La Carta de la Tierra, cuyo borrador fue elaborado por una comisión de representantes de todos los continentes y varios sectores, pasará por un proceso de discusión, aportes y correcciones que solo debe concluir en el año 2000.
Así lo aclaró Stephen Rockfeller, un miembro permanente de la comisión que deberá concluir el proyecto final del texto en el próximo año.
El principio 9 de la Carta podría provocar resistencias especialmente entre los musulmanes, al hacer referencia al concepto de Tierra Madre y contrariar algunas creencias.
El uso de ese lenguaje obedeció al aporte de un grupo indígena y se creyó "adecuado darle voz a ese sector", explicó el representante de la Fundación Rockfeller de Estados Unidos.
Otros puntos polémicos hablan de la necesidad de contener el crecimiento poblacional y de los derechos reproductivos, pero concuerdan con documentos aprobados en las Conferencias de Naciones Unidas sobre Población y Mujeres, añadió.
El punto uno del borrador de la Carta, que consta de 18, establece que "la Tierra y los seres humanos son poseedores de un valor intrínseco y gozan de respeto independientemente del valor utilitario que merzcan para la humanidad".
"Cuidar la Tierra, protegiendo y restaurando la diversidad, integridad y belleza de los ecosistemas del planeta", son los principios establecidos en el ítem siguente.
El tercero defiende "modos de consumo, producción y reproducción que respeten y salvaguarden los derechos humanos y las capacidades regenerativas de la Tierra", mientras el cuarto indica que "los seres humanos gozan del derecho a contar con agua potable, aire puro, suelo sin contaminaciones y seguridad alimentaria".
Compartir equitativamente los beneficios del uso de los recursos naturales y la protección ambiental, promover el desarrollo social y los sistemas financieros aptos para crear y mantener medios sostenibles de subsitencia, erradicar la pobreza y fortalecer las comunidades locales son otros de los objetivos.
El texto proclama la no violencia, la participación de la sociedad civil (en particular de grupos indígenas, jóvenes y mujeres), la transparencia, y defiende los derechos de las comunidades autóctonas a "salvaguardar su espiritualidad, conocimientos, tierras, territorios y recursos".
La igualdad entre los sexos, el acceso a la salud sexual y de reproducción, con especial referencia a las mujeres y a las niñas, y la necesidad de difundir en la sociedad el conocimiento científico y de otras fuentes figuran como condiciones necesarias a un desarrollo sustentable.
"Toda persona, institución y gobierno es responsable por la concreción de los objetivos de justicia indivisible para todos, la sostenibilidad, la paz mundial y el respeto y cuidado por toda la comunidad de la vida", proclama el borrador en su último punto, el 18. (FIN/IPS/mo/dg/en/97
