbres de este país predominantemente musulmán, otros a una cepa particular del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), otros a antiguas costumbres tribales. Pero nadie parece dar con la tecla.
En este país, una prostituta puede trabajar en la legalidad si se registra como tal ante las autoridades, se somete a revisaciones médicas periódicas y mantiene la discreción.
Dakar, la capital de Senegal, es uno de los centros más dinámicos del comercio sexual de Africa. Infinidad de prostitutas se dirigen hacia allí desde todo el continente e incluso de Medio Oriente.
¿Por qué, entonces, la incidencia del sida en este país es de las más bajas de la región, con apenas 3.000 casos en 8,3 millones de habitantes?
La práctica legal de la prostitución es, según la Organización Mundial de la Salud, parte de la respuesta a esa pregunta. Pero solo parte.
El gobierno de Senegal lleva un registro de las prostitutas desde 1966, mucho antes de que se supiera de la existencia de algo llamado síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), con la finalidad de combatir enfermedades de transmisión sexual como sífilis y gonorrea.
Y, según los expertos, la reducción de la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual en general también reduce la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), al que se relaciona con el sida.
Cada día, una multitud de mujeres se concentran en una clínica en el centro de Dakar.
"Si contraigo fiebre amarilla o cualquier otra enfermedad, el médico me avisará. Si no compro los medicamentos que me ordena, no pondrá su sello en la tarjeta. Aunque a veces nos dan medicamentos gratis", dijo Sarah, una de las mujeres.
La obligatoriedad del registro tiene sus contras. Sarah lamenta que la policía pueda arrestarla, así tenga su tarjeta al día. "Y si decidiera no ejercer más la prostitución, el trámite para salir del registro es lento, si no imposible", agregó.
Pero el registro de las prostitutas no explica por qué hay tan poco sida. Michael Tardy, médico a cargo de la clínica, admitió que apenas la cuarta parte de las prostitutas en actividad informan su actividad a las autoridades.
"El resto trabajan en forma clandestina", explicó. Muchas mujeres tienen relaciones sexuales por dinero en esta sociedad, "pero no se reconocen a sí mismas como prostitutas", dijo.
El Hadj Sy, coordinador de programas de salud de la organización no gubernamental Enda-Santi, dijo que las trabajadoras sexuales "informales" tienen relaciones con un puñado de clientes que se convierten en "maridos de hecho".
Al mismo tiempo, la poligamia es común. Cada hombre puede tener seis esposas de forma legal. "Ninguna de estas personas se realizan exámenes clínicos", agregó. Los senegaleses pueden tener múltiples compañeros sexuales, pero eso no significa que sean promiscuos, según Sy.
"En un hogar poligámico, si el hombre y sus esposas no tienen relaciones con otras personas no hay modo de que contraigan sida. La cultura y la religión constituyen fuertes medios de control social", sostuvo.
Pero Kate Cisse Wane, encargada del programa nacional contra el sida, manifestó que es una equivocación suponer que "el carácter musulmán del país genera una conducta sexual diferente de la predominante en otros países africanos".
Las trabajadoras sexuales en pequeños poblados viajan con frecuencia a grandes ciudades o siguen el flujo de trabajadores migrantes, dijo Wane. "Ellas tienen relaciones con muchos hombres", añadió.
En cuanto a las familias poligámicas, Wane observó que cuando los hombres casados buscan una segunda o una tercera esposa invariablemente "prueban" montones de mujeres, lo cual aumenta el riesgo de transmisión del VIH.
Y "los hombres senegaleses buscan con frecuencia segundas o terceras esposas", se lamentó.
Entonces, ¿por qué apenas existen 70.000 personas reactivas al análisis de VIH, menos de dos por ciento de la población adulta, en todo Senegal, cuando en la cercana ciudad de Abijdan la incidencia es de 15 por ciento?
"Simplemente, no lo sabemos", dijo Tardy. Más sorprendente es el hecho de que el porcentaje de 15 por ciento de trabajadoras sexuales seropositivas no se ha incrementado desde 1992.
Aún existen muchas teorías. Soulyman Mboup, profesor de la Universidad de Dakar, demostró que el virus VIH 2, que él descubrió, común en Senegal, es menos virulento y contagioso que el VIH 1, prevalente en el resto del mundo.
Pero nadie puede contestar tampoco por qué el tipo dos del virus es tan común aquí, cuando las prostitutas proceden de todo el continente africano.
Expertos occidentales destacan la importancia de la legalización del trabajo sexual. Eso capacita a las prostitutas a desarrollar un "código de conducta" que garantiza el uso de condones en su trato con los clientes.
De ese modo, "si usted le dice a un hombre que no tendrá relaciones sexuales con él a menos que use condón, no será tan fácil encontrar otra prostituta que sí las tenga en la otra esquina", explicó un sociólogo.
Las prostitutas afirman que algunos hombres senegaleses insisten en no husar preservativos. Las mujeres se quejaban mientras esperaban que el médico las atienda. "Te dicen: 'No estoy enfermo. ¿Tú estás enferma? Bueno, entonces, ¿para qué lo necesitamos?'."
Sy está convencido de que existen algunas "estrategias nativas" para minimizar el riesgo de transmisión del VIH. En muchas partes de Senegal, es tradicional que, cuando un hombre muere, su hermano despose a la viuda.
Y, si la muerte se debe al sida, el virus se transmite, a través de la viuda, al hermano y a sus primeras esposas.
Pero, según Sy, los ancianos advirtieron el riesgo. "En algunos poblados, cambiaron la tradición. Las viudas deben acudir donde su cuñado y sentarse en su falda, pero ya no están obligadas a casarse ni a tener relaciones sexuales con él", dijo.
Pero Sy no sabe cuáles de esas "estrategias" son las más significativas para mantener baja la incidencia del sida. (FIN/IPS/tra-en/dh/kb/mj/he pr/97